El lunes salió desde temprano a ayudar a su tía en su salón, le encantaba el papeleo y que le arreglara el cabello, sus rizos rebeldes son un desastre sin un buen masaje. Y en eso estaba cuando su celular volvió a sonar mostrando en la pantalla “Número privado”. Lo rechazó y lo lanzó al mostrador frente al espejo y no pudo evitar recibir una mirada curiosa de su tía
-¿Todo bien cariño?
-Sí, de maravilla -se encogió de hombros y cerró los ojos para disfrutar del masaje
-Necesito comprarte un celular, ese ladrillo pre histórico me estresa con tantos botones ¡y es feo!
-No te atrevas, me gusta básico -hace un puchero
-Mm, si claro
-¿Qué significa eso? –abre un ojo para ver su expresión a través del espejo
-¿Qué pasó con tu maravilloso y odioso novio?
-No tengo novio, Nicholas, fue…, no lo sé ¿bueno mientras duró?
-¿Finalmente le dijiste todo lo que te aguantabas?
-Sí y no fue agradable
-Me alegro, estabas muy agobiada, te he dicho que debes ser sincera y no guardarte cosas para evitar herir a alguien, acaba siendo peor
-...sí
-¿No hay solución?
-Bueno odia los insultos y creo que lo llamé estúpido
-Seguro que se lo merecía con esa actitud prepotente, debe ser odioso
-Lo era...
Suspiró pensativa, habían pasado varios días sin saber de Nicholas, ni siquiera ha entrado a mirar su correo para no enterarse de lo que hace. Está en una “desintoxicación de drama”.
-No te pongas triste, cambiemos de tema -propuso Jazmín, animada-. ¿Ya pensaste en lo que quieres para tu cumpleaños?
-Definitivamente no un PS4 -La señaló con el índice
-Pero dijiste que te gustaría tener una de esas consolas
-Digo muchas cosas Jaz -le sonríe con cariño
-Quiero complacerte, mi pequeña cumple 25 ¡hay que tirar la casa por la ventana!
-Calma, no sé si esté de ánimo..., con el asunto de mi papá y lo de Nicholas...
-No, no, no, tu padre está bien, delicado pero fuera de riesgo vital y se quedará en el hospital al menos tres semanas lejos de esos delincuentes
-Espero que esta vez aprenda a mantener su boca cerrada
-Hija eso es imposible Daniel Duncan, es un bocón de primera, no sabe cuándo callar
-¡Agg! Lo sé
-Entonces ¿permiso para hablar con Aaron?
-Claro, pero vayamos a algún lugar a cenar y por unas copas, nada muy grande
-¡Sí, que divertido! No puedo esperar para planearlo todo
-Llama a Mika, también –le sonrió con cariño
-¿Hay algo que contar?
-Está todo olvidado..., y antes que lo preguntes, la diva de Amanda, es un tema aparte, es una obstinada la cabeza dura
-Me gusta que vuelvan a hablarse aunque se haya equivocado tanto
-A mí también me gusta poder hablarle
Esa noche fueron a cenar fuera y cuando subían al auto un escalofrío le recorrió la espalda a Danielle, cuando a la distancia vio a un hombre demasiado parecido a Cameron, observándola. Con manos temblorosas abrió la puerta del auto de su tía y se subió para salir de allí a toda prisa. No podía ser él, tenía una orden de alejamiento
La mañana siguiente fue a averiguar cómo seguía su papá, no se atrevió a visitarlo sola, aunque ese haya sido el plan cuando salió del apartamento, pero al estar allí no pudo evitar el recuerdo de Nicholas, apoyándola, cuidándola…, las imágenes le vinieron como un balde de agua fría. Miró su celular con una nueva llamada entrante de ese número privado y sin pensarlo contestó solo iba a escuchar su voz y a cortar, aún creía que terminar la “relación” era lo mejor para ambos pero hasta ese momento no había querido aceptar que lo necesitaba, al complicado y apuesto demonio dueño de sus sentimientos…
Un “hola” como saludo fue lo primero que salió de su boca, esperó por una respuesta pero solo escuchó la respiración y enseguida se cortó la llamada.
No era Nicholas.
Estaba segura que no se trataba de él, si hubiese llamado jamás haría algo tan vulgar como cortar. Desconcertada se quedó de pie en medio del pasillo observando su celular con botones ¿qué había sido eso? Repasó la “llamada” en su cabeza intentando analizar si debió haber dicho algo más que un “hola”, pero no lograba pensar en nada con todo el ruido del hospital, conversaciones por todos lados, las enfermeras hablando de fichas y…, fue lo único que escuchó por la línea
Quien fuera que la llamó estaba en el hospital.
