Pedido de Amor romance Capítulo 37

Selena se encogió de hombros con impotencia.

—Tengo cientos de miles de euros de deuda, ya es el mejor trato que puedo invitarte a cenar aquí.

Si sus padres adoptivos no le hubieran pedido repetidamente que invitara a Aaron a cenar, no lo habría hecho.

Gastar un céntimo más en Aaron sería un desperdicio para ella.

—Tal vez, puedes pagar las deudas con tu cuerpo.

Aaron se sentó frente a Selena con las piernas dobladas, apoyándose en el sofá, y levantó sus finos labios conteniendo una mueca de desprecio.

Selena barrió sus fríos ojos sobre él y le entregó el menú.

—Señor Aaron, apresúrese a pedir y apresúrese a comer, que tengo cosas que hacer.

Aaron ni siquiera miró el menú y le hizo un gesto al camarero.

El camarero se acercó y preguntó amablemente:

—¿Qué quieren?

—Quiere cincuenta porciones del menú individual más caro —el hombre le dijo al camarero de forma casual.

Ante sus palabras, Selena se puso furiosa.

—Cincuenta porciones, ¡¿te las vas a comer?!

Había tanta cantidad que no podía comerlos todos.

—No es mucho pedir una sola comida por cada especialista del hospital quien ha hecho tanto para atender a tu padre, ¿no?

Aaron había decidido a provocar a Selena y sus palabras eran tan razonables que Selena no podía ni siquiera sacar ni un fallo.

—¿Cuánto cuesta el menú individual más caro? —preguntó irritada.

—El menú individual más caro es de 288 euros.

—¡¿288?!

Así que 50 porciones serían más de 14.000.

Selena no sentía más que rabia, pero no se atrevía a ofender a Aaron.

Al fin y al cabo, estaba tratando con un hombre de inmenso poder y si lo enfadaba, temía que las facturas médicas del Hospital Santo se multiplicarían por diez.

Tomó un sorbo del agua corriente que había en la mesa para calmarse antes de preguntar:

—¿Hay descuento?

—No hay descuentos para este menú.

—Pues hágalo y tráigame otro vaso de agua, por favor.

Selena no tenía ganas de cenar y sólo quería un vaso de agua para quitarse el mal sabor de boca.

No pasó mucho tiempo hasta que el camarero se acercó a Selena y le dijo que había hecho un gran pedido y que tenía que pagar antes de que le sirvieran la comida.

Ella, con lágrimas en los ojos, se llevó el cargo de diez mil euros más o menos.

Con la factura de pago en la mano, Selena se acercó a Aaron y le dijo con toda la calma que pudo:

—Señor Aaron, he pagado la cena y disfrute de la comida. Me voy primero.

Con eso, se dio la vuelta y se alejó.

—¿Cómo te atreves a marcharte?

Aaron bebió un sorbo de agua con mucha calma.

Con una sola frase, Selena se desentendió la idea de irse.

—¿Qué...?

Selena, furiosa, se sentó frente a él otra vez, mirando su teléfono en silencio.

En ese momento, sonó el teléfono de Aaron y le oyó decir:

—Esfera en la Calle Cortesía, sí.

Selena no se preocupó de escucharlo y no le prestó atención.

Estaba pasando el dedo por su teléfono cuando de repente vio una noticia sobre una estafa de “pagar por tener un hijo”.

La mujercita tuvo una idea y levantó una ceja hacia Aaron, que estaba sentado al otro lado de la mesa, ya tenía un plan.

Los dos permanecieron en silencio durante media hora cuando la presencia de una persona interrumpió el ambiente pétreo.

—Aaron, ¿por qué estás en este...? ¡¿Selena?!

Como prometida de Aaron, Laura llamó para pedirle a Aaron que se reuniera con ella para cenar y él le había dicho en el teléfono que estaba aquí.

Al entrar en el asequible restaurante, Laura llegó a pensar que Aaron se había equivocado de dirección.

¡Dios sabía lo enfadada y celosa que estaba cuando vio a Selena sentada frente a Aaron!

Selena inclinó la cabeza para mirar a Laura con su vestido de princesa, ligeramente empolvada, y no sentía nada más que asco.

—Siéntate —Aaron señaló el asiento de al lado.

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