—¿No vas a responderme? —dijo algo nervioso. April seguía mirándolo, muy sorprendida y entusiasmada.
—Es que creo que estoy en un sueño y si es así, no quiero nunca despertar. —los ojos de Luca brillaron más.
—¿Eso es un sí? — quería que de una vez por todas le diera la respuesta que tanto quería oír.
—Sí, sí y siii — dijo tirándose a sus brazos para abrazarlo, al estar en la cama, quedó encima de él y con sus manos recorrió el cuerpo desnudo de April hasta llegar a sus nalgas, las estrujó, para luego bajar un poco más sus manos y llegar al centro del placer de April, que de inmediato jadeo, Luca le acaricio por encima sus pliegues con sumo cuidado de arriba a abajo, haciendo que sus dedos empezarán a llenarse de los fluidos de su mujer.
April empezó a restregarse en los dedos de Luca y este sin previo aviso metió dos de los dedos dentro de ella y empezó a moverlos con un ritmo rápido.
—¡Oh por Dios!, Sí así… —April sentía un placer inimaginable y dejándose llevar explotó en un gran orgasmo, Luca sacó sus dedos y los llevó a su boca.
—Deliciosa señorita Gates — April todavía estaba en trance, por lo que Luca alzó las caderas de April y de un impulso entró en ella. —Te toca cabalgarme cariño.
April lo miró y le sonrió pícara, empezó a moverse, quería darle placer, quería que él viera las estrellas como las veía ella.
***
El sonido de un celular empezó a irritarlos y a sacarlos del profundo sueño en el que ambos se encontraban, April estiró su mano para agarrar su celular de la mesita, sin necesidad de levantarse y abrir los ojos, a su lado Luca se removía
—¿Diga? — dijo más dormida que despierta
—April Gates, ¿Dónde demonios estás? —la voz de Marta se escuchaba realmente enojada
—¿Mamá? —April todavía no salía de su sueño, cuando miro un reloj encima de la mesita y marcaba las 10 pm, de un salto se hizo levantada —¡Mamá! —dijo al fin despierta del todo.
—Sí, sí, soy tu madre, ¿estabas dormida?, contestame —Marta seguía gritando y eso a Luca le molestó, porque aún sin April tener el celular en altavoz él podía escuchar.
—Marta, así no hará que hable, dame ese teléfono a mí — la voz de Gabriella se oyó al fondo.
—April, cariño ¿estás bien? — April pensó que eso debió preguntarle primero su madre y no pegarle cuatro gritos.
—Hola, Gabriella, si estoy bien. —Gabriella suspiro.
—Nos has dado un susto de muerte cariño, ¿en dónde estás?
—Lo siento, olvidé avisar, te juro que no fue mi intención hacerles pasar un susto, —y mirando a Luca contestó — estoy en casa de Luca.
Por un momento Gabriella no habló, pensó que escuchó mal.
—¿Gabriella? ¿Sigues ahí? — Gabriella sacudió su cabeza.
—¿Qué has dicho?
—Estoy en casa de tu hijo Luca. —Gabriella sonrió de oreja a oreja.
—¿En serio? —Gabriella pareció recordar algo— ¿Estabas dormida en casa de él? —April se puso nerviosa y Luca lo notó, desnudo al igual que April se levantó y llegó hasta ella, April lo miró de pies a cabeza sin ningún disimulo, cosa que hizo sonreír a Luca, le arrebató el celular a April y le habló a su madre.
—Me encanta la idea.
Ambos se dejaron llevar de nuevo por la pasión que sentían. Demostrándose cuán importantes eran el uno para el otro.
****
—Descuida Marta, Luca la cuidará.
—Gabriella, eres mi amiga y te quiero como una hermana, pero no me agrada que mi hija esté en la casa de tu hijo — Gabriella frunció el ceño ante el comentario de su amiga.
—¿Por qué?, ¿sólo por su rostro?.
— No, no es por su rostro, tu hijo la hará sufrir lo sabes y no quiero eso para mi hija.
—Puede que no, dale el beneficio de la duda.
—Hablaremos mañana, de igual forma, no puedo decidir por mi hija, al menos se que está sana y salva, debemos ir a descansar, buenas noches. — dijo Marta volviéndose para irse a su habitación.
—Buenas noches — dijo Gabriella algo preocupada, porque sabía que en parte Marta tenía razón y no quería que April sufriera, pero hablaría primero con Luca y esperaba que todo fuera bien para ambos.
Subió a su cuarto, debía descansar.
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