Se giró para ver a su alrededor con brusquedad esperando encontrar a alguien, a quien estuviera llamándola pero era inútil, ni siquiera sabía de quien se trataba. Vio a un hombre de traje elegante mirándola e instintivamente dio un paso hacia él, pero el desconocido apartó la mirada, lo descartó. Abrumada se dirigió al baño a refrescarse y auto convencerse que estaba comportándose como una paranoica.
Lentamente caminó fuera del edificio en busca de una tienda para comprar una botella de agua. Su respiración seguía acelerada y aun buscaba a su alrededor por alguien que la estuviera siguiendo, no conseguía quitarse la sensación, la misma que tuvo cuando Cameron, la estuvo siguiendo. Con nauseas al pensar que tal vez el maniático ese estuviese en la calla, corrió fuera de la tienda, asegurándose de mirar a todos lados antes, cuando estuvo segura se dirigió a la parada del bus pero una mano en su hombro solo 60 segundos después de haber salido de la tienda le helaron la sangre y casi se hecha a llorar del susto. Con miedo dio media vuelta para ver de quién se trataba o para corroborar que fuese Cameron…
-¡Jim! -se llevó la mano libre al pecho aliviada, le había vuelto el alma al cuerpo
-Sabía que eras tú -le sonríe-. Te vi salir del hospital ¿todo bien? ¿Te sientes bien? Si necesitas ver a un doctor puedes ir cuando gustes a mi consulta –ofreció ignorando su expresión de espanto
-Yo estoy bien, solo me sorprendiste -suspira con alivio
-Mi culpa, lo siento
-Descuida –ya podía respirar tranquila
-¿Qué hacías en el hospital?
-Solo fui a preguntar cómo seguía mi papá
-¿Tú papá? ¿Está bien, que le ocurrió, puedo hacer algo?
-Solo debe recuperarse -contestó sin saber qué más decir-. Estamos distanciados pero está estable, gracias por preguntar
-Me alegra escuchar eso
Sin saber qué más decir y aun preocupada por su recuente paranoia, echó un vistazo alrededor y para cuando se dio cuenta Jim, la miraba de modo extraño, claro estaba actuando como una loca
-Lo siento, solo estaba mirando si venía el bus... -y no pudo evitar ruborizarse
-¿Quieres ir por algo de beber?
-No lo sé ¿sucede algo? -preguntó confusa ¿para qué quería ir a otro lugar?
-me gustaría hablar en algún lugar menos público -señala la calle a su alrededor
-Jim… ¿Nicholas, está bien? -su corazón volvió a acelerarse mortificada porque algo pudiera haberle ocurrido a Nic
-No, no es Nico -aclaró antes que le diera algo-. Bueno es acerca de él y ese compromiso con “Frida” ¿qué pasó contigo?
-Oh... ¿te contó sobre eso?
-Sí ¿un café? -insistió-. Vanessa, se enteró por la hermana de Nico, que está comprometido y hablé con él, porque no me cuadraba, me lo confirmó y me sorprendió porque tú y él..., bueno están saliendo ¿cómo es que aceptaste algo así? ¿Que se case con otra?
-No tengo nada que decir Jim, él, toma sus propias decisiones..., además ya no es de mi incumbencia. Él, sabe lo que hace
-¿De qué hablas? No puedes dejar que se case con esa mujer, su sola presencia detona problemas, solo quiere dinero y ni siquiera hemos sido presentados formalmente
-Nicholas, sabe lo que hace, lo ha dejado claro de muchas maneras..., yo no puedo hacer..., eso... -titubeó, no estaba segura cuánto sabía Jim-. ¿Te contó de qué se trata? ¿O esto solo es una especie de “intervención” porque no te gusta su prometida?
La pregunta salió antes de darse cuenta, sabía que Jim, era alguien de confianza, aunque con Nicholas, nunca se sabe, es muy cerrado para sus asuntos personales
-Me dijo todo sobre la herencia, sigue siendo su secreto
-Claro… -volvió a caminar hacia la parada con Jim, junto a ella decidido a conseguir convencerla.
-Pero ustedes..., él está bien agarrado de ti, eres la primera novia que tiene
-Y no fui suficiente -suelta desanimada
-¡Va a cometer un error más grande que el hotel que quiere construir!
