¡No huyas, mi amor! romance Capítulo 201

-¡Ay! -

Adriano gritó, Rosaría lo recogió apresuradamente. Adriano la abrazó inconscientemente e incluso ensució la ropa de Rosaría.

Al ver esta escena, Mateo sacudió la cabeza con impotencia y dijo -¿Puedo pegarte? -

-No -

Adriano respondió en voz baja.

Rosaría se sintió un poco preocupada cuando lo vio así.

-Basta, tienes la cara tan seria, cualquier niño te va a tener miedo. Adriano, dime, ¿qué estás haciendo? -

Rosaría miró a Mateo coquetamente y luego le preguntó a Adriano suavemente.

Adriano dijo en voz baja -Mi hermana dijo que le gustan las mariposas, pero no puede salir a tomar el sol, sólo puede ver las mariposas volando por la ventana. Por eso quiero capturar unas para ella, tal vez así ella no va a sentir tanto dolor -

Al oír la voz tierna de Adriano, Rosaría se sentía muy conmovida, y los ojos de Mateo también estaban un poco húmedos.

-Mocoso, no hagas este tipo de cosas en adelante. Además, tienes que informar a tu mamá cuando salgas. Saliste sin decirnos nada, ¿sabes que todos estamos muy preocupados por ti? -

-Lo siento, mamá, no haré así la próxima vez -

Solo entonces Adriano se dio cuenta de que Mateo y Rosaría habían salido para buscarlo, se sintió un poco avergonzado por un momento.

-Está bien, nuestro Adriano es el más obediente. Laura ya salió, pero aún no se ha despertado. ¿Vamos a verla juntos? -

-¡Vale! -

Adriano se rio con alegría de inmediato.

Rosaría recogió a Adriano, pero Mateo lo tomó de su abrazo.

-Déjame hacerlo. Aún no te ha recuperado, este mocoso es demasiado pesado -

-No es necesario, puedo caminar por mí mismo -

Adriano dijo. Aunque el abrazo de mamá era muy cómodo, él todavía decidió caminar por sí mismo.

-No pasa nada. Puedo llevarte -

Mateo tomó a Adriano del abrazo de Rosaría y lo puso directamente sobre su hombro.

-¡Ay! -

Adriano nunca fue elevado tan alto por Mateo, por lo que se rio felizmente de inmediato.

Al ver sus expresiones felices, Rosaría recordó repentinamente a Eduardo.

Si Eduardo todavía estuviera aquí, tal vez estaría tan feliz como ellos.

Un rastro de dolor apareció en los ojos de Rosaría.

Ella no sabía dónde estaba Eduardo, y estaba ansiosa por saber si él estaba bien o no, pero desafortunadamente, no tenía ninguna noticia de él.

La señora Lorena le entregó el Imperio de la Noche, pero ella no sabía qué necesitaba hacer y cómo ponerse en contacto con ellos.

Mateo caminó por un rato, de repente descubrió que Rosaría no lo seguía. Se detuvo y estaba un poco confuso.

-¿Qué pasa? ¿Estás pensando en algo? -

-Nada, acabo de recordar a Eduardo -

Las palabras de Rosaría hicieron que los ojos de Mateo también se llenaran de tristeza.

-No te preocupes, lo encontraremos -

Cuando Adriano oyó el nombre de Eduardo, tampoco estaba tan alegre como antes.

-Mamá, yo también encontraré a Eduardo -

-Está bien. Eduardo volverá -

Rosaría acarició su cabeza y regresó a la habitación de Laura con Mateo.

Laura aún se despertaba, Adriano insistió en acompañarla, así que Rosaría y Mateo lo dejó allí.

Después de que los dos salieron, Mateo fue directamente a la habitación de la señora Lorena.

La señora Lorena todavía estaba descansando y durmiendo pacíficamente.

Esta vez, Mateo tuvo una sensación muy diferente.

La mujer frente a él no era su madre biológica, pero le había dado mucha felicidad y mucho cuidado. Cuando era niño y estaba enfermo, fue ella la persona que estaba a su lado, cuidándolo toda la noche.

Antes había sentido que su madre lo prefería y estaba un poco indiferente a Rolando, pero nunca pensaba que esta mujer no fuera su madre biológica.

¿Pero qué le importaba?

Aunque ella no era su madre biológica, Mateo todavía estaba muy agradecido por su cuidado durante tantos años. Comparando con las intrigas de Anabel, Mateo ya dejaba de considerar tanto.

Rosaría no sabía lo que Mateo estaba pensando, tampoco sabía lo que debía decir, por lo que solo podía acompañarlo en silencio.

Mateo dijo en voz baja -No importa quién sea, en mi corazón, ella es mi madre y la abuela de mis hijos -

-¡Sí! Ella es una gran mujer -

Mateo no la refutó.

Rosaría recordó las palabras de la señora Lorena y le dijo en voz baja -Quiero salir por un rato -

-Vale -

Mateo no le preguntó a dónde iba, solo asintió.

Rosaría salió rápidamente de la habitación y fue a la oficina a buscar al médico que atendía a la señora Lorena.

-Doctor, quiero el informe patológico y el informe de salud de mi suegra -

-Vale -

El médico ya sabía la identidad de Rosaría, por lo que no dudó en darle los dos informes a Rosaría.

Originalmente Rosaría quería decirle al médico unas palabras más, pero al final, salió de la oficina sin decir nada.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡No huyas, mi amor!