Quemame con tu pasión romance Capítulo 51

Daniel se encerró en su propio cuarto sin salir después de regresar de la casa de Amanda ayer. La criada, Emma, preocupada por él, se acercó silenciosamente a su habitación y llamó a la puerta ligeramente.

—Señorito, ¿está bien? Usted no ha comido nada después de volver ayer. Le he preparado sopa de pollo, por favor coma algo —preguntó Emma

Al no obtener ninguna respuesta del hombre, la criada empujó la puerta, entró y descubrió que su señor estaba sentado en la silla, con el ceño fruncido, mirando desorientado afuera de la ventana, como si no notara que ella hubiera irrumpido en el cuarto.

La criada puso suavemente la sopa de pollo sobre la mesa y preguntó con un tono prudente:

—Señorito, ¿cómo está su conversación con la señorita Juderías? ¿Por qué no ha vuelto con usted?

Daniel giró lentamente la cabeza, miró con algo de tristeza en los ojos a la criada. Pero justo cuando quería abrir la boca para contestarle, una voz grosera le interrumpió:

—¡Es porque esa zorra no tiene ganas de volver con él! Daniel, ya que ella no quiere volver contigo, ¿por qué tienes que humillarte de esta manera? ¿No es mejor que estés conmigo? Esa zorra, Carina, realmente es indigna de unirse a tu familia.

La persona que habló no era otra que Diana Gallo.

Dicho esto, Diana se acercó a Daniel coquetamente y el perfume que llevaba encima es tan fuerte que Daniel no pudo evitar fruncir un poco la nariz.

Este último le ojeó de arriba abajo y dijo con frialdad:

—¿Por qué estás aquí? ¿Lo que hago tiene algo que ver contigo?

Al escuchar las palabras del hombre, Diana sintió una punzada aguda en el corazón. No esperaba que la actitud de Daniel a ella fuera tan indiferente.

Pero aun así, fingió estar tranquila y dijo:

—¡Vaya! ¿Daniel, por qué hablas conmigo con esta actitud? Ya estoy de acuerdo con tu matrimonio con Carina. Ahora es que Carina no quiere volver a la familia Chicote contigo, ¿qué tiene que ver conmigo y por qué me culpes así? Tienes que saber que soy la persona que te ama más en este mundo.

—¿La persona que me ama más? ¿Crees en las palabras que dices tú misma? —Daniel preguntó con frialdad y le echó una mirada despreciable.

—Si realmente me amaras, ¡¿cómo habría podido suceder tal accidente a Carina?! Carina casi perdió su bebé por tu culpa. ¡No me digas que no tienes nada que ver con ese accidente! —Daniel siguió diciendo con un tono sumamente frío.

Diana no pudo más con la actitud de Daniel y gritó desahogándose:

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