-Quiere el camino fácil y yo no puedo seguirlo en eso
-Pero..., no puedes permitirlo Danielle, si realmente te importa Nicholas, entonces no puedes dejarlo cometer esa locura
-¿Intentas convencerme? -se detiene para mirarlo a los ojos-. Escucha yo le pedí que buscara otra opción pero está decidido a hacerlo para tener el maldito poder
-Sabes que es complicado, haz un esfuerzo por él, no lo dejes cagarla, sé tú quien se case con él, no esa mujer
Y todo el enojo, frustración y desilusión por el comportamiento de Nicholas, regresó, las palabras de Jim, despertaron esos sentimientos encontrados y su malhumor acabó apareciendo otra vez recordándole la discusión y sus motivos para acabar la “no-relación”. Dejó de caminar, se giró para estar frente a Jim, y soltó todo lo que pensaba sobre este tema del compromiso
¿Tú crees que a consecuencia de sus malas decisiones yo debo dejar de lado lo que creo y lo que espero para casarme con el porque lo necesita?
-Para ayudarlo, es in asunto importante
-Lo puedo ayudar en muchas cosas Jim, pero no en esto..., el matrimonio para mí es importante, toda mi vida soñé con conocer a un hombre que me enamorara, que me gustara incluso como se rasca la panza..., que me propusiera matrimonio de un modo romántico, lindo..., una gran propuesta, que esté nervioso..., quiero llorar con el discurso de amor eterno que me darán algún día..., no quiero llorar porque cometí el peor error casándome por conveniencia..., por AMBICIÓN y no mía
-¿No sientes nada por él?
-¡Claro que sí! ¡Estoy hasta las patas por él! Pero Nicholas solito se metió en este problema, y por mucho que saque la carta de “era el sueño de mi abuelo” Satanás era peor que él y si el proyecto le ha costado tanto por algo su abuelo no lo pudo concretar
Explotó irritada y el modo en que Jim, la miró le recordó que también es un niño rico, estaba tratando de no sonreír y el tono de burla con que le habló a continuación lo confirmó
-¿Eres de esas chicas que sueñan con encontrar un príncipe azul y casarse?
-Sí..., soy una de esas chicas con un sueño tan tonto como tener un final feliz -respondió algo ofendida por el tono altanero y avergonzada por haberlo dicho frente a él..., amigo de su “ex”
-No, no disculpa no quise decirlo así -se excusó al ver su expresión
-Las palabras más hirientes son las que no se dicen Jim
-Dani..., no era mi intención... -jadeó arrepentido
-No pasa nada
No era su culpa, en realidad Jim, solo buscaba ayudar a su amigo y si para eso debía ir con ella e insistirle para poder convencerla, entonces lo haría.
Danielle, soltó aire con fuerza para controlar su Yo insoportable y no acabar desquitándose con el buen doctor, necesitaba calmarse
-Él te dijo que te ama, han pasado un tiempo juntos ¿no cuenta?
-Soy consciente..., me lo dijo pero no lo ha demostrado..., Jim, él no me entiende, una “relación” para Nicholas, es solo sexo..., es lo que ha hecho y no me quejo pero necesito más, necesito a alguien que le importe, no solo en la cama o si tengo un vestido de diseñador para ir con él...
-Dani
-Me está tratando igual que Cameron y lo odio porque lo amo
-Mierda -susurró al escuchar ese nombre
-Me dejó claro que no hace lo del novio y novia, estoy siendo una insegura de mierda, tengo dolor de espalda estresada por esta situación..., tuvimos una gran discusión y creo que esto es lo mejor
-Yo puedo ayudarte con la espalda... -sugirió para calmar las aguas
-Gracias, pero no era eso lo que quería decir..., veras Jim, traté, mucho pero me pierdo, soy joven, quiero ver a mis amigos y no puedo si Nicholas no está disponible para vigilarme
-¿Así de celoso?
-Esos no son celos, es desconfianza y no he hecho nada para que no confíe en mí
-Es un hombre complicado
-Lo sé -casi se echó a reír
-Ambos se quieren
-No estamos preparados para hacerlo..., no sabemos estar “juntos”
-¿Vas a...?
-¿Renunciar? No, claro que no, voy a demostrarle que puedo ayudarlo incluso si tengo que organizar yo misma su “boda” pero él es quien tiene que darse cuenta que está cometiendo un gran error, tú, yo..., su papá podemos decirle que está mal, pero si él ni quiere darse cuenta entonces tendrá que hacerlo del peor modo..., equivocándose y odia equivocarse
-Lo siento
-Yo también lo siento, no vas a convencerme
-Entonces será mejor que te deje tranquila
-Jim...
Lo detuvo antes que se alejara necesitaba preguntarle una última cosa.
Estaba a punto de contestarle cuando John, finalmente abre la puerta con una sonrisa de oreja a oreja, ni cuenta se dio que Nicholas, también estaba allí él, solo rodeó los hombros de Danielle, y caminó hacia la salida
-¡Danielle, no me dejes hablando solo! -alzó la voz mientras los veía alejarse
-¡Buenas noches señor Allen!
