-No le tengas miedo a mi casa
-Eres mi jefe...
-En estos momentos soy más que tu jefe
-¿Más?
Preguntó esperanzada, necesitaba escucharlo de su boca porque por más cerca que lo sintiera siempre estaba la duda, un hombre de su clase interesado en una de sus empleadas...
-Ahora soy solo yo... -se toca el pecho señalándose con ambas manos-. Un hombre que está loco por ti y que intenta hacer las cosas bien para que puedas perdonarlo completamente
-Yo ya te perdoné Nicholas
-Lo sé, lo sé y estoy aliviado que lo hayas hecho..., pero necesito que borremos de la memoria de ambos mi estúpido intento de venganza por mi orgullo herido al sentirme ignorado
-Fue mi culpa...
Susurra Danielle, recordando el día en que lo plantó.
-También mía con esa reacción desmedida
-¿De verdad crees eso? ¿O solo estás intentando decir lo que necesito oír?
-No soy tan imbécil, me di cuenta..., no quiero volver a hacerte daño
Emocionada por su sinceridad Danielle, no supo qué contestar y simplemente lo abrazó con fuerzas deseando que lo que habían conseguido en un día no se esfumara al siguiente
-Tengo sed... -dijo para romper el momentáneo silencio
-Regresemos a la sala
Y antes que Danielle, pudiera formular alguna respuesta Nicholas, ya estaba caminando de regreso con ella de la mano. Atravesaron el umbral que separaba las estancias y la llevó directo al sofá ayudándola a tomar asiento, la besó castamente antes de alejarse unos pasos para preparar dos nuevas copas
-Entonces ¿de qué conoces al abogadito?
Se giró hacia ella ofreciéndole la copa mientras intentaba sonar desinteresado, pero no funcionó. Estaba celoso y necesitaba desesperadamente averiguar sobre el origen de aquella amistad así que se sentó junto a ella observándola muy atento
-¿Leo? -preguntó sorprendida por la pregunta-. Es el esposo de mi mejor amiga, nos conocimos en la universidad, le gustaba Mika y ella no lo tomaba en cuenta así que decidió buscar ayuda. Nos volvimos buenos amigos aunque los últimos años no lo he visto mucho, ahora es abogado de una firma importante
-Lo sé, investigue un poco acerca de ese "Leo"
-¿Qué, lo googleaste? –bromea risueña
-Sí y le pregunté a un amigo acerca de esa firma para la que trabaja
-¿Por qué?
-Necesito borrar al infeliz de tu vida, no necesito incompetentes intentando hacer algo bien –y este era el frío y calculador hombre que conoció hace tantos meses
-Leo, no es ningún incompetente..., ese lenguaje tuyo... -suspira con una media sonrisa imposible de ocultar-. Podrías comenzar olvidando que existe, aunque es lindo que quieras defenderme de Cameron
-¿Soy lindo? –pregunta acomodándose más cerca
-Sí..., me haces sentir..., no lo sé ¿segura? ¿Querida? Importante...
-¡Por supuesto! Todo eso y tal vez más
-Gracias Superman
Ruborizada decidió tomar la iniciativa y fue por un tierno beso a su protector. Sostuvo su vaso con la mano buena mientras se giraba por completo para estar de frente mientras que con la otra le acariciaba la mandíbula con la punta de sus dedos
-Cuando llamé esta mañana... ¿de verdad llorabas por una película? –preguntó con curiosidad recordando la llamada
-Es mi favorita –confesó mientras Nicholas le rodeaba la cintura para mantenerla pegada a él
-¿Por qué?
-Siempre me emociono cuando Jack muere, es muy triste –explica mientras continúa acariciando su mandíbula
-¿Te gustan las películas cursis?
-Titanic, es mi favorita, no te burles
Frunciendo los labios regresó a su posición anterior en el sofá y bebió un sorbo de su vaso mientras que Nicholas, no dejaba de sonreír ante lo mucho que le gustaba ese gesto suyo, con esos labios tan rojos aun por su ataque anterior...
