Quemame con tu pasión romance Capítulo 43

Por la mañana, los rayos suaves del sol se derramaba perezosamente por el estudio. Daniel estaba sentado en silencio detrás de su escritorio, fumando un cigarrillo.

Parecía estar muy distraído y se percibía algo de tristeza y amargura en sus cejas bien fruncidas.

En este momento, la criada empujó la puerta y le sirvió el café más favorito a Daniel.

—Señorito, ya está su café sin azúcar. Ya lleva una entera noche sin dormir, por favor descansa un poco y no se siente tan triste por lo de la señorita Juderías.

Al oír la voz de la criada, Daniel levantó la vista, y dijo después de dudar un rato:

—Lupe, quiero preguntarte una cosa. Tómame como tu amigo y háblame francamente, por favor.

La criada se quedó muy sorprendida por la actitud amable de su señorito y se apresuró a contestar:

—Señorito, solo soy la criada de la familia Chicote. ¡Cómo puedo merecer ser amiga de usted! Por favor pregúnteme lo que quiera, y le diré todo lo que sé.

Al ver la expresión aturdida de la criada, Daniel perdió el interés de hablar seriamente con ella y preguntó casualmente:

—Lupe, ¿ya tienes hijos?

—Sí, ahora tengo dos hijos y una hija, la niña ya tiene 9 años. Pero señorito, ¿por qué de repente me pregunta por eso?

—Eres realmente una buena madre. Quiero preguntarte: si un niño no puede estar al lado de su padre o su madre después de nacer, ¿se sentirá feliz? —Daniel lanzó la pregunta a la criada y miró a esta seriamente esperando su respuesta.

Daniel dio un pesado suspiro y siguió hablando:

—Además, lo más importante es que no tenemos una firme base emocional para nuestro matrimonio que vendrá pronto. Se dice que el amor se puede cultivar a través de pasar más tiempo juntos, pero si esto no funciona entre ella y yo, ¿qué pasará? ¿Acaso tendremos que atarnos mutuamente por el resto de la vida? ¡Eso será muy insoportable para ambas partes!

Dicho esto, Daniel mostró una mirada extremadamente impotente y angustiada.

Al oír las palabras de su señorito, la criada se dio cuenta de lo grave y molesto que era el problema. De hecho, el matrimonio que no estaba fundado en el amor mutual no permanecería por mucho tiempo.

—Señorito, no piense tanto por el momento, siempre habrá una forma. Tal vez algún día la señorita Juderías y usted se sienten atraídos mutualmente. Ahora lo más urgente es llevarla de vuelta a casa y lo del resto hablaremos después. Ahora la señorita Juderías ya lleva 4 meses embarazada, y solo faltan más o menos 6 meses para el parto —dijo Lupe amablemente.

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