Para celebrarlo, Julieta fue al supermercado a comprar muchos ingredientes y pensaba volver para cocinar una suntuosa cena esta noche. Últimamente había estado muy ocupada, y hace mucho tiempo que no cocinó nada delicioso para Miguel.
Julieta volvió al Barrio Lujo y estuvo ocupada en la cocina. Miguel se quedó en la cocina todo el tiempo, Julieta quería que se fuera, pero no pudo, y finalmente le dejó quedarse allí como quería.
En cuanto Hector entró por la puerta, olió el aroma de la comida y sonrió.
Guillermo recibió un móvil de Hector y se enteró de que creía que estaba soñando cuando le pidió que comiera. Después de confirmarlo varias veces, corrió inmediatamente.
Durante mucho tiempo echó de menos las habilidades culinarias de su futura cuñada.
Hector informó principalmente a Guillermo de que Julieta quería firmar con la Empresa Arotuo y quería elegir un buen representante para ella.
Julieta, que seguía ocupada en la cocina, no sabía que Hector ya había organizado sus propios asuntos.
Pablo tenía algunos asuntos que tratar recientemente, y estaba muy ocupado. Recibió una llamada de Sandra y corrió al hospital inmediatamente después de saber que su preciosa hija estaba herida.
En cuanto Sandra entró en la sala, corrió inmediatamente a la cama de Mónica, la miró detenidamente y dijo:
—Cariño, ¿cómo estás? ¿Qué ha dicho el médico? ¿Cuándo se arreglará todo?
Mónica se puso pálida, sonrió a Sandra y dijo:
—Madre, no te preocupes, el médico ha dicho que no hay nada grave.
—¿Dijo el médico que habría cicatrices? Si hay cicatrices, ¿qué se puede hacer? Afortunadamente, las heridas no son profundas. Si fueran más profundas, ¿qué harías? —Sandra vio a Mónica tumbada en la cama del hospital y se le saltaron las lágrimas.
—Eres su hermana de Julieta, ¡cómo puede ser tan cruel contigo! —Pablo miró a la débil Mónica con lástima, pensando que Mónica lo hizo, porque Julieta estaba muy enfadada.
Pablo olvidó por completo que Julieta era su hija biológica.
En principio, ésta era una buena oportunidad para inculpar a Julieta, pero Mónica miró a Valentino junto a la cama y sólo pudo desistir.
Debía ser amable, decente y generosa frente a Valentino, para que éste sentía que su elección era correcta.
—Padres, no culpéis a mi hermana, en realidad es un problema de atrezzo, y mi hermana no lo ha hecho a propósito. —Mónica defendió rápidamente a Julieta.
—¿No fue intencional? ¡Creo que lo hizo a propósito! ¿Por qué se estropeó el atrezzo cuando estaba rodando con usted? Creo que Julieta quería herirla intencionadamente. —Cuando Pablo miró a Mónica, que seguía defendiendo a Julieta, se sintió aún más afligido.
—Mónica, no te preocupes, seguro que conseguiré justicia para ti.
Mónica se alegró mucho de lo que dijo Pablo, pero siguió disuadiendo a Pablo.
—Papá, el médico ya dijo que todo está bien, así que no culpes a Julieta.
Valentino también creía que Julieta lo hacía. Al oír que Mónica no sólo no odiaba a Julieta, sino que además rogaba por Julieta delante del padre y la madre de Montes, él sintió que Mónica era amable y apreció aún más a Mónica.
—Mónica, no te preocupes por este asunto, lo más importante ahora es cuidar bien tu cuerpo y recuperarte pronto.
Sandra miró a Valentino que estaba de pie a un lado y dijo:
Julieta apagó su teléfono móvil después de hablar, sin querer escuchar a Pablo decir otra palabra.
Julieta conocía a los personajes de Pablo y Sandra, para evitar futuros problemas, decidió volver.
—Miguel, tengo algo que hacer. ¿Puedes esperar a que llegue a casa?
Miguel tiró de la manga de Julieta, acababa de escuchar el tono de la persona en el teléfono móvil, por lo que Miguel estaba muy preocupado por Julieta y no quería que ésta se fuera.
—Miguel, volveré pronto.
Julieta se esforzó por persuadirle, y dijo a los criados de la casa que cuidaran bien de Miguel, y luego partió hacia la Villa Quila.
—¿Aún sabes cómo volver?
En cuanto Julieta entró por la puerta, estuvo a punto de ser golpeada por el cenicero lanzado por Pablo. Vio a Pablo temblando de rabia.
—Tengo que recordarte que hace sólo cinco años, en esta sala, me dijiste que nunca entrara por la puerta de la familia Montes. —Julieta no pensaba quedarse mucho tiempo, así que se quedó allí.
—Tú, tú... —Pablo fue bloqueado por Julieta y se quedó sin palabras.
—¿Cómo puedes ser tan cruel, por qué quieres hacer tanto daño a Mónica? —Sandra señaló a Julieta y dijo.
—Dije que no lo he hecho.
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