Notas de un asesino. romance Capítulo 9

“Ahora que te tengo no puedo estar cerca de ti, porque tengo miedo de que me ames, yo no puedo ser amado. Y lo que más me molesta es que estoy intentando olvidarte y ni eso puedo.”

Caminó y caminó sin rumbo ¿será que su destino es estar sola? ¿será que su destino está lleno de sufrimiento? Algo que le gustaba de sí misma es que no vivía en el pasado y si lo hacía eran muy pocas veces, sabía que no parecía una chica que había sido abusada, lo pensaba por su ánimo porque si es físicamente daba asco.

Los cortes en sus piernas aún eran recientes ¿cuál corte no lo sería? Hace dos días fue golpeada y casi violada brutalmente por una persona o probablemente dos.

Pasó por un café familiar y miró como dos padres hablaban con sus hijos, vio como sonreían y pudo sentir como en su garganta se formó un gran nudo, ¿acaso esto siempre le iba a suceder? ¿estar llorando se volvería costumbre?

Pasó por un cartel en los cuales había imágenes de desaparecidos y cuando lo hizo se arrepintió de inmediato, el color de su piel se esfumó y su corazón dejó de latir, había una foto de, Evan pegada en el mural y se sintió culpable. En el momento en que disparó no sabía en qué estaba pensando, bueno sí sabía, estaba pensando en venganza y sabía que de alguna forma Mikhail estaba haciendo una mala jugada ya que la presionó, pero lo hecho, hecho está.

Caminó con seguridad y se sintió de alguna manera perseguida, volteó hacía atrás y ¡bingo!, un chico alto, rubio, cuerpo trabajado y los ojos: ni idea, la seguía.

Él caminó detrás de ella y, lo siguiente que hizo fue darle la vuelta y cruzar los brazos frente a él. En ese momento su cuerpo avanzó hacía ella con determinación y no se dejó intimidar porque, aunque suene estúpido, el único que lo logra hacerlo era: Mikhail.

—Hola, Lennox —Mierda, ¿pero que les pasaba a los hombres? ¿su voz ha sido creada para hacer que las mujeres se queden en blanco?

—Hola, discípulo de mierda —Le alegró el hecho de que su respuesta lo haya sorprendido, para que viese que no se dejaría intimidar de un rubio, bueno para todo, aunque era bueno para nada.

—¿Discípulo? —Preguntó confundido por el sobrenombre por el que lo llamó.

—Sí, seguidor, maldita sea —El hecho de que le haya respondido de esa manera lo sorprendió aún más y de nuevo ella se sintió orgullosa, sabía a la perfección que Mikhail lo envió.

No le cabía la menor duda.

—Si fue el hijo de mierda de Mikhail que te envío te puedes largar por donde mismo viniste. —Ella habló enojada.

—Es curioso pero mi hermano me dijo que me dirías eso. —Se quedó sin aire. ¿era hermano de, Mikhail?

Ay santísima mierda

—¿Qué? ¿cómo que hermano? —Él le dio una sonrisa de boca cerrada y ella solo se acercó más a él y lo detalló. Parecía que ambos fuesen sacados del mismo estanque, la única diferencia es que el pelo de este es más oscuro y más puro. —No me digas que eres hermano de Mikhail. —añadió ella.

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