Selena realmente tenía un problema con sus ojos.
—Hola, Rubén Iglesia.
Rubén sonrió jocosamente y le ofreció estrechar su mano.
—Vale, hablad vosotros, yo tengo que ir a la empresa —Susana retiró su mano y caminó directamente alrededor de él.
—Hmm —respondió Rubén, entrando en la sala con las flores en los brazos, viendo a Selena tumbada en la cama del hospital y deteniendo sus pasos a dos metros de ella.
Los dos se miraron y ambos sonrieron con conocimiento de causa.
Selena se sentó con las manos en la cama y se apoyó en ella, tirando de la ropa de cama sobre sí misma.
Por un momento, la silenciosa sala se sintió inexplicablemente formal e incómoda.
—Ayer, tú...
—Tú qué...
Los dos hablaron al unísono, pero ambos hicieron una pausa cuando dijeron tres palabras, levantaron los ojos para mirarse y sonrieron.
—Las damas primero, tú primero.
Rubén colocó las flores en la mesa y se sentó directamente en la silla de la escolta.
Al verlo tan educado, Selena retrocedió un poco avergonzada.
Tal vez era difícil estar tranquilo frente a un primer amor que a uno le gustaba.
—Sólo quería preguntarte, ¿cuándo has vuelto? —Ella dijo.
—Llegué a Ciudad Azul ayer mismo, porque un amigo me invitó a ver una exposición de joyas y no esperaba encontrarme contigo. Hablando de eso, Rubén dudó un momento:
—Ayer en la pasarela, tú...
—¿Tanta coincidencia?
Selena interrumpió y sonrió:
—Ha sido toda una coincidencia. Ayer estuve en la pasarela y estuve hablando con Ivana de Joyas Zoeling sobre la posibilidad de inventar una historia con la joya «Primer amor» para crear un punto de venta, pero no esperaba que estuvieras allí.
Ella sabía lo que Rubén iba a preguntar y le explicó inmediatamente la situación.
—Entonces, ¿fingiste desmayarte en el acto? —El hombre de la cara coronada sonrió jocosamente.
—Por supuesto, ¿no sería embarazoso que no fingiera un desmayo en esa situación? —Selena enarcó una ceja y sonrió con suficiencia— Qué te parece, soy rápida de reflejos, ¿no?
Un gesto fingidamente relajado, como si no se hubiera tomado a pecho el incidente de ayer.
Tal actitud hizo que Rubén se relajara también.
Sacudió la cabeza con un suspiro:
—Sigues siendo tan traviesa como siempre.
—En realidad no.
Los dos charlaron y se relajaron un poco el uno con el otro, sin ser tan formales como antes.
—Después de tantos años en el extranjero, ¿por qué has vuelto de repente a casa?
—No es tan bueno en el extranjero como en casa, así que ahora quiero volver aquí.
—Eso es bueno. También hay mucho espacio para el desarrollo en casa, y los intelectuales como tú, que están tan dotados, tienen un gran futuro.
Rubén no pudo evitarlo, pero de repente se le ocurrió algo y preguntó: —He oído que entonces tenías garantizada una plaza en la Universidad de Ciudad X, ¿cómo te va ahora? Has estudiado marketing, deberías poder encontrar un trabajo muy bien.
Selena estudió entonces marketing en la Universidad de Ciudad X, pero cuando fue a la universidad, prefirió la informática y cursó una doble titulación.
Selena tenía un buen trabajo, pero entonces su padre adoptivo se lesionó y necesitaba dinero para el tratamiento, así que tuvo que dejar su trabajo en Ciudad X y venir a Ciudad Azul para trabajar como guardia de seguridad y ganar dinero mientras cuidaba de ellos.
Entonces conoció a Aaron, y fue un camino lleno de baches hasta llegar a donde está hoy.
—Tal vez era demasiado exigente y no había descubierto lo que quería hacer —No le dijo a Rubén que tenía una empresa de bodas.
Al fin y al cabo, una empresa de bodas sobrevive gracias a la familia Tamayo y no es algo que deba ser glamuroso.
—No hay prisa por encontrar un trabajo, es importante cuidarse.
Selena compró entonces billetes para hacer un viaje por varios lugares de la provincia.
Mientras tanto, la oficina del presidente del Grupo Galaxia.
Umberto informó a Aarón de todo el itinerario de Selena durante unos días:
—La señorita Selena se fue de excursión a la antigua ciudad de Yiana y luego compró billetes para Ciudad Ninsi, Ciudad Fuente, que son unos destinos turísticos, supuestamente para descansar.
Aarón, que estaba trabajando en el papeleo, frunció un poco el ceño, algo desconcertado por el comportamiento de Selena.
Esto, no era propio de ella.
—¿Dónde está Rubén? —Preguntó.
—Rubén entró en el Grupo Naranjo, solicitó el puesto de presidente de la sede de su Centro comercial de Gran familia, está a prueba, y está muy ocupado todos los días.
Umberto informó detalladamente de los resultados de su investigación.
Aaron miró algunos de los datos que había sobre la mesa y sus ojos se entrecerraron ligeramente:
—Muy bien, sal.
—Así que... ¿todavía tenemos que continuar con el paradero de la Señorita Selena?
—No es necesario.
—Sí —Umberto se dio la vuelta para marcharse.
Aaron se quedó mirando la información en su escritorio, sumido en sus pensamientos.
Aquella noche, en el hospital, las palabras de Selena habían herido mucho a Aaron.
Él había pensado que cortar el negocio de la empresa de bodas haría que la mujer se doblegara, pero ahora parecía que no era el caso.
«¿Un viaje? Parece que se lo está pasando bien.»
Todo el mundo, no sólo Aaron, pensaba que Selena se iba de viaje, e incluso se había apuntado a una gira local.
Pero tenía otros nueve miembros de su «legión de héroes» en el mismo grupo de turismo al que se había apuntado Selena.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Pedido de Amor
Seguirán escribiendo esta historia bonita...
Bella novela continuarán escribiendo capitulos...