-¿Tienes una película favorita? -quiso saber Danielle, sacándolo de sus pensamientos
-Sí, tengo una
-No me diga que Star Wars, eso sería muy ñoño
-¿Así que ñoño? –la mira arqueando una ceja
-Dime
-Pregúntamelo
-Nicholas ¿cuál es tu película favorita?
-El Resplandor
-¿Te gustan las películas de terror? –preguntó sorprendida
-Y el kétchup y las hamburguesas con pepinillos –asiente conteniendo la risa ante la cara de asombro de Danielle
-¡Ya basta! No te burles de mí niño rico
-Solo respondo a tus preguntitas
-Creo que ya estás borracho
-Un poco, sí
-Señor Allen
Y ya no pudo más, la sinceridad y lo lindo que se veía Nicholas, sonriendo provocaron un ataque de risa que por supuesto se le contagió a él, terminando con ambos tan conectados y tranquilos que cualquiera que los viera culparía al exceso de alcohol cuando lo que en realidad sucedía era que se estaban entendiendo. Finalmente.
-Señorita Ross –consiguió decir aún sonriente
-Si fueras así todos los días ¡uff! No respondo de mí –bromeó Danielle
-¿Te excita el Nicholas, borracho?
-El Nicholas, relajado o despreocupado que no se fija en cuantas calorías tiene la comida que se va a meter en la boca –explica sosteniéndole la mirada atontada con su carácter o actitud ahora que estaban absolutamente solos
-Mmm...
Le lanzó una mirada provocándole escalofríos, aquello le sugirió muchas cosas y no quería ocultarlo, la deseaba y punto
-No me mires así
-Tú me estás haciendo muecas bastante sugerentes –la acusa divertido
-No hago tal cosa –bebe lo que queda en su vaso y lo deja en la mesita frente al sofá
-Tienes que explicarme cuando me mandas señales, porque toda tú lo son para mí
-¿De qué señales estamos hablando? Creo que me perdí –se acomodó de lado para mirarlo a esos brillantes ojos oscuros
-Sexuales
-Sexuales... ¿Cómo para escapar de algún lugar a tener sexo express?
-No tiene que ser tan express –le guiña insinuante
-Bueno nunca he tenido una de esas relaciones
-Yo tampoco
-¡Qué mentiroso! –protesta dándole un suave manotazo en el muslo
-Te lo dije CERO -levanta la mano formando un cero uniendo la punta de sus dedos índice y pulgar-. Cero novias
-¿Y cómo sabes de las "señales"?
-Ni puta idea pero yo las necesito si no quieres pasarte el día desnuda debajo de mí
-¿Por qué debajo? ¿Y si quiero estar arriba?
-Puedes estar donde tú quieras cariño
-De 8am a 5pm en mi escritorio –le saca la lengua divertida
Con mariposas en el estómago debido a la grata sensación que una conversación tan simple le producía Nicholas, se abalanzó sobre Danielle, luego de ver cómo le sacaba la lengua, ese pequeño gesto lo enloqueció de un modo desconocido, tan pronto como se lanzó ya estaba a horcajadas sobre ella mientras la besaba a lo bestia
Por largos minutos...
-Me estás clavando
Gimió Danielle, sabiendo perfectamente qué era. Aun así fingió no saberlo solo para provocar a Nicholas, le encantaba así de impulsivo.
-Oh cariño solo dilo y estoy a tus pies –ofreció jadeante
-Quiero un tour por tu mansión
Soltando una risotada dejó de besarle el cuello y como castigo por frenar el momento le dio un gustoso mordisco
-Solo si comenzamos en mi habitación –se incorporó para mirarla a esos estanques azules
-¡Me mordiste!
