Mateo le abrazaba a Eduardo con cariño, así que quería acompañarle para siempre.
Su cuerpo era suave y se olía fragante. Mateo le gustaba mucho a Eduardo.
Cuando sabía su identidad, Eduardo había recibido mucho cariño de él. Mateo le mimaba a Eduardo y el pequeño aceptó todo el amor de él.
Él sonrió y dijo -¡Qué va! Tienes que acudir allí en seguida. La mujer ya ha perdido mucha sangre y estará en peligro ahora -
Al decir esto Eduardo, Mateo recordaba de lo que había sucedido antes y estaba un poco enojado.
-No puedo dejarte en casa solo. Cuando Isaac regrese, me iré -
Lo que dijo de Mateo era verdad.
En este momento, no sabían dónde estuviera Alana e Isaac todavía no regresó tampoco. Se preocupaba por Eduardo mucho y era imposible que le quedara a Eduardo en casa solo.
Afortunadamente, mientras hablaba Mateo, Isaac ya llegó con Adriano.
-Eduardo, ya he llegado -
Adriano corrió hacia Eduardo, entonces vio a Mateo. Él sonrió y dijo -Padre, ¿estás aquí también? Instructor Isaac dijo que has estado muy ocupado recientemente. ¡Queda mucho tiempo sin verte! -
Cuando Eduardo fue secuestrado, nadie no le dijo esto a Adriano. Él se agotó durante el periodo del entrenamiento con Isaac en los últimos días. Sin la compañía de Eduardo, Adriano estaba muy aburrido y mataba el tiempo durmiendo.
Ahora, no solo Eduardo lo acompañaba, sino que Mateo también había regresado. Adriano estaba muy feliz.
Mateo miró a Adriano y sonrió -Luego tengo que salir más tarde. Eduardo va a jugar contigo, ¿vale? -
-¡Perfecto! -Eduardo respondió feliz.
Adriano abrazó a Eduardo y dijo -Nos cuesta mucho el hospital cuando me siento mal el estómago, el médico dijo que tenía yo hacer un análisis de sangre. ¡Madre mía! Me dolía mucho por desangrar la sangre de dedos, apenas lloró -
-¡Cobarde! -
Eduardo en ese momento le recordó a su hermana, Laura.
Cuando era pequeño, nadie sabía cómo Laura sufrió mucho por las enfermedades. Como su hermano, quería ser más fuerte y donó su sangre a Laura.
De ahí que Eduardo no le entendiera por qué Adriano no podía aguantar el dolor de un segundo del análisis de sangre.
Adriano sabía que Eduardo le dio una mirada con desprecio, pero dijo con firmeza -¡No he llorado antes! Debes elogiarme, ¿verdad? -
-¿Te elogio con una patada? -
Eduardo pensaba, "¿Cómo Adriano podría ser tan desahogado?"
"¡Incluso es mi amigo!"
Mateo vio que los dos estaban muy cariñosos, dijo con Isaac -Pase lo que pase. ¡Nunca puedes dejar a Eduardo en casa solo! -
Isaac estaba nervioso. Podía percibir el sentido de las palabras de Mateo y dijo preocupado -¿Cómo anda Eduardo en los últimos días? -
-Nada, pero deberías prestar más atención a Anabel luego -
Mateo aconsejó impotente algo a Isaac. Se fue al hospital.
Mateo mandó a sus hombres que llevara a Anabel al Hospital Militar, sino que al Hospital Central. Quería evitar a Anabel encontrándose con Rosaría.
Cuando Mateo llegó, el médico ya había echado a salvarla.
Sonó su teléfono.
Mateo lo respondió ahora mismo.
-Dime, soy Mateo -
Estaba un poco enojado y dijo con tono mal.
Al oír su tono, la otra parte dijo -Ya tienes mucha fuerza, ¿incluso no quería hablar conmigo ya? -
Mateo estaba confundido, luego vio al número de teléfono. Era la llamada de Señora Lorena.
Sabía que no era un asunto bueno y dijo -Mamá, ¿por qué me llamas? No he visto el número de teléfono -
-Me temo que no responderás mi llamada después de leerla, ¿verdad? -
Señora Lorena dijo con tono de choque, así que Mateo no sabía qué iba a decir luego.
El ambiente estaba un poco embarazoso.
Al final, Señora Lorena seguía diciendo.
-Me entero que tú quieres expulsar a Anabel afuera de la ciudad H. ¿Tú quieres matarle a ella? ¿Qué vas a hacer ahora? -
Señora Lorena todavía podía controlar su ira antes, pero luego ya no podía aguantar más, decía con todo alto.
Mateo frunció el ceño.
Anabel acababa de entrar en la sala de operaciones, su madre del extranjero ya sabía lo que había sucedido. Era obvio que en la Familia Nieto todavía había espía de su madre.
"¿Quizás Anabel había llamado a ella?"
"Pero ella ya estaba en coma, ¿verdad?"
"¿Era sólo una falsificación?" pensaba Mateo.
Todos sabía que Víctor se le enamoró de Rosaría. ¿Por qué Señor Mateo los hizo regresar? Sin embargo, no se atrevió a preguntar más, así que colgó el teléfono y regresaron.
Al ver que el guardaespaldas se iba, Víctor dijo sonriendo -¿Mateo no tiene miedo de que yo te enamore ahora? ¿Por qué manda a los guardaespaldas retirándose? -
-Estoy de acuerdo -
Rosaría asintió, pero Víctor estaba confundido.
-¿Estoy mal? ¿Por qué no te gusto? -
Víctor estaba infeliz.
Rosaría sonrió y dijo -Eres perfecto, pero debido a que eres tan perfecto que no puedo enamorarme de ti. Podemos hacer amigos -
Al final, Rosaría parpadeó traviesa.
Víctor se quedó sin palabras.
-No puedes rechazarme de esta manera ¡Belleza, no puedes finalizar la conversación con esto! ¡Por qué solo te gusta Mateo! -
-Tal vez me enamoré de él a primera vista. Por eso, me gusta todo, perfecto o imperfecto -
Cuando dijo esto, Rosaría estaba muy tímida. Víctor tenía mucha envidia por Mateo.
-¿Cómo puedes enamorarte solo de él a primera vista, sino que yo? ¡Creo que soy más guapo que Mateo! -
Víctor era realmente más guapo que Mateo, Pero no ellos eran el mismo tipo.
Rosaría sonrió y dijo -Mateo tiene ojos finos, pero no los tienes -
Cuando escuchó esto, Víctor estaba muy triste.
-¿Qué? ¿Por qué te gustan los ojos finos? ¿No crees que el hombre, contando con los ojos finos, es como señorito? -
-¡No lo creo! -
Rosaría continuó diciendo para obligar a él abandonar. Incluso recordó a los ojos finos de Eduardo.
Cuando Eduardo estaba mimado ante ella, sus ojos estaban encantados como magia.
Víctor estaba muy desconsolado por lo que había dicho Rosaría. Incluso quería hacer la operación de cirugía plástica, por lo tanto, solo era una imaginación.
-¡Vamos a tomar café! Me invitas -
Él desahogó su insatisfacción como un chico enojado.
A Rosaría no le importaba. Sabía que Víctor era un hombre honesto. Cuando llamó al camarero para pedir café, vio una figura familiar caminando rápidamente hacia la mesa, agresivamente.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡No huyas, mi amor!