¿Por qué finjo ser muda? romance Capítulo 6

Mientras tanto, el ambiente en la residencia Murillo era tenso. Después de responder a la llamada, Gerardo se paseaba de un lado a otro del salón con una mirada hosca. Justo en ese momento, Ámbar volvió de fuera y se quedó perpleja al ver aquello.

—¿Papá?

Gerardo rompió una taza con rabia.

—¡Qué idiota es Delfina! ¡Las fotos del contrato que me envió son todas falsas! ¡Debe haber sido descubierta por Santiago! Me he descuidado. Los precios de las acciones de la empresa se han desplomado, y no pasará mucho tiempo antes de que pierda decenas de millones.

Ámbar se quedó tan sorprendida que se le cayó el bolso de las manos. Preguntó:

—¿Cómo ha ocurrido eso? ¿Hay alguna solución?

Gerardo se quedó pensando durante mucho tiempo con una expresión sombría. Luego, la miró y dijo:

—Sólo tú puedes ayudarme, Ámbar.

—¿Yo?

Gerardo asintió.

—Sí. Probablemente Delfina enfadó a Santiago al casarse con él en tu lugar, y por eso se está vengando de nosotros, los Murillo, de esa manera. Por desgracia, no soy alguien a su disposición. Ámbar, ¿no te gusta el hijo de Susana, Julián? Mientras puedas hacer que se ponga de tu lado, tendré una forma de ayudarle a ganar toda la riqueza de Santiago. Para entonces, ¿todo lo que poseen los Echegaray no pertenecería a nuestra familia? ¡Ya que Santiago tiene las agallas de tratarme así, le haré pagar un alto precio!

—¿De verdad puedes arruinar a Santiago, papá?

Al ver que su hija dudaba de sus palabras, Gerardo se burló y dijo:

—Por supuesto. Con Delfina como peón, ¿de qué debería tener miedo? Pero debes ir a la Residencia Echegaray lo antes posible. No hay tiempo que perder.

Sin embargo, Ámbar dudó al instante cuando escuchó a Gerardo pedirle aquello.

—Este es el asunto, papá... No tengo ningún problema en seducir a Julián. Al fin y al cabo, no me importa hacerlo ya que es un joven excelente, pero... ¿y si ese monstruo feo llamado Santiago se toma libertades conmigo? He oído que le gusto, así que tengo miedo de que se aproveche de mí, papá.

Como Gerardo sabía lo que le preocupaba, le dio unas palmaditas en la mano y la consoló diciendo:

—No te preocupes. Ocúpate primero de Susana. Si Santiago te hace algo, pídele a Delfina que salga y te sirva de escudo, ella no se negará a ayudarte. Además, puedes aprovecharte de ella para hacer tuyo a Julián.

Ámbar se mordió el labio con reticencia. Al final, sin embargo, accedió por el bien de los negocios de su familia.

Capítulo 6 Permanecer en silencio ante los cambios 1

Capítulo 6 Permanecer en silencio ante los cambios 2

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