OTRO MUNDO DE MÍ romance Capítulo 22

Candela dejó de llorar en cuanto escuchó sus palabras.

Se sorprendió al ver que la Elsa actual no era la misma que cuando llegó. Parecía tener menos control y ser más inteligente.

Entonces Candela dijo:

—Elsa, ¿cómo puedes decir eso? Por tu bien, por mucho que Agustín me haya perseguido, no he dicho que sí, y aún así me malinterpretas.

Elsa la miró en silencio.

Candela miró la expresión de Elsa y volvió a decir:

—En realidad, todos aquí quieren que Agustín y yo estemos juntos, al fin y al cabo estamos enamorados y no soportan que nos separemos, sobre todo mamá, que sabe lo mucho que nos queremos Agustín y yo y no puede dormir durante días por eso. Elsa, ¿por qué no te importa lo que siente mamá? ¿No puedes anular el compromiso con la familia Graciani y abandonas a Agustín?

La boca de Elsa se curvó en una sonrisa sarcástica:

—Si estás tan preocupada por madre y quieres tanto a ese Agustín, ¿por qué no vas tú misma a hablar con La familia Graciani? Si Agustín fuera una persona responsable, habría discutido con sus padres, y si realmente quisieran a sus hijos, habrían accedido.

Después de decir eso, Elsa puso una expresión suave:

—Y como puedes ver, soy nadie en esta casa, ¿cómo podría la poderosa familia Graciani aceptar romper el compromiso sólo por mi palabra? Candela, si de verdad te gusta mi prometido, tienes que armarte todo su valor. ¡Ánimo!

Aprendiendo los movimientos que le había enseñado Melissa, Elsa hizo un gesto de aliento.

Elsa se resistía a intervenir y se echó atrás en el compromiso, dejándo a Candela hablar por sí misma, lo que hizo que Candela se enfadara mucho.

Elsa se mordió el labio con tanta fuerza que lo atravesó de dolor, las gotas de sangre rodaron un poco por su barbilla.

Y Nora ni siquiera se dio cuenta y siguió reprochó a Elsa, se quejaba de todo lo que hacía Elsa cuando venía a la casa y cada movimiento de ella le molestaba a Nora.

A Elsa le dolía tanto la cabeza que sabía que no podía seguir quedándose aquí así que se huyó.

—¡Estoy enseñándote y te atreves a huir, si lo haces, no vuelvas! —Nora temblaba de rabia.

Candela se ocupó de sostenerla, luego frunció el ceño al ver que Elsa siempre tenía dolores de cabeza, dos veces que ella vio, una de ellas cuando Nora le había contado que Elsa había robado la collar y no lo había admitido, se cubrió la cabeza y fingió tener dolor de cabeza, y fingió desmayarse. Esto era la segunda vez.

«¿Está enferma?»

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: OTRO MUNDO DE MÍ