-Voy a necesitar tu dirección John
-¿Quieres conocer mi cama?
-Claro ¿dónde vives? -le siguió la corriente mientras sacaba su celular del pequeño bolso y aguardaba para ingresar la dirección en la app de Uber
-Es muy blanda y tamaño King
-Que pesadilla debe ser cambiar las sábanas
-Puedes ayudarme mañana por la mañana
-Vamos campeón dónde vives o nunca saldremos de aquí
-Mmm, tentador
-Me estás haciendo esperar
Luego de una escandalosa carcajada de John, finalmente le dio su dirección y Danielle, pudo pedir un auto.
-¿Me das un beso?
-Tú dámelo a mí -sonrió ante lo infantil que lo ponía la borrachera, estaba apoyado en un pilar y apenas podía mantener los ojos abiertos
-Acércate, no te alcanzo
Y el auto llegó, se acercó para tomarlo del brazo intentando ignorar su petición pero estaba con los labios fruncidos esperando, así que puso la mejilla y dejó que la besara. Continuó con sus planes para una noche para dos mientras Danielle, lo metía al auto.
-Muy bien John, la pasé genial hasta que te pusiste medio baboso, carga tu celular, mañana trabajad
-Sube ya
Negando divertida cerró tal puerta del auto y le dio un saludo al chofer antes de alejarse.
-Odio ver a otro hombre tocándote
-Odias muchas cosas
Murmuró alejándose para tener algo más de espacio. Fue hasta el acomodador y le pidió un taxi, el chico enseguida fue a conseguirle uno
-¿Qué estás haciendo Danielle?
Otra vez la sorprendió por la espalda, aunque sabía que la estaba observando, su sentido arácnido siempre sabía cuándo estaba cerca
-Me estoy yendo
-Te vienes conmigo
-No, yo no voy contigo a ninguna parte
-Vamos a mi casa, han pasado demasiados días
-Señorita -se acercó el acomodador-. Su auto está aquí
-Muchas gracias
Lo siguió hasta el taxi y este le abrió la puerta, pero antes que pudiera subir Nicholas, la tomó de la mano y la jaló hacía su pecho
-Oye, vamos regálame una sonrisa
-Suéltame por favor, me quiero ir
-Vamos a mi casa o a tu apartamento me da igual pero en mi auto
-No, nosotros ya no..., se acabó no vengas fingiéndolos que nada ha pasado, ahora suéltame
-No acabó
-Sí, terminamos, fin del tema
Jaló su mano del agarre de Nicholas, y se subió al taxi, estaba confundida ¿qué le pasaba? Al llegar a su edificio corrió literalmente hasta el portal, seguía medio paranoica con esa sensación de estar siendo observada.
Nicholas, la llamó repetidas veces pero se negaba a contestar, su discusión estaba muy fresca en su cabeza como para fingir que nada había pasado, que no la llamó inmadura y que le advirtió que si se iba no lo tendría rogando ¡ha! Hombre orgulloso.
Sábado. Por la mañana fue sorprendida por su tía Jazmín, Aaron y Mika, le llevaron un hermoso pastel y un abundante desayuno.
-Wes, dice que no se pierde por nada del mundo la cena de esta noche -comenta Aaron, durante el desayuno
-Leo, tampoco -añade Mika
-Que divertido, parece que hubiesen pasado siglos desde que no salgo
-Vamos que ya hablas como anciana, son solo 25 boba -ríe Aaron
Y el día tranquilo que esperaba tener antes de la cena no llegó. A las 9 de la mañana un gigantesco ramo de rosas de varios colores llegó junto con una tarjeta que solo decía ”De Nic”. Luego Jazmín y Mika, se la llevaron a un día de relajación. Limpieza facial, masaje relajante, corte de cabello, manicure y pedicure y un almuerzo a las 4 de la tarde.
Al regresar a su apartamento se encontró con una caja en la entrada y también era de parte de Nicholas, esta vez la nota decía algo más, bueno era una advertencia con todo y el símbolo “Prohibido rechazarlo. Los regalos no se regresan” tenía que aceptar que aquello había sido gracioso, sobre todo viniendo de él.
Levantó la caja de la entrada y abrió la puerta, la puso sobre el sofá y curiosa miró en su interior. Estaba el ipad, el celular, los pendientes de diamantes y un nuevo y reluciente MacBook Air. Claro, solo él haría algo así. Pero además había un sobre con dos entradas para ver a Bon Jovi, y ese regalo sí que le sacó un par de lágrimas, recordaba que es su Banda favorita.
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