Notas de un asesino. romance Capítulo 11

Llevaba días en un lugar que ni ella misma sabía dónde estaba. Luego de que terminó de empapar la ropa de Adler, él le dijo que si quería ir con él y ella por su parte dijo que sí, sin siquiera pensarlo.

Sabía que si se hubiese quedado en el lugar en el que se estaba quedando él iba a llegar ahí, y quien sabe Dios que hubiese hecho, la decepcionó bastante el hecho de que la haya pintado de "capricho" en su vida, él decía que le gustaba y sabía que, aunque era sólo atracción, puedes llegar a querer a la persona que te atrae.

Estaba en el departamento de Adler y sabía que dijo que no sabía dónde estaba, pero se refería a que no sabía en donde quedaba el lugar. Se encontraba preparando su desayuno ya que, aunque este departamento es de Adler él no lo utilizaba.

Las ropas que había usado son todas de Adler, dejó todo en el departamento del idiota innombrable. Terminó de preparar lo que se comería y paró en seco cuando el timbre del departamento fue tocado.

Adler siempre olvidando las llaves.

Se dirigió a la puerta y la abrió dándole paso a hablar: —Adler, tienes que tomar las llaves antes de salir... —¡No, no, no!

Intentó cerrar la puerta, pero falló, su pie hizo que la puerta no pudiese cerrar y ella solo lo dejó estar.

¿Qué más da?

—Perdón, Lennox. —Sus ojos se veían agotados, se veía frágil y estaba al punto de colapsar, eso lo sentía y no quería que le pasara nada. Seamos sinceros ella lo quería, pero no iba a ceder tan fácil, ella quería una explicación.

—¿Qué es lo que quieres, Mikhail? —preguntó Lennox.

—Te quiero a ti, Lennox. —Lo dijo y lo creía, pero ¿qué hay con Candy? Se preguntó de manera interna Lennox.

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