-Sí y estás deliciosa
-Como si me hubieses sacado un mordisco –arruga la nariz mientras se lleva una mano al cuello para confirmar que está completo
-Mmm..., lo que te quiero sacar ahora mismo es TODO –se presiona juguetón
-¿Vas a calmar al martillito o tendré que irme pronto y dejarte con tu asuntito?
Intentó mantener una expresión lo suficientemente seria que coincidiera con su oración pero el rostro de Nicholas, se tornó algo difícil de explicar cuándo Danielle, llamó a su virilidad "martillito"
-¿Cómo lo llamamos entonces? ¿Te has ofendido por un simple apodo?
-No es "pequeñito" –gruñe
-Señor Allen -le sostiene la mirada sonriente-. Lo sé
Acalorada y ruborizada Danielle, se mordió el labio inferior, una ráfaga de imágenes de Nicholas, poniéndose un condón llegaron a su mente...
-Pronto no habrá lugar de mi cuerpo que desconozcas y viceversa cariño
Prometió meloso y volvió a besarle el cuello ascendiendo hasta sus labios mientras que sus manos hacían su camino por el abdomen plano de Danielle, paseándose por su cintura hasta llegar a su trasero y darle un pellizco con ganas
-¡No tan fuerte! Me vas a dejar una marca
-Sí, mis dientes –sonríe sobre sus labios antes de besarla
-No esta noche –le advierte con voz chillona, ya no estaba tan segura de eso
-¿Quieres ese tour?
-Sí
Con una mirada perversa pero juguetona volvió a besarla en el cuello descendiendo lentamente y distrayéndola con sus manos vagando por sus muslos, en un rápido movimiento por parte de Nicholas, la tuvo recostada de costado y enseguida lo sintió, un mordisco en el trasero, y uno bueno porque soltó un auténtico grito de sorpresa y dolor
-¡Nic! –chilló empujándolo lejos para incorporarse
-De este culito redondito sí que me llevo un trozo –ríe orgulloso de su hazaña
-Me dolió... -hizo pucheros mientras se tocaba la zona de la mordida intentando aliviar el dolor
-No fui tan caníbal
Riendo como adolescente se levantó del sofá y enseguida ayudó a Danielle, la jaló hasta que sus cuerpos chocaron, la abrazó para mantenerla así de cerca y deslizó una mano por su espalda hasta llegar a su trasero y acariciárselo, le dolía lo notó en su expresión, pero no se arrepentía, ahora solo pensaba en volver a hacerlo pero sin ropa de por medio. Sin dejar su posición actual la guio unos pasos hasta el mini bar portátil para preparar un par de vasos
Con uno de sus brazos rodeó la cintura de Danielle, y la guio por toda la sala en que se encontraban, inició el tour. Hizo un par de comentarios sobre sus elecciones a la hora de dar forma a la casa y continuó hacia el comedor y la maravillosa mesa rectangular en que cenaron hace un rato. Avanzaron por un pasillo pasando por el baño para invitados llegando a la escalera y al recibidor. Subieron las escaleras hasta el segundo piso.
-¿Para qué tantas habitaciones? –preguntó señalando el elegante pasillo con puertas cerradas
-No son tantas..., algún día las puedo necesitar –respondió sin quitar la mirada de ella
-Dame un ejemplo
-Hijos. Esposas. Nietos...
-¿Esposas? –repitió en tono de pregunta divertida con su seriedad y seguridad
-Una a la vez –explica intentando sonar seguro porque no tenía idea de donde había salido eso
-Engreído ¿con ese carácter que te gastas piensas que más de una se casa contigo?
-Tengo dinero y soy atractivo –se encoge de hombros con arrogancia
-¡Lo olvidé por completo! –ríe divertida
-Dani...
