“Reiteramos. Se ha visto al exitoso abogado penalista Santino Rivas en las afueras del The Climax, un exitoso y particular sitio en el que las personalidades más importantes y poderosas de Latinoamérica visitan para servicios sexuales. Fuentes nos informan que el abogado ha estado frecuentando este sitio en los últimos seis años, con diferentes mujeres todas y cada una de ellas exitosas en su campo. Médicas, abogadas, psicólogas y la última es una joven del barrio porteño de Barracas llamada Abril Evans, con quien, según testigos, llevan tiempo en pareja.”
La cara de Abril estaba tiesa y sus lágrimas no paraban de caer. Se sentía humillada ¿cómo no pudieron prevenir que un espectáculo como el que habían dado anoche, ante decenas de personas y exponiendo sus intimidades no sería oro puro para la prensa? Alguien del The Climax, había logrado filtrar un celular y logró tomar, desde un ángulo perfecto las imágenes de la pelea y de ella gritando que estaba embarazada.
“Las imágenes son más que elocuentes. El joven con quien se están debatiendo a puño, es el hijo de uno de los empresarios textiles más importantes de Sudamérica, Pablo Álvarez y fuentes muy confiables, de la elite, nos indican que esto no ha sido tomado de buena manera en la familia y que, aparentemente, le costara la asunción a la presidencia de “Alvarez Corporation””
Ella se sentía confundida ¿por qué nunca le mencionó que era el hijo de uno de los empresarios más influyentes en el mundo de la moda. Aunque francamente eso no era lo más importante en ese momento. Se sentía tan avergonzada que no era capaz de mirar a los ojos a su pequeña hermana quien la observaba con sus ojos cristalinos, muy decepcionada y por, sobre todo, avergonzada.
“Y esto es primicia chicos, quien nos ha proporcionado el video, nos ha dicho que el motivo de la pelea entre ambas personalidades ha sido por una supuesta infidelidad de parte de la mujer que vociferó a los gritos que estaba embarazada ¿quién será el afortunado? ¿Alvaréz Corporation tendrá un nuevo heredero? ¿o Santino Rivas, el hombre más deseado del país formalizará la relación con su novia? Estaremos manteniéndolos al tanto de las últimas novedades.”
Apagó el televisor inmediatamente ¿infidelidad? ¿embarazada? ¿heredero? ¿casamiento? ¿QUÉ DEMONIOS DECÍA LA PRENSA? Si pudiera hacer un agujero en el suelo para irse a China lo haría sin dudar.
Intentó acercarse a Catalina quien se cubría el rostro y negaba con la cabeza. Con cautela se acercó a ella, pero al querer tocarle el hombro reaccionó.
- ¡NO TE ATREVAS A TOCARME! – grita con ira y decepción haciendo que de un paso hacia atrás con las manos en su pecho.
- Pero Cathy.. – Abril intenta explicarle cómo ha sido que sucedió, pero realmente ¿qué podría decirle? ¿Qué se ofreció como mujerzuela a un, prácticamente, desconocido a cambio del dinero para que pueda operarse? No, no podía hacer eso porque de por sí, ya se sentía asco ella.
- ¡PERO NADA! ¿cómo pudiste? – dijo conteniendo las lágrimas y mirándola enfadada. – mamá y papá están revolcándose en su tumba. – la hiere con sus palabras al mismo tiempo que seca, violentamente, una de las lágrimas – me das vergüenza. – fue lo último que dijo para romper en llantos.
- Por favor, no llores hermanita…- he intenta volver a posar su mano en su hombro, pero esta vez ella reacciona de una manera que no espero.
- ¡NO ME TOQUES! – y la empujó con ambas manos haciéndola caer de su silla.
- ¡Catalina! – gritó desesperada intentándola ayudar a levantarse del suelo.
En el momento en el que Abril y su hermana comenzaron a discutir, el timbre del departamento sonó y quien bajó a atender, luego de saber de quién se trataba, había sido Erika, por lo que no estuvo presente en la situación.
Cuando ella lo vio parado en la puerta de calle y con un diario en la mano supo que se había enterado de todo. Se detuvo al pie de la escalera y luego de tomar valor abrió la puerta.
- Mauro. – dijo ella intentando explicar algo que no tenía explicación.
- Muévete, Erika. – dice con una expresión de furia desconocida para ella.
- Déjame que te explique. – corre tras él cuando se da cuenta de que no solo había sido un idiota por creer en la mujer que amaba, sino por creer que ella era su amiga, que Erika lo era y sin embargo también se había burlado de él.
- ¿tu lo sabías? – giró sobre su eje y mirándola a los ojos es que se lo preguntó, pero ella no decía nada. – son tal para cual. – concluyó subiendo de dos en dos escalones las escaleras.
