Papá, quiero que sea mi mamá romance Capítulo 171

Cuando Nando Ferreyra y Dora Pereira vieron a Julieta, las cuencas de sus ojos se pusieron rojas de emoción.

—Dora, ¡realmente es nuestra hija! —dijo Nando con entusiasmo, mirando a Julieta y tomando la mano de Dora.

Para los dos, que no conocían el lugar ni tenían contactos sociales, era muy difícil encontrar una gran estrella como Julieta. Se enfrentaron a un enorme desprecio en el camino, pero finalmente consiguieron localizarla.

—Es nuestra hija, es nuestra hija —susurró Dora.

Por fin encontraron a la hija que tanto habían buscado.

—Padre, madre, ¿por qué habéis venido? —Julieta sólo pudo recuperar la voz después de mucho tiempo. Con un temblor en la voz, se apresuró a dar un paso adelante para apoyar a Dora.

—Julieta, debemos pedirte disculpas —En cuanto vio a Julieta, las lágrimas de Dora comenzaron a caer.

—Mamá, ¿por qué? No llores —Tomando la mano de Dora, Julieta se limpió ligeramente las lágrimas de las comisuras de sus ojos.

—Es que soy feliz. Deja que te mire bien —Dora estaba tan contenta que no quería soltar la mano de Julieta.

Nando y Dora siempre sintieron pena por Julieta, que sufrió mucho la dura vida con ellos debido a que la entregaron por error como su hija. Todavía pensaban que Julieta podría convertirse en una doncella noble y llevar una vida feliz tras regresar a la familia Montes, así que optaron por contener su anhelo y no molestarla nunca.

Sin embargo, cuando vieron las noticias unos días antes, descubrieron que el asunto no era del todo correcto. Por ello, los dos ancianos decidieron buscar a Julieta a pesar de la larga distancia.

Julieta, por su parte, pensaba que su decidida despedida de aquel año había herido el corazón de sus padres adoptivos. Con una conciencia culpable, se consideró indigna de volver a verlos. Así, nunca tuvieron contacto durante tantos años debido a la incomprensión mutua.

Inesperadamente, esta simple reunión del equipo de producción fue filmada intencionadamente por alguien. El vídeo se difundió incluso en Internet, cuyas visualizaciones superaron el millón en sólo una hora.

En el vídeo se podía escuchar claramente la conversación de los tres. Los bebés estaban confundidos, disculpas a Julieta, Mónica nunca los había visto, siendo Julieta su única hija...

Una vez más, el episodio de las hijas reales y falsas de la familia Montes se ha convertido en un tema candente para los internautas y ha puesto a la familia Montes en el foco de la opinión pública.

—¡Vaya! La historia se ha convertido en algo rápido. No puedo seguir ese ritmo.

—¿Qué? Al final, Julieta es la verdadera hija de la familia Montes y Mónica es sólo una niña del pueblo.

—¿La familia Montes tiene un problema en la cabeza? ¿Cortaron los lazos con su hija biológica, criaron a la hija de otras personas y aún así la trataron como un tesoro?

Al ver el vídeo, Mónica se quedó sin fuerzas en el sofá en un instante.

¿Por qué te has puesto así? ¿No deberían estar esos dos ancianos en su pueblo? ¿Por qué han venido aquí?

Con un fino sudor apareciendo en las palmas de las manos apretadas de Mónica, su cuerpo estaba completamente estresado. Sus uñas se insertaron en su piel, pero no sintió el más mínimo dolor. Por fin había ocurrido lo que más le preocupaba.

Mónica estaba muy nerviosa, paseándose de un lado a otro de la habitación. Temía que Pablo y Sandra se dejaran influir por la opinión pública, llegaran a reconocer a Julieta y negaran su relación con ella. De ser así, sus esfuerzos de tanto tiempo serían totalmente vanos.

Se encontró muy resentida. Julieta no debía volver aquí desde el principio y todo lo que había aquí le pertenecía sólo a ella.

Sí, sin duda tendrá el corazón de sus padres. Sólo entonces tendría la oportunidad de seguir permaneciendo en la familia Montes y disfrutar de todo lo relacionado con esa familia.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Papá, quiero que sea mi mamá