Beatriz señaló a Suárez al acusarlo: "Fue él."
Adela, sin respeto aparente por Ricardo, se rio a carcajadas.
Por el contrario, Elisa palideció al instante, casi por instinto se levantó y gritó "Ricardo".
Cuando notó que su primo aun no la había visto, cerró la boca de inmediato y se sentó rígida en su lugar.
Suárez no pensaba que hubiese hecho algo malo y con una cara de satisfacción preguntó: "¿Eres el marido guapo? Qué pena que, solo sepas depender de las mujeres. Te sugiero que la dejes, ya aceptó casarse conmigo."
Al escuchar eso, Natalia no pudo evitar maldecir y se soltó del abrazo de Ricardo: "No Ric, no acepté."
"Tus ojos quizás tenían problemas antes, pero ahora deberían ver claramente."
Las palabras de Ricardo eran claramente una burla hacia ella, porque antes se había fijado en Xavier.
Su esposa tosió incómodamente al sentir su mordaz sarcasmo.
A pesar de que era la verdad, aún dolía escucharlo.
Suárez seguía gritando.
Incluso quería golpear a Ricardo.
"Deténganse."
Uriel, que había estado observando el espectáculo, intervino y cuando Suárez lo vio, toda su ira se disipó.
"Sr. Zamora, ¿qué hace aquí?"
"¿Quién eres tú?"
"Soy Suárez, del departamento de ingeniería del Grupo Zamora." No esperaba encontrar a su jefe allí y se presentó nervioso.
Uriel solo miró a Suárez: "El lunes, ve a recursos humanos para hacer los trámites de tu renuncia."
La cara del hombre cambió de inmediato: "Sr. Zamora..."
"Mi empresa no necesita hombres arrogantes y con poca educación."
Uriel sabía que Ricardo no podía intervenir, así que decidió manejarlo él.
El hombre quería decir algo más, pero su jefe lo interrumpió fríamente: "Una sílaba más y te largas de la Ciudad Imperial."
Suárez conocía su carácter, así que cerró la boca de inmediato.
Adela desde su asiento, apretó con resentimiento el dobladillo de su vestido.
Uriel se deshizo de Suárez, luego vio a Natalia, "Srta. Torres."
Ricardo vio a Natalia, claramente sorprendido de que se conocieran.
"¿Ustedes se conocen?"
"Betty, gracias por ayudarme." Los ojos de Natalia estaban llenos de gratitud: "Para agradecerte, te invitaré a cenar, elige lo que quieras comer."
Su amiga no se hizo de rogar: "¿Qué tal si comemos en el salón principal?"
Puesto que ya estaban allí, sería un pecado perder la oportunidad.
"Genial."
Ellas escogieron un lugar en el salón y pidieron algunos platillos que les gustaban, el ambiente estaba muy animado.
...
Ricardo y Uriel entraron uno tras otro en un cuarto privado, Gerardo aún no llegaba.
"¿Sabías quién era Natalia desde hace tiempo?"
Ricardo llenó un vaso de agua con limón viendo a Uriel, sospechando que sus razones para invertir con Natalia no eran tan inocentes.
"Te juro por lo más sagrado que supe de su relación con la familia Torres la noche que organizaron la cena." Uriel negó rápidamente: "Invertí con ella porque Natalia es muy talentosa."
En los ojos de Ricardo hubo un destello de duda y tomó un sorbo de su agua con limón.
Uriel era una persona curiosa, siempre le gustaba ver las reacciones de los demás: "¿No te mueres de curiosidad por saber si Natalia tendrá éxito con su empresa?"
"¿A ti te interesa ella?"
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