- ¡espera, Mauro no es lo que piensas! - ¿no era lo que pensaba? Tenía unos cuernos que rayaban el techo y ¿tenía el tupe de decirle que no era lo que pensaba? Furioso se volteo a verla y bajarla de su nube.
- ¿no es lo que yo pienso? ¡idiotas las dos! – grita con desprecio y Erika se ofende por el insulto.
- ¡mide tus palabras! – le exige, pero él tenía sus razones.
- No… ¿tienes idea de quién es Santino Rivas? – ella no comprendía porque le hacía esa pregunta, dado que si había algo que se sabía era eso, quién era. – mira. – le entrega el diario y lee en voz alta.
- “El prestigioso abogado Santiago Rivas, llevará adelante la defensa del accidente protagonizado por el diputado nacional Seing, donde un matrimonio falleció y su hija menor de edad quedo paralítica. No obstante, se lo ha visto con la hija mayor del matrimonio ¿sabrá la Srta. Evans que su pareja defenderá al supuesto asesino de sus padres? …” ¿qué significa esto? – dijo sorprendida y sin entender. Mauro negó con la cabeza y le quitó el diario de sus manos para llevárselo a Abril, pero Erika intentó detenerlo justo antes de entrar al departamento. - ¡espera! No lo hagas. Le romperás el corazón-
Muchos pensaran que él lo hacía para vengarse de ella, lo cierto era que, si bien le dolía en el alma lo que le había hecho, más le dolía enterarse de que estaba enamorada de él. Conocía perfectamente su mirada llena de amor y decepción, porque tuvo que ver ese video y en sus ojos se reflejaban esos sentimientos al mirar a Santino. Ya no lo quería y lo peor de todo es que no había tenido el valor para decírselo de frente y evitarle la vergüenza de ser el hombre más imbécil de la fase de la tierra.
- Eres su amiga, no deberías ocultarle que su amor, defenderá al asesino de sus padres. – pero cuando ella iba argumentar el por qué, los gritos de Catalina los tomaron por sorpresa.
Cuando abrieron la puerta del departamento asustados por los gritos y vieron a Abril intentando levantar del suelo a su hermana quien a su vez le rasguñaba los brazos y la cara para que no la toque se desesperaron.
Lo primero que hizo Mauro fue el acercarse rápidamente y sacar Abril de encima de Catalina, para luego alzarla en brazos y acomodarla en la silla de ruedas.
El llanto en la niña no cesaba, aunque él tenía ganas de llorar también, no podía hacerlo, no le daría el gusto de verse humillado aún más de lo ella lo había hecho.
- Tranquila. – le dice secando sus lágrimas. – respira hondo. – y le muestra como hacerlo.
- Perdón. – le dice ella. – perdón. – repite y se cubre el rostro para llorar. Esto le rompe el corazón a Mauro y solo puede abrazarla.
Catalina sabía el esfuerzo de él para poder ayudarles a juntar la plata para la operación, por eso sentía vergüenza porque sabía que la herida que su hermana le había ocasionado a ese chico era tan grande como la humillación y la vergüenza que ambos sentían.
- Vete. – dijo sin mirarlo si quiera y Andy hizo eso, los dejó solos.
- Abril. – la nombró al mismo tiempo que se levanto para acercarse a ella y la misma la recibió con dos bofetadas, una de cada lado, dejándolo aún más sorprendido.
- ¡basura! – le grito con odio entre cada letra. - ¿cómo pudiste? – buscó explicaciones, pero él no comprendía su actitud.
- ¿de qué hablas? – ella negaba incrédula de la hipocresía de ese hombre que extendió su brazo para enrostrarle el periódico en su rostro. - “El prestigioso abogado Santiago Rivas, llevará adelante la defensa del accidente protagonizado por el diputado nacional Seing, donde un matrimonio falleció y su hija menor de edad quedo paralítica. No obstante, se lo ha visto con la hija mayor del matrimonio ¿sabrá la Srta. Evans que su pareja defenderá al supuesto asesino de sus padres? …” – él lo toma con ambas manos y la mira negando. - ¿no creerás que…? – pero ella no va a darle la oportunidad de explicarle nada.
- No digas más nada. No solo jugaste conmigo y me has jugado sucio con la operación de mi hermana, sino que ahora defiendes al asesino y maldito hombre que nos dejó huérfanas y la dejó así ¿qué más me harás? – ella quería llorar, pero no se permitiría que la viese de ese modo otra vez. Él no dejaría que piense esas cosas de sí, porque, aunque tiene la defensa de Seing, lo real es que desconocía que ellas eran las víctimas.
