OTRO MUNDO DE MÍ romance Capítulo 30

A Elsa le parecieron extrañas las palabras de Candela porque Enrique estaba diciendo el hecho y que todo fuera un malentendido...

Elsa estuvo a punto de morir dos veces a causa de los dolores de cabeza, mientras que Nora dijo que pretendía, ni siquiera un extraño pudiera hacer tal como ella.

Entonces Elsa frunció los labios como si quisiera decir algo, pero no salió ni una palabra.

—¡Mira a Elsa! —Enrique, angustiado por tener que hacer justicia a su hija hoy, llamó a Nora con la cara sombría.

Y cuando los dos entraron en el estudio, Elsa se sintió un poco cansada de estar de pie, así que se acercó y se sentó en el sofá.

Candela se enfadaba ante la mirada indiferente de Elsa.

No esperaba que Elsa fuera tan intriga, pero parecía ser un rival duro.

—Elsa, ¿cómo puedes sentarte aquí en paz? Ve a hablar con papá —Se acercó a tirar de Elsa.

Elsa dijo despacio:

—Me empieza a doler la cabeza otra vez, no tires de mí, me da miedo que papá se enfade contigo también.

Candela no podía imaginarse a Elsa amenazándola, así que se quedó helada y Elsa aprovechó para dejarse caer en el sofá.

—No puedo, es mejor que vayas a convencer a papá, después de todo, mamá te quiere mucho y te trata como a su propia hija, y no te duele la cabeza, así que vete rápido y dile a mamá y a papá que dejen de pelearse.

Después de decir eso, Candela intentar irse a su propia habitación.

Ella no era estúpida. Ahora Enrique estaba enfadado, ¿si ahora apareció delante de él, ¿sin duda le recordó que Nora le hacía esto a su hija biológica por una hija falsa?

Pero acababa de dar unos pasos cuando sintió que Elsa la miraba burlonamente y no pudo evitar quedarse quieta de nuevo para explicar: —No es que no vaya a hablar, pero a papá no le gusto y que yo vaya sólo echaría más leña al fuego...

Elsa sonrió con un poco de sarcasmo:

—¿Por qué no vas y admites tu error a papá? Así, papá no achacará a mamá .

—¿Admites mi error? Elsa no dices tonterías, no hice nada malo.

En lugar de estar triste, Elsa estaba feliz, tan a gusto que no sabían que Elsa estaba haciendo joyas en secreto en su habitación y llevándolas a la tienda.

Melissa le dijo a Elsa que no necesitaba oro y plata de verdad para hacer joyas, que en su lugar podía utilizar plástico y cristal. Era como si Elsa hubiera descubierto un nuevo mundo, había muchas perlas y piedras preciosas falsas en esta época y aunque la textura no era muy buena, los diseños seguían siendo preciosos.

Melissa, que hizo su propia bisutería para la tienda, le enseñó a Elsa lo básico y ésta no tardó en dominarlo.

Las joyas que hacía eran muy populares. Lo que pasa era que la gente solía robarlo y a los pocos días de salir a la venta hay copias por ahí y Melissa está muy enfadada por ello.

Le dijo a Elsa con determinación:

—Elsa, ¿por qué no estudias diseño de joyas en la universidad? En el futuro, tus ideas de diseño valdrán mucho dinero y nadie se atreverá a copiarlas porque va en contra de la ley.

Elsa se impresionó por ello y ladeó la cabeza:

—Iré a esa universidad a ver cómo es antes de decidirme.

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