Papá, quiero que sea mi mamá romance Capítulo 203

—Mónica estaba esperando en la puerta cuando Julieta salió de la sala de partos. La enfermera le pasó al niño, pero no sabía cómo cogerlo y casi lo mata. Así que la enfermera lo recogió inmediatamente y lo envió a la guardería.

Lo que dijo Luis les puso nerviosos a ambos.

Julieta tiró de la manga de Hector, su cara estaba muy pálida. Hector la abrazó muy fuerte y sus dedos se volvieron blancos.

En cuanto pensó que no volvería a ver a Miguel, odiaba aún más a Mónica.

Luis continuó su discurso:

—Entonces Mónica entró en la guardería a escondidas, y se dispuso a matar a su hijo. Afortunadamente, una enfermera llegó a tiempo y no lo consiguió. Al fin y al cabo, era el hijo del Señor Hector, no me atreví a retrasarlo y lo trasladé directamente, diciendo a su familia que el hijo no sobrevivió. En ese momento, no estaba seguro si Julieta y ellos tenían la misma idea.

Hablando de eso, Luis se sentía culpable por Julieta. Lo que hizo lo decidió él mismo.

—Debería darte las gracias.

Julieta esbozó una sonrisa de mala gana.

Luis cogió el teléfono móvil y se lo entregó a Hector. El vídeo del teléfono móvil mostraba que Mónica iba a escondidas a la guardería, además del episodio ocurrido en la sala de partos.

Al ver al pequeño Miguel envuelto en un paquete médico, las lágrimas cayeron sobre el pálido rostro de Julieta, pero sus ojos no se apartaron del vídeo.

Hector también mantenía la mirada fija en el vídeo y su rostro se volvía cada vez más serio. Los vasos sanguíneos se hincharon en sus manos y todo su cuerpo estaba rodeado de ira.

¡¿Cuánto sufrimiento soportó Miguel?! ¡¿Cuánto tiempo pasaron Hector y Julieta?! ¡Todo esto fue culpa de Mónica que hizo tantas cosas malas por la envidia!

Independientemente de lo que le haya hecho Mónica, Julieta puede soportar todo eso. Pero no puede soportar en absoluto lo que Mónica le hizo a Miguel.

Mirando los ojos inyectados en sangre de Julieta, Hector la tomó en sus brazos y continuó consolando a su esposa.

—Hector, quiero venganza —dijo Julieta con voz entrecortada.

—Ok —dijo Hector con firmeza—. No te preocupes, alguien tiene que pagar por esto.

Julieta se sintió más aliviada con el compromiso de Hector.

Aunque ella no lo pida, Hector no iba a perdonar a la persona que había hecho daño a su mujer y a su hijo.

—¿Y después? —Hector calmó su ánimo y preguntó.

—Luego llevé a Miguel a la familia Velázquez —Luis respondió a Hector.

—Ya que lo llevaste a la familia Velázquez, ¿por qué no me dijiste la verdad directamente? —Hector preguntó confundido.

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