¡No huyas, mi amor! romance Capítulo 182

La señora Lorena cerró la ventana apresuradamente y se volvió para mirar a las personas que estaban detrás de ella.

El médico y la enfermera le buscaron a Laura inmediatamente, pero cuando descubrieron que Laura no estaba en la habitación, se pusieron pálidos.

-Señora Lorena, ¿dónde está la señorita Laura? -

-¡Qué broma! ¿Por qué necesito decirte a dónde va ella? -

En este momento, la señora Lorena contuvo completamente su indignación y estaba muy indiferente.

-¡Joder! La señorita Laura puede haber escapado. Necesitamos encontrarla -

La cara del médico se volvió extremadamente mala. Le dijo a la enfermera a su lado. Pero la señora Lorena dijo enseguida -¡A nadie se le permite salir! Hoy, dispararé y mataré a quien salga -

La señora Lorena no bromeó en absoluto e instaló la pistola con un silenciador directamente. Su seria expresión les daba un escalofrío.

-Señora Lorena, ¿qué está haciendo? La señorita Laura no podría soportar tal tormento ahora. Además, le darán a ella una operación mañana. ¿No tiene miedo de dañarle así? -

-Este es el asunto de nuestra familia. ¡No tiene nada que ver contigo! Repito otra vez, ¡a nadie se le permite irse! -

La mirada de la señora Lorena recorrió a todos los presentes con frialdad.

Después de que Laura salió corriendo, se cayó. La rodilla había sangrado. A ella le dolía mucho, pero cuando se enteró de que su abuela todavía la estaba esperando, apretó los dientes y se puso de pie para seguir corriendo. Sin embargo, las lágrimas volaban en el aire.

Cuando terminó el juego, al ver a su papá, tuvo que pedirle a su abuela que le comprara una piruleta. A ella le dolía mucho por esa caída.

Después de que Laura salió corriendo, vio a Lluvia acercándose a ella. Detrás de ella parecía haber mucha gente.

-Señora Lluvia -

Laura quería arrojarse a ellos, pero recordó las palabras de la señora Lorena. Se escondió apresuradamente y escuchó a lo que dijo Lluvia -El señor Carlos dijo que no podemos dejar que la señorita Laura viva hoy. La enfermera de arriba me llamó y dijo que Laura se había escapado. Será mejor que busquen a ella en tu alrededor y la encuentren. Debemos matar a Laura sin que nadie se dé cuenta. No debemos dejar que nadie encuentre huellas -

-¡Sí! -

Las personas detrás de ella estaban feroces al escuchar las palabras de Lluvia. Rápidamente se extendieron, corriendo en todas direcciones.

Aunque Laura era pequeña, no era estúpida. Ella podía entender lo que significaba ¨matar¨.

Ella empezó a temblar.

¿El señor Carlos era su compadre, y él la quería matar a ella?

¿Por qué?

¿Fue por su enfermedad que implicó a su mamá y al hermano mayor?

¿O fue por su desobediencia?

Laura cubrió su boca y tembló repentinamente, las lágrimas caían por sus hermosos y grandes ojos.

Se acurrucó en un rincón del lecho de flores y se escondió. Ella no se atrevió a hacer un sonido mientras observaba sus pasos.

En este momento, se dio cuenta de que la abuela no estaba jugando un juego con ella.

Alguien quería matarla realmente, y la abuela la estaba protegiendo.

¡Abuela!

Laura pensó en la señora Lorena y lloró aún más.

De repente, un par de manos se posaron en los hombros de Laura, asustándola tanto que ella casi gritó. Sin embargo, oyó a la persona detrás de ella decir -Laura, soy yo -

-¡Adriano! -

Cuando Laura oyó la voz de Adriano, se dio la vuelta apresuradamente y lo abrazó.

¡Ella estaba tan asustada!

Adriano no era mucho más alto que Laura. Le dio unas palmaditas en el hombro de Laura y dijo -Sígueme. Te llevaré a buscar a papá. Mariano ya ha ido a frenarlos -

-Abuela todavía está en la sala -

Laura pensó en la señora Lorena.

-Papá encontrará una solución -Susurró Adriano.

Laura siguió a Adriano y comenzó a atravesar entre los matorrales de flores. Adriano era como un pequeño ratón, que no dejaba a Laura cuando la gente se acercaba.

Al principio, Laura todavía estaba muy asustada, pero cuando notó que Adriano era tranquilo, ella dejó de tener miedo de repente.

Descubrió que Adriano era tan valiente como su hermano y la protegería a ella también.

Laura seguía a Adriano siempre y finalmente vio el auto de Mateo.

-Papá -

Adriano llevó a Laura a subir rápidamente.

Al ver que Laura estaba bien, Mateo se sintió aliviado.

-No ten miedo. Te llevaré de aquí -

-Pero abuela sigue en la sala -

Laura siempre recordaba a la señora Lorena.

Mateo notó a la multitud en la sala de Laura y le dijo al guardaespaldas que estaba a su lado -Envía a Adriano y a Laura a un salvo lugar y espérame allí. Iré a salvar a mi madre ahora -

-Señor -

El guardaespaldas estaba un poco preocupado.

Estas personas eran todos los guardaespaldas de la familia Nieto. Y ellos habían crecido con Mateo en los Estados Unidos. Estaban preocupados por Mateo y la señora Lorena. Cuando se enteraron de que Mateo iría a salvar a la señora Lorena, susurraron -Vamos -

-Escúchame. Salid rápidamente con Adriano y Laura -

-Papá, debes traer a la abuela de vuelta -

Los ojos de Laura estaban llenos de lágrimas. La forma en que rezaba hacía que el corazón de Mateo doliera interminablemente.

Extendió su mano y limpió las lágrimas de Laura suavemente. Él sonrió y dijo -No te preocupes, papá traeré a tu abuela de vuelta definitivamente -

Después de decir eso, Mateo bajó rápidamente e hizo una llamada telefónica.

Después de un ratito, un joven salió del auto y miró a su alrededor. Susurró -Mateo, estoy aquí. ¿Dónde estás? -

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