Pobrecita Afortunada romance Capítulo 6

"Entonces, ¿fue después de saber que Delsa es tu hija biológica que comenzaste a consentirla tanto?"

En el fondo del corazón de Aria brotó un sabor amargo, y sus grandes ojos se llenaron de lágrimas.

La enfermera, al ver su carita redonda pálida de dolor y sus ojos rojos, pensó que lloraba por el dolor y rápidamente le aconsejó.

"Espera en la sala de observación 20 minutos, ¡y si sientes algo raro, llámame!"

Aria, sintiéndose un poco aturdida, finalmente asintió y al salir vio a Patricio sentado en una silla del pasillo esperándola. Al levantar la vista y cruzar miradas, ella se sintió un poco avergonzada.

Especialmente al sentarse en la sala de observación, el dolor en su trasero no disminuía, haciéndola sentir inquieta.

Patricio, al ver sus ojos todavía rojizos y su carita delicada como la de una muñeca, la encontró aún más frágil y tierna.

Como un capullo de flor temblando en el viento, inspiraba un cuidado especial.

Él, que siempre estaba serio, no era muy bueno consolando a los demás, pero extendió su mano y tomó las suyas, que eran muy suaves, ofreciéndole consuelo sin palabras.

Después de esperar un rato y ver que ella no se levantaba para irse, Patricio frunció el ceño ligeramente, confundido, pensando que tal vez ella había tenido alguna reacción adversa a la inyección pero le daba pena decirlo.

Tras un momento de reflexión, Patricio se levantó a buscar a la enfermera.

Al saber que necesitaban observarla por un tiempo antes de poder irse, Patricio, al volver a sentarse, la miró con ojos claramente más cálidos.

"Lo siento, no tenía idea de que el embarazo fuera tan difícil."

Nunca había estado cerca de muchas embarazadas, y las pocas parientes que tuvo embarazadas siempre fueron muy mimadas, viéndolas felices todos los días, pensó que sería fácil...

Como era la primera vez en ser padre, todavía tenía mucho que aprender.

Patricio se movió discretamente más cerca de Aria, posó su mano sobre su hombro y le dio unas palmaditas suaves, señalando que se recostara en él para descansar un rato.

Aria, sosteniendo su mano, no se atrevía a moverse.

¡No se atrevía!

Capítulo 6 1

Capítulo 6 2

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