Manuel estaba rabioso: "¡Ricardo...!"
Su hijo, sin ganas de perder su tiempo, colgó el teléfono y lo ignoró.
¡Nunca asumió su papel de padre y en ese momento quería controlarlo! ¡Eso sí que era una locura!
Después de desmayarse durante una cena de negocios, Valeria fue llevada a un hospital privado.
Aparte de una visita a Natalia, pasó todo su tiempo en el hospital.
La madre de Valeria, Susana, estaba muy enojada con Ricardo: "¡Por Dios, Ricky! ¿De verdad necesitas recordar lo que pasó hace tres años?"
En aquel entonces, el escándalo de la familia Roldán fue grande, todo el mundo se enteró. ¿Quién hubiera pensado que Ricardo podría reponerse y manejar todo tan bien?
Además, él no se había casado con Valeria, ¿por qué tenía que molestar a la familia Morales ahora?
Fabio, que estaba sirviéndole sopa a su hija, frunció el ceño: "¿Molestar? Fuimos nosotros los que nos equivocamos en ese momento, no es de extrañar que Ricky aún lo recuerde."
"¿Acaso no rompiste todos los lazos con ellos?"
Susana frunció el ceño, no creía que ellos hubiesen hecho algo malo. Esa era la forma en que la gente en su línea de trabajo actuaba, se trataba de negocios, no de caridad.
"Ya basta, Susana." Dijo su esposo con voz grave: "Si Ricky está molesto con nosotros, lo resolveremos hablando. Siempre y cuando los beneficios sean suficientes, todavía hay esperanza para este matrimonio."
Ellos no tenían intenciones de dejar a Ricardo a un lado. Si lograban concretar el matrimonio, el auge de la familia Morales sería solo cuestión de tiempo.
"Por cierto, hija, ¿conoces a la esposa de Ricky?"
Valeria tenía una taza de sopa de pollo frente a ella, pero no tenía ganas de beberla: "Sí, la conozco."
No le había dicho a su familia sobre la relación entre Ricardo y Natalia. Si se diera a conocer, todos sabrían quién era la Sra. Roldán, ¿y qué pasaría con ella?
"¿Ya pensaste cómo vas a lidiar con ella?"
"Papá, no te preocupes, tengo un plan." Valeria sonrió astutamente.
No consideraba a Natalia una amenaza, tratar con ella sería pan comido.
Justo en ese momento, alguien golpeó la puerta.
La puerta del hospital se abrió y Rodrigo, con un ramo de lirios en la mano, estaba parado afuera. Al ver a Fabio y Susana, los saludó respetuosamente,
"Rodri, has llegado, por favor siéntate."
A Susana le gustaba Rodrigo, era guapo y bien educado. Era mucho más agradable que el frío Ricardo.
Valeria insistía en que fueron sus padres quienes la obligaron a irse.
Antes de irse, ella se lo había comentado a Rodrigo.
Él siempre creía en sus palabras y al escuchar eso, se sintió aún más dolido: "Ricky está confundido, solo espera un poco más, cuando descubra las verdaderas intenciones de esa mujer, volverá."
"¿Has visto a su esposa?"
Los dedos de Valeria temblaron ligeramente, como si estuviera pensando.
Siempre se mostraba desdichada frente a Rodrigo, porque claramente se podía notar que el corazón de Rodrigo se inclinaba hacia ella y eso era lo mejor que podía pasar.
"Todavía no."
Valeria parecía confundida: "Rodri, tú también eres amigo de Ricky, en realidad..."
"¿Qué pasa, tienes algo que decir?" ´El la conocía, estaba claro que sabía algo.
"Solo he escuchado que su esposa, parece que no es buena."
Valeria suspiró, con una actitud que indicaba que estaba tratando de ayudar a Ricardo, "Su nombre es Natalia, pertenece a la familia Torres, aunque está distanciado de ellos... Se dice que su vida privada es bastante caótica."
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