POV SERGIO
Luego de permanecer acostados en la cama que pasó a ser mía y de Lía por ahora, ella vuelve a quedarse dormida en mi pecho. Su sueño parece ser muy profundo, porque por más que me muevo para salir de debajo de ella, no despierta y se queda allí durmiendo como un angelito. Le doy un beso en la cabeza, en su frente específicamente, y luego salgo de la habitación, dejando la puerta cerrada y las luces apagadas.
Son casi las 9 de la noche, razón por la que no creo que encuentre a mi abuela levantada, pero para mi sorpresa, la encuentro muy despierta sentada en el comedor con una taza de lo que parece ser café en sus manos.
Suspiro. Se viene una buena charla con mi abuela y algo me dice que me hará entrar en tierra y decirme todo lo que piense correcto decirme.
-Hola abuela- digo sentándome frente a ella en el comedor.
Mantengo las manos sobre la mesa esperando una respuesta de su parte, pero tarda mucho en llegar.
-Sergio- dice lento mi nombre como si no quisiera dañarme- ¿Qué es lo que harán?
Pongo mis manos en mi cara tapándome, un gesto de la desesperación que hay en mi interior. No he querido responder a esas preguntas que yo mismo me he formulado y mucho menos quiero responderle a mi abuela, pero parece que no tengo otra opción.
-No hemos hablado de nada aun, abuela- digo luego de sacar las manos de mi cara- Primero deja que Lía se calme para luego conversar sobre esto. Ella aún está en shock y no quiero abrumarla y mucho menos en su estado.
-No puedo discutirte eso- responde ella reflexiva- Tienes razón, pero aun así tú debes haber pensado en algo
-Sinceramente he evitado cualquier pensamiento relacionado con el bebé.
Mi abuela me da una de esas miradas reprobadoras que hacen que me sienta como si estuviera en clase y haya dado una respuesta muy estúpida a una pregunta que me ha hecho el profesor.
-Entiéndeme un poco abuela- digo inclinándome hacia ella- Cuando me enteré del embarazo de Lía quedé un momento en shock y ella solo corrió y se alejó de mí. Desapareció por un buen par de horas en el que estaba desesperado por encontrarla y solo pensando en traerla de vuelta, cuando me llamaste, solo pensaba en volver a verla y cuando he llegado, solo he pensado en consolarla, tranquilizarla y hacerla descansar ¿En qué momento querías que pensara en el futuro?
Mi abuela parece apiadarse un poco de mí y su expresión sería y molesta desaparece. Toma una de mis manos que tenía apoyada en la mesa y comienza a consolarme.
-Se que es duro hijo, pero tienes que pensar ahora un poco en esto. Un bebé es algo de lo que se tiene que estar pensando lo más pronto posible. ¿Prefieres que te haga preguntas y tu solo las respondes?
-Creo que aquellos serian lo más fácil en este minuto, a pesar de que me sentiré como si estuviera siendo interrogado por mi profesor de filosofía como solía pasarme en la secundaria.
Ella parece reír un poco con mi broma y la tensión que se sentía antes a nuestro alrededor parece haber disminuido, aunque sea un poco.
- ¿Quieres tener el bebé?
Era obvio que iba a hacer una pregunta como aquella, es de lo más normal y esperable. Aun así, me sorprendo cuando lo hace y me siento un poco ofendido.
-Claro que sí, sabes que el aborto está en contra de todos los principios que tú y mamá me inculcaron. Esa no es una opción, ni, aunque sea la más rápida.
-Eso es bueno hijo, acabar con la vida de ese bebé no sería justo. ¿Has pensado en la adopción?
-Por dios abuela no creo poder contestar tus preguntas bien, para eso tengo que hablar con Lía primero.
Una mirada de comprensión cruza por su cara. Se levanta se su silla, me da un beso sonoro en la mejilla y después parece ir hacia su habitación.
Tranquilamente me voy a mi cuarto y veo que Lía esta despierta sentada en la cama leyendo el libro que le traje de casa. Todo esto me transporta a recuerdos donde la tranquilidad en nuestra vida reinaba, pero parece que costará que volvamos a esa tranquilidad nuevamente.
Aunque siguen quedando estos momentos en donde podemos disfrutar de todo lo que nos rodea.
Nos reímos de nuestras palabras un momento. Decidimos que es un buen minuto para dormir y procedemos a usar el baño, lavarnos los dientes y ponernos el pijama. Cuando todo está listo nos metemos debajo de las sabanas y nos acurrucamos para poder dormir, pero no podía quedarme dormido, había algo en mi interior que me inquietaba, muchas dudas, muchas respuestas inconclusas... un futuro difuso que se me aparecía ante los ojos apenas cerraba éstos.
-Lía- digo despertándola.
Ella abre los ojos con sorpresa y me mira con preocupación, pero después esta sensación desaparece en su cara dejándola con una expresión tranquila.
- ¿Qué pasa, Sergio? - me pregunta mientras se acurruca en mi pecho.
Dudo antes de preguntar y resolver mis dudas, tal vez es muy pronto, pero necesito hacerlo:
- ¿Quieres tener y quedarte al bebé?
Lía parece sorprendida ante mis palabras, pero también aquella expresión desaparece rápido y llega una que pareciera como si estuviera pensando.
-Si- responde segura- Nunca dude en tenerlo, pero en quedárnoslo estaba la duda, pero ahora que lo pienso, quiero quedarme con el bebé. Nuestro hijo o hija
Doy un gran suspiro y dejo salir todo el aire que estaba reteniendo mientras esperaba su respuesta. La acerco más a mí y le digo a su oído en un pequeño susurro.
-Seremos los mejores padres que este bebé puede tener.
Espero que sea verdad y juro que haré todo lo que este en mi alcance para proteger a este niño. Puede que seamos muy jóvenes. Lía más que yo. Es obvio que no tendremos el apoyo de nuestros padres, pero sí de mi abuela y ella cuenta como por un millón de nuestros padres. Las cosas pueden ponerse difícil, pero tengo la seguridad de que Lía y yo siempre velaremos por el bien de nuestro hijo. Le daremos todo lo que necesita, le veremos crecer, dar sus primeros pasos y escuchar sus primeras palabras. Lucharemos contra la corriente, pero siempre un par de peces se nos unirán a la causa.
Amo a Lía y amo al bebé que tiene en su vientre y juro hacer lo mejor posible para mi nueva familia. Lía, el bebé y yo. Un trío luchador que nunca dejará de luchar, de eso estoy seguro.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¿Por qué eres mi hermanastro?