QUIÉREME COMO YO TE QUIERO romance Capítulo 12

En el espacio limitado del coche, ambos estaban pegados y podían sentir la ardiente respiración uno del otro.

—Lucas, no digas tonterías. Si no fuera por tu abuelo, yo nunca me casaría contigo...

Olivia intentó apartarlo, empujándolo por su firme pecho. Pero ella sentía que su corazón ardía de manera imparable.

—No uses al abuelo como escusa, ya conozco a demasiadas mujeres como tú. Además, no fue tu primera experiencia sexual cuando te acostaste conmigo. ¡Falsa!

Cada vez que discutían, Lucas le atacaba a Olivia con ese punto que le dolía tanto, al punto que no podía ni respirar.

—Tú... no sabes nada, no sabes nada de nada... —gritó Olivia de agravio.

Si no fuera por aquella noche de hace dos años y si no se lo hubiera prometido a Aurora, ¡ya le habría revelado la verdad de aquel día a Lucas!

Lucas frunció el ceño mientras la miraba profundamente. La abrazaba con un brazo y lentamente levantaba el otro, parecía como si la iba a pegar, pero ella no tenía manera de zafarse.

—Sí, realmente no sé nada. No sé cuántos hombres habran besado tus sucios labios.

Al siguiente instante, Lucas repentinamente se acercó y la besó..

Olivia agrandó los ojos y su cerebro se quedó totalmente en blanco.

Sin embargo, Lucas recordaba haber visto con sus propios ojos como Olivia había empujado a Aurora de las escaleras y ésta se acurrucaba en el suelo cubierta de sangre. Y así, Lucas perdió a su primogénito...

Tiempo después, Aurora fue llevada a la prisión para salvar a Olivia, que había matado accidentalmente a aquel violador. Aunque era en defensa propia, igual tenía que estar seis años en la prisión... ¡Todo era culpa de Olivia!

Olivia respiró hondo y se bajó del coche, tenía el cabello desordenado, el pintalabios extendido y los ojos llorosos. Sentía tanto dolor en su corazón, como si alguien lo partiera en trozos y lo pusiera a batir en una licuadora.

En el interior del coche, Lucas estaba fumando un cigarrillo y vio por el retrovisor que la mujer iba tropezando con los tacones hasta alejarse de su vista...

«Seguro que solo está fingiendo, puesto que ella es una mujer tan despiadada».