¿Por qué eres mi hermanastro? romance Capítulo 23

Un par de días después, ya todo había vuelto a una pequeña normalidad que con Sergio disfrutábamos. Estábamos conscientes de no poder mantener este tipo de normalidad por mucho tiempo, aunque la tendríamos hasta al menos que se me empezara a notar la panza de embarazada. No podría decir con exactitud cuanto tiempo falta para eso ya que aún no he ido al médico, a pesar de las suplicas de la abuela de Sergio. Creo no estar completamente preparada para que todo se vuelva más real y nítido con respecto a como lo veo ahora, que todo es muy fantasioso, casi de telenovela y borroso. Sergio también me ha insistido a que es hora de ir al médico y sé que tiene razón, pero justo ahora me encuentro en un estado de negación enorme con respecto a todo esto y me siento cómoda en este estado.

Pero tiene razón, todos tienen razón.

Es hora de asumir mi responsabilidad. Es hora de tomar el peso de que ahora hay alguien creciendo dentro mío y que yo soy su madre. Tengo que convertirme en una madre desde ahora y para eso tengo que madurar y como primera prueba de mi nueva y mejorada madurez, o al menos mi intento de madurez, le pedí a la abuela de Sergio ayer en la mañana que me consiguiera una cita con el médico para hacer esto mucho más real. Ambos, tanto Sergio y su abuela, estaban sorprendidos con mi decisión, pero no dudaron ni un segundo en conseguirle la cita.

Una cita con el médico que es hoy. Justo ahora me estoy preparando y vistiéndome para poder ir con Sergio al hospital.

Decido que lo mejor es ponerme algo cómodo. Un hace calor porque seguimos en verano, es por eso que decido que lo mejor es ponerme un short blanco y una blusa negra super holgada y corta. Así por si me hacen una ecografía, que es lo más probable que hagan, no será necesario que suban mi blusa demasiado. Todo combinado con mis converse negras completas que no usaba hace mucho, pero Sergio no trajo más zapatillas mías a la casa de su abuela así que tengo que conformarme.

Cuando ya estoy vestida, peinada y maquillada, voy al comedor donde encuentro un plato con tostadas y un vaso de leche que me sirve de desayuno. Sergio aparece por la puerta de la cocina con un plato y un vaso igual al mío. Él esta vestido como siempre, unos Jeans negros, zapatillas normales y una playera, esta vez, azul marino. Se ve extremadamente guapo y dan ganas de comerlo a besos

¿Es normal sentirse de esa manera frente al sexy de mi novio? Puede que las hormonas de embarazo ya estén haciendo su aparición.

-Estaba por llamarte para tomar desayuno- me dice Sergio sacando una silla para que yo me siente a tomar mi desayuno mientras él se sienta a mi lado.

Me sonríe y comenzamos a comer. Estoy muerta de hambre.

- ¿Cómo te sientes esta mañana? - pregunta él una vez terminado su desayuno.

-Bien- contesto aun con un poco de tostada en mi boca. Soy tan señorita- No he sentido mareos ni ganas de vomitar. En verdad me siento estupenda.

Y era cierto. Había escuchado muchas veces que las náuseas de las embarazadas en los primeros meses eran horrible e insoportable, pero yo no he sentido eso muy a menudo, y si lo siento se desvanece al salir de la cama. Mi propia madre siempre decía que yo le había dado un dolor de cabeza los primeros meses ya que no podía parar de vomitar hasta las 9 del día.

Agradezco a todo ser divino no sufrir así y ruego al mismo no tener que sentirlo algún día.

- ¿Estás lista para esto? - dice Sergio tomando mis manos entre las suyas.

Asiento con la cabeza mirando a Sergio, quien parece estar muy nervioso porque no para de mover la pierna derecha. Es chistoso por una parte verlo de esa manera, pero recordando que es lo que lo pone nervioso, no es tan gracioso.

-Si- contesto a pesar de haberle dado mi respuesta con un asentimiento de cabeza- O al menos eso creo, sinceramente no creo estar nunca preparada para esto, pero el bebé ya viene en camino y parece no importarle si estoy preparada o no, así que hay que afrontar esto sea como sea.

-Tienes razón. Hay que ser fuertes- dice y pone una de sus manos sobre mi estómago- Por él.

-O por ella- le recuerdo con una sonrisa en mi cara.

-Tengo el presentimiento de que va a ser hombre- dice con una sonrisa de satisfacción en su cara

-También yo- le respondo.