-Te contradices mucho esta noche, ahora piensas en "esposas" cuando me confesaste hace rato eso de "no novias" y también en hijos y NIETOS..., rarito o loquito no logro decidirme
-"No novias" es cosa del pasado
Aclara apretando su agarre dejándole claro que es de ella de quien habla
-Optimista –le dedica una media sonrisa le gusta lo tranquilo que está
-Pasemos a la habitación ¿te gusta lo que has visto hasta ahora? Podría hacerle modificaciones
-Nooo, yo no le tocaría un solo clavo
-Buena respuesta Ross –apura el resto de su vaso dejándolo a su paso
-¿Tu familia no se queda?
-No, prefieren un hotel donde los atiendan, además no viven lejos
-¿Tienes huéspedes muy a menudo?
-¿Tienes emociones demonio?
-¡Sí! Deberías saberlo, eres la única que me ha visto llorar y vomitar de borracho
-Qué privilegio –finge una mueca de asco al escuchar la parte del vómito
-Graciosita, te estás buscando unas deliciosas nalgadas
-Mano larga, tranquilo
-Quiero tocarte, todo el tiempo quiero tocarte. Incluso cuando estoy enojado
-¿Tú, enojado? No, eso no sucede, eres un angelito
-¿Quieres ver los cuernos de este angelito justo ahora?
-Mmm, creo que voy a pasar, solo se me viene a la mente un cuerno en estos momentos y no va en la cabeza
-Nalgadas
Satisfecho con esa insinuación se tomó un momento para besarla calmadamente.
-¿Cuál es el nombre de tu mamá?
-¿Qué? No me preguntes por mi mamá cuando te estoy besando y teniendo pensamientos sucios
-Dime –insiste jugueteando con los botones de la arrugada camisa de Nicholas
-Irene y a mi papá ya lo conoces, Elías...
Nicholas, le habló un poco acerca de sus padres y lo aliviado que se sintió cuando se mudó de la casa de su infancia mientras bebía una cerveza. No tuvo problema en contestar a todas las curiosidades de Danielle, estaba más que dispuesto a compartir aquella información con ella...
-Nic, creo que es hora que te vayas a dormir... -lo interrumpió mientras apuraba el resto de su tercer botellín de cerveza
-Estoy..., bien
-Borracho, sí, pero no te culpo fue un día terrible, sin fin, muy intenso y mañana será complicado necesitas descansar para enfrentar a la directiva
-No te vayas –lloriqueó como niño pequeño
Aquello le encantó, su voz, su mirada, su petición..., la necesitaba. ¿Y quién era ella para decir que no?
-Dame esa botella, ya está vacía –extiende la mano para pedirle el botellín
-Le queda un poquito
-Tienes que irte a la cama –insistió con suavidad
-¿Juntos?
-Te puedo hacer compañía un rato
-¿Qué, me vas a poner pijama y a dar las buenas noches? –gruñó, no le gustaba su plan
-Quizás
Le hizo caso, no podía resistirse a aquella radiante y pequeña sonrisa. Le dio la botella vacía para que la dejara sobre la encimera, la observó bajarse de un salto, luego su mano buena le rodeó la cintura en un abrazo y lo ayudo a subir las escaleras hasta su lujosa habitación.
-¿Dónde me quieres?
Ignorando su intento de conseguir que se quedara Danielle, se acercó a la maravillosa cama y comenzó a mover las almohadas a un lado para abrir la cama, luego las volvió a acomodar y lo observó allí de pie donde lo había dejado
-Listo, a la cama señor –anunció sonriente
-Podrías hacer eso a diario –soltó sin pensar y la idea le provocó escalofríos
-No digas bobadas, vamos ¡a descansar!
-De acuerdo...
Con la piel de gallina por lo mucho que le gustó que Danielle, le preparara la cama Nicholas, caminó hasta el vestidor y se quitó la ropa quedando solo en bóxers, caminó de regreso a la cama y se metió sin decir nada..., en cuanto su cabeza tocó la almohada y estuvo acomodado el peso de todo el alcohol que había bebido más el drama y los problemas de trabajo lo aplastaron literalmente..., estaba agotado
Danielle, que lo seguía con la mirada (era primera vez que lo veía semi desnudo, descartando cuando estuvo borracho por la muerte de su abuelo) notó su cambio de actitud y sin darle más vueltas se recostó frente a él en el otro extremo de la cama, extendió el brazo y le acarició el rostro con suaves movimientos esperando que se relajara un poco, se sentía bien tocarlo de este modo tan "inocente"
Una hora más tarde cuando dormitaba aun con la mano en el rostro de Nicholas, lo escuchó murmurar...
