Papá, quiero que sea mi mamá romance Capítulo 161

Miguel agradeció amablemente a Malena el juguete, que le gustó mucho.

—Miguel ya puede hablar, ahora su tía puede sentirse aliviada —Rebeca ayudó a Malena a caminar hacia el salón mientras charlaba con ella.

—Sí, es realmente un alivio para mí que Miguel pueda hablar, por fin puedo sentirme aliviada ahora —dijo Malena con una sonrisa.

Desde que Miguel pudo hablar, el estado de ánimo de Malena era brillante y soleado todos los días.

Julieta vio a Malena al bajar y asintió con la cabeza a modo de saludo, pero no esperaba que Rebeca siguiera a la madre de Miguel y levantó las cejas sorprendida.

Desde que escuchó lo que Rebeca había dicho sobre Miguel la última vez, su impresión de ella había sido extremadamente mala, y aunque era amable en la superficie, Julieta no quería ni sonreírle.

Rebeca la había seguido sólo para acercarse a Miguel. La última vez sus padres les habían propuesto a ella y a Hector casarse, pero Hector la había rechazado en el acto y ella estaba muy triste. Cómo iba a renunciar a un hombre que le había gustado durante tantos años, así que planeó buscar un avance de la Familia y de los padres de Miguel.

No podía creerlo, si Malena y Iván eran felices con ella y a Miguel le gustaba, entonces qué razón tendría Hector para no volver a elegirla.

—Miguel parece haber engordado últimamente —Rebeca se sentó junto a Malena, eligiendo lo que a ésta le gustaba y diciendo.

—Sí, mira esa carita redonda, es aún más linda que antes —Malena estaba de buen humor al escuchar a los demás elogiar a Miguel, más feliz que ella misma.

—Muchas gracias, Julieta, por cuidar tan bien de Miguel —Rebeca agradeció a Julieta como si fuera un miembro de la familia Velázquez.

Julieta resopló fríamente, no necesitaba el agradecimiento de Rebeca, todas las palabras de Rebeca revelaban el mensaje de que era un miembro de la Familia Velázquez, lo que hizo que Julieta se sintiera muy mal.

Que no permitiera a Hector anunciar su relación por el momento, no significaba que pudiera tolerar que otra mujer codiciara tanto a su hombre.

—No tienes razón, me gusta Miguel y cuidar de él es lo que debo hacer. Además, no te gusta Miguel, ¿verdad? —Julieta respondió.

—No digas tonterías, le tengo mucho cariño a Miguel —Rebeca estaba muy enfadada por haber sufrido una pérdida, esta mujer era un verdadero incordio.

Malena entró por casualidad en la cocina y no escuchó lo que Julieta acababa de decir, cuando salió estaba hablando con Julieta, Rebeca lo vio y su ceño se frunció.

De repente, Miguel corrió y sacó a Julieta.

—¿Qué ha pasado? —Julieta fue arrastrada frente a una pila de juguetes a juego, sin saber qué estaba pasando.

—Mamá, no sé cómo montar estos juguetes —La boca de Miguel hizo un mohín y su frente se arrugó de infelicidad.

—Shhh —Julieta oyó que Miguel llamaba a su madre e inmediatamente se giró para mirar hacia el salón, sólo para dejar caer su corazón cuando vio que Malena seguía sentada en el salón.

Julieta no quería que Malena y las niñas supieran de su relación con Hector por el momento, la familia Velázquez no la aceptaría, por lo que el hecho de que ella era la madre de Miguel no podía exponerse más.

—Miguel, no me llames madre delante de los de fuera, ¿entendido?

Después de todo, el tema de hace cinco años no se ha investigado claramente ahora, y una o dos frases no pueden explicarlo con claridad, así que es mejor reducir los problemas innecesarios.

—¿No está permitido también delante de la abuela?

—No, excepto cuando no hay nadie cerca, y cuando papá está cerca.

Miguel no entendía muy bien por qué Julieta se ponía así, pero obedientemente hizo lo que le decían.

—Ven, te acompañaré —Julieta cambió de tema.

Miguel no se interesaba por los juguetes que Malena le había regalado antes, así que compró el puzzle de juguete más complicado, y esta vez se lanzó y a Miguel le gustó mucho.

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