Quemame con tu pasión romance Capítulo 30

María había esperado que Amanda se enfadara, pero ella creía que la razón por la que Amanda se puso enojada era para extorsionarle más dinero.

«¡Bah! Amanda, no creas que no sé tus pequeños trucos. Aunque nuestra familia tenemos mucho dinero, ¡no nos dejaremos llevar por tu chantaje insaciable!»

Sin embargo, para la felicidad de su hijo, María no hizo mucho caso a la mala actitud de Amanda y le consoló falsamente:

—Si crees que todo esto es injusto para Carina, está bien que ella quiera quedar a este bebé, y la familia Chicote le pagará gastos de manutención, después de todo, es el hijo de Daniel. Pero para una madre soltera, no será fácil ganarse en el futuro, por eso creo que será mejor que Carina nos deje el bebé después de que este nazca y le daremos una gran suma de dinero para que ella pueda buscar su nueva vida.

«Je. ¡Resulta que ha planeado todo para Carina!»

Amanda no pudo evitar soltar una risa irónica al oír las palabras de esta y preguntó:

—María, ¿todo esto es tu idea o la idea de Daniel?

«¿Esta mujer todavía no se siente satisfecha? ¡Le he dado una oferta bastante buena!»

Ante la pregunta de Amanda, se quedó un poco atónita y se apresuró a decir:

—No importa de quién sea la idea. Daniel es mi hijo y sé mejor que nadie lo que piensa. Ahora Diana ha regresado a Andranta, y es el momento de recuperar el título de la señora de la familia Chicote que le pertenece a ella.

—Daniel es un buen chico y le da vergüenza decirles todo esto a ti y a Carina, como su madre, claro, no puedo soportar verlo sufrir tanto, por eso es mejor que les deje yo todo esto claro de una vez. No te preocupes, le pagaré una suma de dinero a Carina como compensación, pero no seáis demasiado insaciables, si no, obtendréis nada al final.

Amanda no esperaba que María la mirara así su hija y estaba tan enfadada que quisiera decirle inmediatamente que Carina se divorciaría de Daniel sin pedir ni un centavo a su familia.

«Pero después de divorcio, ¿cómo será el futuro de mi hija? ¿Cómo criará a su bebé solamente? ¡Cómo la familia Chicote puede ser tan cruel con mi pobre Carina!»

No obstante, Amanda abandonó su idea irracional y se obligó a sí misma a calmarse un poco. Luego dijo a María esbozando una sonrisa:

—Disculpa, pero esto es el asunto privado entre tu hijo y mi hija, como mayores, creo que no está bien que nos metamos en el matrimonio de los jóvenes. Si Daniel realmente quiere el divorcio, déjale hablar conmigo personalmente. Carina todavía no ha cenado, tengo que irme ya, disculpa.

Dicho esto, Amanda se dio la vuelta y entró en la sala donde estaba su hija.

Sin lograr lo que quería, María se puso tan enojada que dio un pisotón pesado en el suelo. Ella sabía que su hijo era terco y amable y que sería responsable de esa Carina y el bebé. Había pensado que podría obligar a Carina a separarse de Daniel mientras le convenciera a Amanda. Inesperadamente, esta Amanda también era muy difícil de tratar.

«¡Todo esto es la culpa de la abuela de Daniel! Esta vieja ya está completamente confundida por la vejez. Ahora solo quiero esperar la llegada de su futuro bisnieto, ¡sin considerar ni un poco el interés del Grupo Chicote!»

Al ver que María se dirigió a la sala donde estaba Carina, Diana mostró una sonrisa viciosa.

***

Amanda se acercó a la cama mirando el aspecto pálido de su hija, se sintió tan dolorosa que casi no pudo contener las lágrimas en los ojos.

Se sentó al lado de la cama, la tomó ligeramente de la mano a Carina y dijo con una voz baja y suave:

—Mi pobre hija, ¡¿por qué la vida te ha sido tan cruel y te ha hecho sufrir tanto?! En realidad he esperado que puedas estar con Bruno. Al menos, ha pasado tantos años contigo y siempre te ha tratado muy bien. Hija mía, siento mucho haberte dejado soportar y sufrir tanto. Si el tiempo pudiera volver, mamá querría que te casaras con Bruno. ¡Eso sería mejor que casarte con Daniel!

En este momento, como si hubiera escuchado lo que dijo su madre, Carina abrió lentamente los ojos y poco a poco la figura se volvió más clara ante ella.

—¿Mamá? ¿Cuándo has venido? —preguntó Carina con voz somnolienta.

—Acabo de llegar. No te mueves, déjame ayudarte. Te he preparado especialmente la sopa de pollo, ven a beberla —Amanda fingió estar tranquila, movió la cabeza a un lado y secó las lágrimas alrededor de los ojos con la mano áspera. No quería que su hija la viera llorar.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Quemame con tu pasión