¡No huyas, mi amor! romance Capítulo 349

La señora Lorena también se quedó aturdida.

Mateo frunció el ceño y preguntó -¿Cómo que llevó a Adriano a la compañía? -

-Adriano dijo que quería estar junto con Rolando. Entonces le dejó ir con él. No es la primera vez que lo dejó solo en la oficina -

Lorena soltó un suspiro.

Como Rolando aún no había regresado, ellos se sentaron en el sofá, esperando a que él volviera a comer juntos.

Rosaría pasó toda la mañana corriendo por todas partes. Se fingía no estar cansada, pero Mateo lo descubrió al instante.

-¿Quieres subir para descansar un rato? -

Al oírle hablar, la señora Lorena se asustó. Sólo hasta entonces cayó en cuenta de que Rosaría parecía cansada.

-Perdona por no dejar de hablar. Casi se me olvidó que acabas de dar a luz. Tienes que descansar más. Mateo, llévale a la habitación para descansar. Cuando Rolando regrese, os llamaré -

La señora Lorena ordenó.

-No te preocupes, mamá. Estoy bien -

Rosaría no quería subir, pero Mateo la levantó con sus brazos y la llevó a su dormitorio.

-¡Mateo! -

Rosaría se sentía mucha vergüenza.

Frente a la señora Lorena, ¿era pertinente un comportamiento como tal?

Sin embargo, como si no lo hubiera oído, Mateo entró a la habitación con Rosaría en sus brazos y la puso en la cama.

-Descansa. Has estado corriendo toda la mañana y también hiciste muchos ejercicios. Tienes que descansar ahora. Rolando no va a regresar tan pronto. Así que descansa -

Mateo sentía un poco culpable. Si hubiera sabido que almorzaría en la casa, no habría llevado a Rosaría al gimnasio.

Al ver lo agotada que estaba Rosaría, se sentía mal.

Rosaría quería decir algo más, pero al ver la mirada cariñosa de Mateo, no dijo nada más.

Pensaba, "Este hombre me ama de verdad, no puedo hacer que se preocupe por mí."

-Lo haré. Puedes bajar para acompañar a la señora Lorena -

-Está bien -

Mateo sabía que Rosaría estaba preocupada por Lorena, por eso le dijo que sí.

Al ver que Mateo estaba de acuerdo, Rosaría cerró los ojos.

Quizás por el cansancio, se quedó dormida muy pronto.

Mateo cogió la manta y la cubrió. Mirando la tranquila cara dormida de Rosaría, frunció un poco el ceño.

Se quedó allí un rato y luego bajó enseguida.

La señora Lorena aún estaba estudiando la vasija para lavar los pies, lo cual sorprendió a Mateo.

-Mamá, ¿por qué estás estudiando esta? -

-Es bastante bueno -

Lorena dijo sonriendo en silla de ruedas. Parecía que a ella le gustaba mucho este regalo.

-La compró Rosaría. No sabía qué te gusta. Compró esto porque es buena para la salud -

Mateo no pudo evitar decir algo a favor de Rosaría.

Lorena sonrió y dijo -Rosaría es una buena nuera. De todos modos, ella es mucho mejor que tú -

-Mamá -

Mateo estaba un poco avergonzado.

No esperaba que Lorena se volviera así en el último mes.

-Iré al extranjero y buscaré un experto para curarte los pies -

-No lo hagas. Si Dios quiere que me levante, lo haré tarde o temprano. Si Dios quiere que yo pase el resto de mi vida en la silla de ruedas, me resignaré. Por cierto, ¿qué dijo la familia Suárez? Ha pasado tanto tiempo, ¿por qué aún no ha celebrado la ceremonia? -

Al escuchar lo que dijo Lorena, Mateo frunció el ceño.

-Ha pasado una cosa -

-¿Qué es? -

Lorena inmediatamente se puso nerviosa.

Mateo le dijo a Lorena lo que pasó a Marta y a la señora Verónica.

-¿Está loca esa anciana de la familia Suárez? Prefiere a una mujer con quien no tiene relación de parentesco a su propia nieta. Dile a la familia Suárez que si no quiere aceptar a Rosaría, la aceptamos nosotros. En el futuro, incluso si nos ruega que la devuelva, no la daremos -

Lorena estaba actuando como si fuera una niña.

Al ver que Lorena estaba tan amable con Rosaría, Mateo sonrió y dijo -Le dije lo mismo -

-¡Buen trabajo! La nuera de nuestra familia no puede ser tratada así. Esa Marta, fue ella quien persiguió a Rosaría en los Estados Unidos, ¿verdad? -

-Sí -

-¿No te importa que le maltrataran a tu esposa? -

Mateo no se atrevió a mirar la mirada reprobadora de Lorena.

-Mamá, a Rosaría aún le preocupa la relación entre Marta y la señora Ada -

-¿Y tú? No tienes nada que ver con Marta. Le trataron a tu esposa de esa manera y aún pudiste estar quieto. ¿De verdad eres un hombre de nuestra familia? -

La señora Lorena le ironizó.

Mateo sentía mucha vergüenza.

-Es que -

-Deja ya. ¿Dónde estabas cuando tu esposa fue maltratada? No creo que seas tan amable hasta no querer hacer nada a una zorra quien insultó a tu esposa. Si no puedes hacerlo en público, ¿acaso no puedes hacerlo en secreto? -

Cuanto más hablaba la señora Lorena, más enojada estaba. Incluso le dio ganas de darle unas patadas a Mateo.

Mateo se sentía muy avergonzado.

