¿Por qué eres mi hermanastro? romance Capítulo 40

Helena me queda mirando con los ojos abiertos como platos. El oficial de policía entra a la habitación del hospital sin que le haya dicho una palabra, pero no parece ser un policía severo, sino que, todo lo contrario. Es relativamente joven, parece tener unos 40 años de edad. Tiene los ojos negros, pero su mirada no es fría ni calculadora, sino que es amable y sincera. Me sonríe de lado pareciendo como si sintiera pena por mí.

Helena me da un beso en la cabeza y comienza a abrazarme suavemente. Antes de que se aleje de mí, se acerca a mi oído y me susurra:

-Sergio está bien.

Me da una sonrisa y se despide de mí con la mano.

No saben lo bien que se siente saber que Sergio está bien, que está sano y a salvo. Creo que no hubiera podido soportar el estrés de saber que tendré que hablar con un policía y no saber el estado en el que se encuentra la persona que más amo en este mundo. Ese lugar está compartido en mi corazón entre Sergio y el bebé que tengo en mi vientre.

Cuando Helena cierra la puerta, la silla en la que ella estaba sentada es ahora ocupado por el oficial de policía. Puedo ver que es el típico estereotipo de policía ya que está bastante sobrepasado en peso y casi me lo puedo imaginar comiendo una dona como siempre aparecen estos tipos en los programas de televisión.

Me queda mirando unos momentos y me vuelve a entregar una sonrisa sincera. Yo a mi vez también le doy una pequeña sonrisa.

-Soy el oficial de policía Hernán García- dice y me doy cuenta de que su voz es bastante normal, ni muy grave ni muy aguda- ¿Puedes hablar? - pregunta mirando el cuello ortopédico que tengo en mi cuerpo.

Yo solo asiento porque en verdad no quiero gastar mi voz completamente y aun duele un poco hablar. Sin embargo, quiero que sepa que estoy dispuesta a cooperar en todo lo que pueda y a responder ante sus dudas.

-Bien- dice sonriéndome aún más- ¿Recuerdas por qué estás aquí?

-Claro- digo con mi voz bastante ronca- Cada segundo de él.

La sonrisa del policía se desvanece unos segundos y nuevamente la mirada de pena hacia mi persona vuelve a aflorar en sus ojos.

- ¿Quién te hizo esto, Lianna? - me pregunta apuntando a mi cuello.

Pienso en que responder. Pienso si es lo mejor decir la verdad, pero no tengo dudas en que si lo es. Fui agredida y mi novio también lo fue. Necesitamos decir la verdad, ambos. No importa que sea el padre de mi novio, total, no se llevan bien. Pero sigo queriendo a mi madre lo suficiente como para dudar sobre denunciar a su marido.

-Roberto- digo escupiendo su nombre- Roberto Orozco.

El policía comienza a anotar el nombre en una pequeña libreta que no me había dado cuenta de que había sacado. Supongo que la tenía en algún bolsillo, ya que no tiene ningún bolso en el que guardar cosas.

- ¿Me puedes decir cuál es tu relación con aquel hombre?

-Es mi padrastro- respondo- Mi madre se casó con él hace unos meses.

Nuevamente el policía comienza a escribir la información que le he dado en su pequeña libreta. Me pide que le cuente todo lo que pasó en casa y comienzo a hacerlo, con lujo de detalles y sin omitir la información de que Sergio y yo somos novios y que Sergio es el hijo de Roberto. Suelto todo lo que tenía que decir y me siento cómoda hablando con este señor. Me escucha y no me interrumpe, sólo escribe unas cosas en su libreta cuando digo algo importante.

Cuando termino mi relato, el policía guarda su libreta en el bolsillo trasero de su pantalón. Me mira a los ojos y veo que su mirada es bastante seria ahora y es raro porque no lo había sido durante toda entrevista.

-Necesito contarte algo, Lianna- dice muy serio- Tú misma me dijiste que él apareció de repente, que estaban de viaje y que no lo esperaban- el policía hace una pequeña pausa para después proseguir- ¿Sabes por qué volvió antes?

Me quedo pensando un poco la respuesta. Intento recordar algún motivo o alguna teoría que pueda decirle que me hacía pensar que su regreso pudiera adelantarse, pero nada.

-No- respondo con sinceridad

-Bueno- comienza a hablar luego de un gran suspiro- Sucede que, en el lugar en que estaban de viaje tu madre y su esposo, ocurrió un accidente. El auto en el que iba tu madre chocó contra uno en que venía uno de sus jefes. Lamento contarte que tu madre fue la culpable del accidente. Todo parece indicar que estaba bajo los efectos del alcohol

Aquí hace una pausa bastante dramática en la que no deja de mirarme. Me siento un poco incómoda ante la información que me ha dado el policía. No sé cómo tomarlo, no sé qué pasó, pero si es su culpa... ella dejó de ser la madre que conocía hace mucho tiempo.

-Lamento decirte, Lianna, que tu madre ha muerto en el accidente junto con el conductor del otro auto Bernard King.

Mi madre ha muerto. No puedo creer que mi madre ha muerto. Siento que mi respiración comienza a fallar y que las lágrimas comienzan a salir sin piedad por mis mejillas. Siento dolor, mucho dolor. Perdí a mi madre hace tiempo, desde que llegó de las largas vacaciones y cuando llegó casada. Esa persona que estaba viviendo en mi casa no era mi madre, pero ahora se han acabado hasta las posibilidades de recuperarla.

El policía deja de hablar unos minutos y solo me observa con mucha lastima en sus ojos. Cuando mi llanto deja de ser tan estruendoso y siento que me estoy calmando, me doy cuenta del nombre del conductor del otro auto. Conozco ese nombre.

Bernard King es el padre de Lucas. Me guardo esta información para mí y la escondo en un recóndito lugar en mi interior. Creo que es doloroso saber que por culpa de mi madre el padre de mi mejor amigo está muerto. Sé que Lucas y su padre no se llevaban muy bien, pero él siempre apoyaba a su hijo contra su madre o al menos lo intentaba.

El policía, al darse cuenta de mi nuevo estado de calma, se levanta de su asiento y me ofrece una mano. Yo gustosa se la doy ya que ha sido un buen hombre y no me ha incomodado tanto su presencia.

-Le diré a las enfermeras que has recibido una noticia abrumadora y que lo mejor es que estés en este momento con tu novio- me dice y luego mira mi estómago- Creo que en tu estado debes cuidarte. Serás una buena madre, Lianna. Hiciste todo lo posible para proteger a tu hijo. Siempre recuerda eso.

Le doy una sonrisa cálida al policía quien me la devuelve y sale de la habitación.

...

Siento mis ojos pesados y una luz molesta se centra en mis ojos. Odio la luz del sol, de verdad la odio, pero al menos me ha ayudado a darme cuenta de que después de la entrevista con el policía me quede profundamente dormida.

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