- Permíteme explicarte las cosas. – quiso hablar, pero ella no quería saber nada de lo que le dijera porque solo había ido para escupirle sus verdades y nos e dejaría envolver por sus escusas.
- ¡no! – grito con odio, pero si hasta ayer tuvo que aguantarse el no poder tener la oportunidad de decirle que había hecho, no dejaría que suceda otra vez. - ¡basura! – y cuando iba a darle la tercera bofetada, la tomo de la muñeca y la acercó a su cuerpo, a cinco centímetros de sus labios. – suéltame. – dice perdida mirando sus ojos y sus labios.
- No es como lo piensas. – no había mejor “péndulo para hipnosis” que los ojos de Santino, porque eran capaces de detener el mundo en un segundo y él lo sabía. Lo había descubierto aquella primera noche que habían pasado juntos. – sé que te dije eso de tu hermana, pero lo cierto es que no es así. Quería alejarte porque no sabía como manejar lo que estaba sintiendo por ti, y el verte con ese gilipollas me hizo dar cuenta lo inmaduro y egoísta que había sido. – él debía aprovechar que ella estaba casi en estado de inconsciencia mirándolo, por lo que no desaprovechó un solo segundo. – sé que te hice sufrir al decirte que no pagaría el tratamiento de tu hermana, pero la realidad es que sí lo hice. –
Fue escuchar aquello que la hizo volver a la realidad ¿cómo había sido capaz de mentirle en la cara? ¿decirle que había pagado el tratamiento cuando ella sabía que ese había sido Gastón? había sido lo más vil que podía haber dicho. Enfurecida lo empuja haciendo que casi se caiga al suelo y ella no perdió la oportunidad de dejarle en claro que ahora él no tenía más nada que hacer en su vida.
- Eres un cínico y mentiroso ¿cómo puedes decirme eso? Gastón, el hombre a quien has maltratado y golpeado es quien ha pagado el tratamiento. –Escucharla decir aquello le hizo comprender la situación. Ella no lo quería a Gastón, era agradecimiento lo que sentía al hacerle creer que le pago el tratamiento a Catalina.
- ¡mentira! – gritó él desesperado. - ¡te ha engañado! ¡yo he pagado el tratamiento! – ella negaba con el ceño fruncido “el cinismo de ese hombre ¿podía ser peor?” se decía a sí mismo. – bonita. – dijo tomándole el rostro y no se dio cuenta que fue la primera vez que le dijo un cumplido que sonó tan hermoso en sus labios que no se cansaría de oírlo nunca. – debes creerme. Gastón te esta haciendo creer eso para que estés con él. – pero ella no quería seguir siendo la estúpida, por eso le puso final al asunto de una buena vez.
- Déjame. – se alejó ampliamente. - ¿y si me está usando a ti qué? ¿no has hecho lo mismo? – él niega, no quiere oírlo. – déjame en paz, demasiado tengo con que piensen que soy una prostituta y que mi hermana sienta vergüenza de mí. No te creo una sola palabra sobre que has pagado el tratamiento, porque Gastón me ha dado las pruebas suficientes para desmentirte. – ya era suficiente, no permitiría que la tome por estúpida y la engañe vilmente.
- ¡reacciona mujer! Él no ha pagado nada, se ha aprovechado de la situación. – la sujeta fuerte de los brazos y la zamarrea. – no sé cómo ha hecho para hacerte creer aquello, pero estas equivocada. – era en vano, porque no creía nada de lo que le decía.
- Suéltame. No te creo ¿cómo voy a creerte si defenderás al asesino de mis padres? – y cuando él oba a explicarle ese error, ella habló por él. - ¿qué dirás? ¿qué no lo sabías? - el asiente dando la razón a lo que dice y ella niega mientras carcajea. - ¿qué clase de abogado eres que no investigas bien el hecho? Basta, has como quieras, después de todo en este país siempre triunfa el que tiene más. – y antes de marcharse se acerca a su rostro lo suficiente para que le queden bien en claro sus últimas palabras. – no quiero volver a verte nunca más en mi vida. -y al darle la espalda, él le dice algo que la hizo enfadar, pero por lo que no quiso reaccionar.
- Te arrepentirás de no creerme. – dice afligido, pero ella niega. – sí lo harás. Cuando descubras que él te ha engañado la tristeza te hará sentir ahogada y quizás sea tarde para ti. – Ella no podía creer como hasta en ese momento podía ser tan egocéntrico y narcisista, pero no le daría el gusto en lo absoluto.
- Muérete SANTINO RIVAS, hazle el favor al mundo y muérete. – y se fue dejándolo solo, destruido y sabiendo perfectamente que iría hacer.
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