-Mamá, me encargaré de esto más tarde -

-¿Qué estás esperando? ¿No está Rosaría dormida ahora? Rolando aún no ha regresado. ¿Qué estás haciendo aquí? -

Las palabras de Lorena sorprendieron a Mateo.

-¡Estoy acompañándote! -

-¿Necesito que me acompañes? ¡Lárgate! -

La señora Lorena dijo gritando. Si no fuera por sus malas piernas, se levantaría para darle una patada.

Esta fue la primera vez que Mateo había sido tratado así por Lorena, por lo que no estaba acostumbrado.

-Mamá, ¿soy tu hijo o Rosaría es tu hija? ¿No tienes miedo de que me sienta triste? -

-Ya diste toda la corazón a Rosaría ¿Cómo puedo hacer daño a ti? -

Al escuchar estas palabras, Mateo se sonrojó.

-¿Y Rosaría? -

-Estoy aquí, no te preocupes. Además, estamos en la casa de la familia Nieto. Aunque soy vieja, puedo cuidar bien a tu esposa -

El carácter fuerte de la señora Lorena no cambió a pesar el paso de tiempo.

Solo entonces Mateo se levantó y se fue.

Después de salir de la mansión, Mateo llamó a Mariano.

-¿Dónde estás? -

-En casa -

Mariano estaba lánguido estos días por lo que pasó a Lidia, pero después de escuchar la voz de Mateo, respondió con toda rapidez.

Mateo sabía que estaba de mal humor y susurró -Ven a recogerme en la mansión de la familia de Nieto. Vamos a desahogar la furia -

-¿Qué? -

Mariano no le entendió. Como si se hubiera dado cuenta de algo, de repente bajó la voz y dijo -Señor Mateo, no puedes hacer esta cosa a la señora Rosaría. La señora ha sacrificado tanto por ti. Si buscas a una otra mujer, la señora estará muy triste. Además, ya tenéis hijos. También eres una celebridad en la ciudad H, todo el mundo está fijándose en ti. Si los periodistas te vieran, ¿no sería esto muy malo? -

-¿De qué tonterías estás hablando? Date prisa y sal -

Mateo estaba muy molesto.

¿Qué le pasó a él?

Pensaba, "Primero mamá me trató así. Y ahora hasta Mariano me malentendió. ¿Acaso para ellos soy una persona tan mala?"

Al escuchar las palabras de Mateo, Mariano se dio cuenta de que le había malentendido. Rápidamente condujo a la entrada de la mansión.

Mateo estaba fumando. Cuando vio a Mariano, dijo algo en voz baja y los dos se fueron.

Por otro lado, los de la familia Suárez llamaron a Rosaría varias veces pero no cogió la llamada. Todos estaban muy nerviosos.

Debido a que Marta estaba aquí, Javier también llevaba una cara muy seria. La que más angustiosa que estaba era Ada.

Ada quería decir algo, pero siempre lo dejó al ver la mirada de la señora Verónica.

-¿Rosaría aún no contesta el teléfono? -

El tono con que habló la señora Verónica obviamente era un poco serio.

Ada asintió con la cabeza.

Javier dijo fríamente -Si fuera yo, no cogería la llamada tampoco -

-¡Cállate! -

La señora Verónica miró a Javier y dijo enojada -Eres un anciano. ¿Por qué no tratas de convencerle a Rosaría? ¿Es tan tacaña que no puede aceptar a Marta? -

-Abuela, deja de hablar. Será mejor que me vaya. La hermana no volverá si estoy aquí. A ella no le gusto, lo sé -

Marta dijo sonándose la nariz. Desafortunadamente, aparte de la señora Verónica, ni Javier ni Ada la consolaron.

Al ver a Marta así, Verónica dijo apresuradamente -Marta, no te preocupes. Hablaré con Rosaría -

-Marta, de repente recuerdo algo que no he comprado. Ayúdame a comprarlo -

Ada realmente no podía soportarlo más.

En este momento, Rosaría debería más estar en casa, si no fuera por Marta. La señora Verónica parecía haber encantada por Marta, cuya actitud hacia Rosaría le molestó a Ada.

Ella le dijo, con la intención de alejar a Marta.

Marta también sabía lo que Ada estaba planeando. Antes de que pudiera decir algo, escuchó a la señora Verónica decir -Hay muchos sirvientes en casa. Deja que ellos lo compren -

-No tengo confianza con los sirvientes. Será mejor que lo haga Marta -

Ada insistió.

Marta conocía muy bien a Ada. Dijo apresuradamente -Abuela, mejor me voy. Tal vez pueda encontrarme con Rosaría. Tal vez regrese si logro hablar con ella -

-Vale -

A la señora Verónica le cayó cada vez mejor Marta.

Javier estaba tan enojado que quería irse, pero fue detenido por Ada.

-Javier, la señora Verónica necesita tomar la medicina ahora. Ayúdame a cogérmela -

Al escuchar lo que dijo Ada, a pesar de que no lo quería, Marta se levantó y se fue de la casa de la familia Suárez.

La cosa que quería comprar Ada era algo muy común. Marta estaba muy enojada, pero no sabía qué hacer.

La familia Suárez le había asignado un auto a Marta. Marta no solo lo aceptó, sino que también actuó y ordenó al conductor que fuera al mercado como si fuera una verdadera señorita de la familia Suárez.

No mucho después de que Marta se fue, un auto negro siguió su auto, y conducía cada vez más rápido.

Al principio Marta no le hizo caso. Cuando se dio cuenta de que había un coche que la seguía, sentía mucho pánica.

-Conductor, conduce a un lugar lleno de gente. ¡Ahora! -

Desafortunadamente, antes de que pudiera terminar su frase, el auto detrás de ella chocó repentinamente contra el suyo.

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