Dicho esto, Sergio toma las llaves de su auto y me lleva de la mano hacia él. El camino hacia el hospital fue hecho en silencio con Rihanna, luego 5sos y finalmente Simple plan de fondo, quienes cantaban "Summer Paradise" cuando logré divisar el hospital en el paisaje frente a mí.

Sergio estaciona y apaga el motor. Nos bajamos y tomamos nuestras manos para darnos fuerzas y caminar hacia el majestuoso edificio que se encuentra frente a nosotros.

Me dejo llevar por mis pensamientos, tratando de predecir el futuro sobre aquella cita. Ambos estamos en un silencio nervioso que Sergio rompe cuando me comunica que es mi turno.

Ni siquiera me había dado cuenta de donde estaba y ya era mi turno. Me había desconectado del planeta tierra por unos instantes.

Al entrar a la sala donde me conduce Sergio, veo que hay una máquina que parece tener un televisor y una camilla blanca muy cerca de aquella. Una señora que parece ser una enfermera muy joven me hace sentar en la camilla y le da una pequeña silla a Sergio para que se siente a mi lado.

-La Dra. Rebolledo aparecerá en unos minutos, por favor, estén cómodos- dice la enfermera para luego aparecer por la puerta en la que yo había entrado.

Me quedo mirando el techo y luego la máquina, intentando averiguar cuál es su funcionamiento, cuando la voz en un susurro de Sergio, que apenas escucho, me saca de mis ensueños.

-Al menos es mujer.

No pude evitar matarme de la risa con aquel comentario de Sergio, quien, al verse pillado por mí, estaba rojo como un tomate.

-No puedo creer que todo este tiempo estuviste preocupado de que mi médico fuera hombre. Eres un celoso.

-Wow es un bebé pequeño aun- dice la doctora- debes tener entre 7 y 8 semanas de gestación. Lo que significa que estás en el primer trimestre. Felicitaciones, está confirmado. Estás embarazada.

Luego de que la doctora nos diera la noticia de que tenía dos meses de embarazo, comenzó a darnos indicaciones sobre medicamentos y cuidados prenatales. Sergio escucha todo con mucho detenimiento, pero yo estoy un poco distraída mirando una foto de la ecografía en donde se supone que debería estar mi hijo. Pero no veo nada y Sergio me dijo que tampoco. La doctora nos dijo que era normal porque aún es muy chiquito, pero me gustaría poder ver lo que ella ve.

Salimos del hospital y nos dirigimos a una farmacia a comprar todos los medicamentos que nos dio la doctora en una receta. Tenía que comenzar a tomarlos ya que eran vitaminas y cosas para el bebé.

Cuando por fin llegamos a la casa de la abuela, ésta nos esperaba. No preguntó mucho por la cita en el médico, talvez quería darnos tiempo para digerir todo y hablar después y le agradezco eso a ella. Una de todas las cosas que le agradezco.

-Mira, Sergio- dice la abuela llamando la atención de mi novio- Encontré tu viejo uniforme de fútbol de la escuela.

La abuela nos muestra un uniforme rojo completo de futbolista con el nombre de Sergio atrás. Parece muy tierno el modo en el que lo mira y sé que debe de traerle recuerdos con sus amigos.

- ¿Por qué no me dejas ver como se te ve puesto? - le digo a Sergio y haciendo un pequeño puchero para poner cara de niña tierna e inocente y así pueda mostrarme como se ve con su uniforme.

-Claro- responde con una sonrisa y va a cambiarse a la habitación.

Cuando vuelve vestido con su uniforme se ve como para comérselo. Ya imagino porque era uno de los chicos más populares cuando estaba en la escuela y más si iba por todos lados vestido de esa manera.

Malditas hormonas, aunque puede que disfrute de esto en algún momento.

Sergio se acerca a mí y me toma por la cintura acercándome más a él. Me da un beso en la mejilla, uno tierno y largo y sentimos como un flash de cámara nos deja ciegos.

-Oh no salió bien-dice la abuela de Sergio- Posen para mí.

Alza de nuevo la cámara y ambos posamos abrazándonos y sonriéndonos. La cámara es una polaroid por lo que la foto sale de inmediato y podemos vernos a Sergio y a mí sonriendo de oreja a oreja. Él vestido con su uniforme antiguo y yo normal. Nos vemos adorables.

-Creo que es hora de comenzar tu propio álbum de fotos, Sergio- dice la abuela y ambos asentimos con una sonrisa sabiendo a lo que se refiere

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