-...lo dije en serio
Y de inmediato supo que se refería a su impulsiva confesión telefónica antes de la reunión endemoniada.
Sonriendo y sintiéndose especial cerró los ojos para descansar por un minuto antes de irse a casa..., lo cual no ocurrió, de un salto se despertó y se levantó de la cama, buscó su celular con 12% de batería y miró la hora.
Eran las 05:09 am
A la velocidad de la luz abrió la aplicación de uber y pidió un auto mientras se calzaba los zapatos sin despertar a Nicholas, quería darle todo el tiempo necesario para que se repusiera, lo besó en la mejilla antes de marcharse.
Llegó a su apartamento cerca de las 6 de la mañana y sin resistirlo se dejó caer en el sofá, el único en su diminuto apartamento, con dolor de cabeza por estar bebiendo un lunes, pero no dejaba de pensar en lo bien que se sintió estando con Nicholas, a solas, el hombre que dejó dormido no se parecía en absolutamente nada al insufrible jefe que conoció has casi un año.
Luego de unos minutos se obligó a levantarse, se metió al baño y con pereza se quitó la ropa y muñequera para meterse a la ducha. La necesitaba para despertar completamente, reguló la temperatura para que estuviese un poco más fría de lo habitual, de lo contrario su cuerpo se relajaría y ya no serviría para nada..., aunque estaba emocionada por volver al trabajo y ver a Nicholas, luego de la noche que tuvieron
Tres golpes fuertes en la puerta hicieron que Danielle, acabara su ducha antes. Extrañada puesto que su tía tenía llaves se envolvió en una toalla y luego hizo lo mismo con su cabello, le quitó el exceso de agua y lo envolvió..., aguardó a que volvieran a tocar para estar segura que fuese su puerta a la que llamaban a las 6:30 de la mañana
Y lo era, los insistentes golpes volvieron a sonar así que a toda prisa fue hasta la puerta y la abrió. Era Nicholas, recién duchado (llevaba el cabello húmedo) y perfectamente vestido luciendo maravilloso con esa sombra de barba creciendo..., se había levantado tan rápido apenas descubrió que no estaba en la cama que no le dio importancia a no rasurarse esa mañana (como hacía siempre)
-Nic... -suspiró con mariposas en el estómago mientras sostenía la toalla que la cubría
-Yo...
Estaba sin habla, era primera vez que la veía así con tan poca ropa y no podía dejar de devorarla con la mirada...
-¿Qué haces aquí? Esperaba que nos viéramos en unas horas más en el trabajo
-Quería que fueras lo primero que viera por la mañana...
-Oh... -se ruborizó alucinada con su "confesión" ¿o frase de seducción?
-¿Por qué no te quedaste?
-Yo..., yo tengo que alistarme para el trabajo –susurra aun ruborizada y algo cohibida por la poca ropa que llevaba
-Bien, date prisa
-¿Cómo dices?
-Vamos a ir juntos en mi auto –y era un hecho no una pregunta
-Pero me voy a tardar un poco ¿no prefieres ir a desayunar y tomar uno de tus cappuccinos? –intenta persuadirlo
-No, prefiero esperarte
-Nic..., vamos a vernos en la oficina, no voy a seguir faltando
-Tienes 15 minutos, te espero en el auto
-Pero...
La calla con un fugaz y bruto beso antes de dar media vuelta y caminar hasta las escaleras, sí, el ascensor nuevamente se encontraba fuera de servicio.
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