Papá, quiero que sea mi mamá romance Capítulo 200

La enfermera subió la foto directamente a Instagram, pero se dio cuenta de que tenía que tapar la cara de Miguel Velázquez con un mosaico sin que quedara al descubierto.

El texto que acompañaba a la foto era: En el hospital conocí a Julieta por casualidad. Eres tan hermosa cuando cuidas al niño con todo tu corazón.

Es sabido por todos que Julieta aún no estaba casada, y que Hector besó a otro hombre cuando acababan de anunciar la noticia de que estaban juntos. ¿Será que la traicionó? Y ahora que se hacía cargo del niño, ¿Julieta encontró un nuevo novio y se convirtió en madrastra?

Los internautas han hecho varias conjeturas.

—Julieta es una madrastra muy responsable.

—A mí también me gustaría tener una madrastra así, ¿por qué no tengo tanta suerte?

—Mi diosa es digna de ser admirada. Es muy virtuosa, elegante y amable.

—Es sólo una actuación para ganar el corazón del público. Este tipo de mujer es muy astuta.

A Julieta no le importó en absoluto la noticia y sólo se centró en cuidar de Miguel. Eneida Vilar no sabía que Miguel estaba hospitalizado hasta que vio las noticias, y acudió al hospital para verlo.

—Julieta, ¿está bien Miguel?

Eneida vio que Julieta había perdido mucho peso en sólo dos días.

—Todo está bien, el médico me ha pedido que me quede en el hospital unos días más para estar segura.

—Tampoco puedes concentrarte sólo en cuidar a Miguel y agotar tu cuerpo. Necesitas descansar, ¿o acaso quieres ir al hospital cuando Miguel mejore? —Eneida le recordó a Julieta cuando vio que sus ojeras estaban a punto de caer al suelo.

—Soy adulta, puedo cuidarme bien. No te preocupes por mí —respondió Julieta con una sonrisa.

—Mírate, ni siquiera me hablaste de este suceso. No me tratas como a una amiga —Eneida miró a Julieta con desagrado, y se quejó de ella.

—Es porque estoy tan ocupada que me olvidé de decírtelo —Julieta miró a Eneida de manera suplicante.

—La próxima vez, tienes que decirme con antelación si hay algo mal. Tal vez pueda ayudarte —Eneida instruyó a Julieta de forma majestuosa.

—Entendido —Julieta suspiró aliviada al ver que Eneida ya no se quejaba.

—Así es como debe ser. Por cierto, ¿has visto las noticias en Internet?

—¿Qué noticias? Estos días no he tenido tiempo de coger el móvil.

—Mira, es esto —dijo Eneida y le entregó su móvil a Julieta para que pudiera leer el post anterior.

Julieta no esperaba que su foto en el hospital se publicara en Internet. Menos mal que el que lo publicó era consciente de cubrir la cara de Miguel con mosaico, de lo contrario habría tenido que demandarlo.

—Bueno, cuidar bien del niño es cierto, pero no soy una madrastra —comentó Julieta después de ver los informes de los medios de comunicación.

—¿No eres una madrastra?

Eneida estaba un poco confundida, ¿no es el hijo de Hector? ¿Por qué Julieta dijo que no era una madrastra?

—¿No es el hijo de Hector?

Debido a la relación entre Gabriel y Hector, ella también sabía que Hector tenía un hijo antes, aunque no se había visto en algunas ocasiones.

—Como no soy una madrastra, por supuesto que soy su madre biológica —le respondió Julieta a Eneida mientras cubría a Miguel con la manta.

—¿Madre? ¿Madre biológica? —Eneida se quedó atónita cuando escuchó las palabras de Julieta y la miró con incredulidad —¿Por qué de repente te conviertes en la madre biológica de Miguel?

—Miguel es mi hijo que nació hace cinco años. Es hijo mío y de Hector —dijo Julieta con franqueza. No pretendía mantenerlo en secreto ante Eneida.

—Vamos, deja que papá te abrace.

Miguel ya tenía cinco años y cada vez pesaba más. Julieta tuvo que esforzarse mucho para sostenerlo, así que Hector tomó la iniciativa de levantarlo, sin dejar que Julieta lo levantara.

Miguel abrió obedientemente los brazos y se dejó abrazar por Hector.

En cuanto Hector salió de la habitación con Miguel en brazos, se encontró con Luis saliendo de la habitación contigua. Ambos se sorprendieron al verse.

Cuando Hector investigó el asunto hace cinco años, la pista más crucial se rompió por culpa de Luis, porque no había noticias de él en el país, así que el asunto tuvo que suspenderse por el momento. Pero no esperaba encontrarlo en el hospital por casualidad.

La novia de Luis, Livia, había sido hospitalizada. Así que Luis vino a cuidar a su novia, pero no esperaba encontrarse con su compañero de universidad.

—Señor Hector, no esperaba encontrarte aquí. Hace mucho tiempo que no le veo —Luis saludó primero.

Luis conoció a Hector cuando estaba en la universidad. En ese momento, Hector le ayudó un poco y los dos se fueron conociendo. Después de tantos años, Luis seguía sintiéndose muy cordial cuando volvió a ver a Hector.

—¿Te importa que te siga llamando así? —le preguntó Luis con una sonrisa.

Evidentemente, Luis era ese tipo de hombre optimista, pero seguía siendo maduro por dentro. Su sonrisa hacía que la gente se sienta muy amigable.

—Está bien, ¿por qué estás aquí también? —preguntó Hector.

—Livia está enferma, estoy aquí para acompañarla —dijo Luis y miró la puerta cerrada detrás de él.

Luis y su novia Livia están juntos desde la universidad, y no se han separado durante tantos años tras varias peleas y reconciliaciones.

Como Luis y Hector tenían una buena relación, Hector conocía naturalmente a Livia. Cuando Luis estaba ocupado con asuntos familiares, incluso le pidió que le ayudara a cuidar de Livia.

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