¡No huyas, mi amor! romance Capítulo 50

Cuando Rosaría escuchó el sonido de los pasos, levantó la cabeza y vio que Mateo estaba de pie a la puerta, mirándola fijamente.

Estaba observando con miradas emocionales y suaves como si fuera vio la mujer más preciosa.

Pero, Rosaría se sintió triste en seguida,

Pensaba, "La persona al que más ama él es Estela. Yo no soy tan importante para este hombre."

Preguntó -¿Señor Mateo? ¿Por qué vienes? Dijiste que estás ocupado últimamente, ¿no? -

En realidad, ella ya sabía que el director Luis le había dado el informe de la prueba de paternidad a Mateo. Estaba esperando a este hombre, pero no se había imaginado que viniera después de tanto tiempo. Además, la sorprendió su mirada cariñosa.

Pensaba, "¿Quiere reconciliarse conmigo?

¿O para preguntarme algo?"

Rosaría estaba preparada mentalmente, pero Mateo entró con una sonrisa.

Con la luz solar que se podía ver a través de la ventana, el cuerpo del hombre se veía más encantador.

Rosaría de repente se puso aturdida.

Todavía recordaba que cuando conoció a Mateo, también era tan enérgico y atractivo. En aquel entonces, era un empresario invitado por la escuela. Regresó a la escuela para compartir las experiencias profesionales. Rosaría se quedó profundamente enamorada de este hombre al verlo. A partir de entonces, ella soñaba con ser su esposa.

Pensó que todo esto era solo su propia ilusión, pero nunca había pensado que el sueño se convertiría en una realidad. En un banquete, se acostó con él por accidente. Además, los encontraron.

Pero luego descubrió que Mateo ya tenía novia. Debido a este incidente, su novia le abandonó y se fue. Mateo tuvo que casarse con ella frente a la presión que le había dado los rumores y el público.

Aunque se quedaron juntos de esta manera rara, ella siempre estaba feliz y agradecida por poder ser su esposa. Para que el hombre la amara, hizo todo lo posible. Llevaba casi todos los días intentando complacerlo.

Sin embargo, la realidad no era como lo que había planeado. Aunque había hecho todo lo posible para que este hombre le quisiera, no pudo conmoverlo.

En este momento, esta misma escena hizo que Rosaría se sintiera muy dolorosa. Odiaba a este hombre atractivo.

Pensaba, "Si no fuera tan guapo, no me habría pasado la desgracia, ¿no?"

Desafortunadamente, ¡todo era sólo una hipótesis!

Rosaría hizo todo lo posible para controlarse, pero no se podía notar la frialdad y el disgusto en su mirada.

Cuando Mateo vio el rechazo suyo, se sintió decepcionado.

Dijo -¿Qué te pasó? ¿No te gusta que venga? -

Dio un paso hacia adelante y puso los mangos sobre la mesa.

Rosaría olió la fragancia de las frutas y se quedó triste de nuevo.

La fruta favorita suya era el mango, pero después de que Mateo dijo que no podía soportar este sabor, nunca lo había comprado. Sin embargo, no entendía por qué este hombre cambió totalmente la actitud después de volverse con una distinta apariencia.

Esto era particularmente irónico, ¿no?

Ella dijo -¿Por qué traes mangos? No me gustan -

Rosaría ni los miró. De hecho, no había comprado mangos durante estos cinco años porque Eduardo y Laura eran alérgicos a esta fruta.

En este sentido, estos chicos eran similares a su padre.

Mateo se quedó aturdido.

A través de las palabras de los sirvientes, se enteró de que a ella le gustaba comer mangos. Como era alérgico a ellos, pensó que la razón por la que no los había visto en su casa era porque a esta mujer tampoco los quería, pero después descubrió el sacrificio que había hecho ella.

Quería decirle que podía comer lo que quisiera, pero después de que Estela había regresado, no podían hablar tranquilamente.

Por lo tanto, al ver que Rosaría ya no quería comer los mangos, ni siquiera los miró, este hombre tuvo una sensación muy compleja.

-Tus miradas te traicionaron. Te gusta esta fruta, ¿no? Si te gusta, te voy a servir uno -dijo él.

Sin ver la expresión llena de frialdad de la mujer, Mateo cogió un mango y lo peló.

-¡Déjalo! ¿No eres alérgico a esto? -gritó la mujer.

Pronto Rosaría se dio cuenta de que estaba demasiado emocionada. Con la mano extendida, se quedó sin palabras.

Mateo se quedó sorprendido al escuchar esto.

Dijo -¿Cómo sabes que soy alérgico a los mangos? -

La observó con miradas expectantes.

Rosaría retiró la mano y dijo con una sonrisa -Lo siento. Me he equivocado. Es que Carlos es alérgico a los mangos, pero siempre me los servía. Dejé de comerlos cuando vi la erupción que le salió -

Cuando Mateo escuchó lo que dijo Rosaría, se quedó decepcionado.

Pensaba, "¡Carlos!"

¡Fue por este hombre!

Apretó las manos, haciendo que el jugo del mango saliera un poco.

Pero la mujer lo ignoró. Continuó riendo y dijo -Señor Mateo, Pélame uno si no te importa. Como Carlos no está aquí, quiero tomar uno -

Al ver la sonrisa de la mujer, el hombre se sintió doloroso. Bajó la cabeza y siguió pelándolo.

Dijo -Come si quieres. Se dice que los mangos son una fruta muy buena para las mujeres. Haga lo que quieras -

-Gracias. Señor Mateo, pero Carlos es especial y no puedo dejarlo sufrir por mí -contestó la mujer.

Las palabras de Rosaría hicieron que Mateo se sorprendiera.

-¿Amas tanto a Carlos? -preguntó él.

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