Nunca...
No consigo dormir en toda la noche por su respuesta. Ese «nunca» es insoportable para mí.
A partir de ese momento, tengo más decidida la idea de escapar de la familia Santalla.
Para ello, me pongo como una loca en acción: ahorro dinero, planifico rutas, e incluso pienso en todos los tipos de imprevistos que me encontraría. Tengo mucha determinación por escapar de Clyde, pero no esperaba que Dios me la jugara otra vez.
Kenneth sigue con la idea de que le de un niño, un niño descendiente de la familia Santalla. Por eso, el plan de FIV seguirá en pie.
Yo lo acepto, pero la subconsciencia me está diciendo que esta es una buena oportunidad para escapar. Entonces, cuando voy al hospital para otro chequeo, llamo a Clyde a escondidas y le digo que estoy embarazada.
Hay un extraño silencio al otro lado de la línea cuando sale esta noticia de mi boca.
—Estoy embarazada —Me armo de valor y se lo repito—. Clyde, ¿me has oído?
Mis latidos están acelerados.
No se sienta nada bien mentir, sobretodo a un hombre como el diablo. Afortunadamente, solo es una llamada, de lo contrario, no sé si me desmayaré.
Después de mucho tiempo, un sonido débil suena del micrófono.
—Vale.
Me quedo atónita.
—Clyde... Es tu bebé.
—Lo sé.
—¿Qué hago?
—No digas nada, yo me encargo de todo —cuelga después de hablar.
Escuchando el pitido durante mucho tiempo, mi mente se queda en blanco, no sé lo que acabo de decir ni lo que acabo de hacer, solo el «Yo me encargo de todo» de Clyde resuena claramente en mis oídos.
Mi corazón tiembla ferozmente cuando mis dedos lo tocan. Este nombre es una maldición y una pesadilla para mí. Me dio esta tarjeta la primera vez que irrumpió en mi habitación en medio de la noche. En ese momento él estaba borracho y no me hizo nada más, simplemente me tocó por todas partes de mi cuerpo.
Esa también fue la primera vez que me besó. Aún recuerdo la tensión, rigidez y desconcierto de ese momento. Grité de miedo y lloriqueé, pero lo enfurecí, como castigo me mordió la lengua con severidad y el dolor agudo me dejó mucha impresión.
Fue la primera vez que noté su frialdad y su horror; la primera vez que supe mi humildad e insignificancia; también la primera vez que tuve la idea de huir.
Ahora, esta idea está a punto de hacerse realidad.
Han pasado unos días, hoy tengo que ir al hospital con Kenneth. El médico nos saca un informe con toda su alegría y nos dice que la FIV ha salido con éxito y que pronto seremos padres.
Kenneth está súper contento y me toma de la mano emocionado con lágrimas en los ojos.
Yo sé que este médico es alguien arreglado por Clyde. Clyde no duda de mi embarazo, así que ha arreglado un informe falso para que yo puede dar a luz sin problemas.
¡Ja! Pero me iré pronto. No quiero ser más su prisionera, ni aguantar más sus torturas. ¡Quiero vivir con total libertad!
Cortaré los lazos con la familia Santalla. ¡Ya es hora!
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