Cuando los primeros rayos del sol empezaron a entrar por la ventana, April empieza a removerse, al hacerlo un pequeño dolor se instaló en sus partes íntimas, eso le hizo recordar la maravillosa noche que había tenido, aún con los ojos cerrados sonrió, al abrirlos Luca la miraba con una sonrisa.
—Eres tan hermosa, tu sonrisa es una luz en mi vida. —April se sonrojo pero no dejó de sonreír.
—Pues como te dije ayer, mientras estés conmigo, tendré mil y un motivos para sonreír.
Luca no pudo evitar sentir su corazón a mil por hora, sin pensarlo se lanzó a besarla, la devoraba con una gran pasión, una que ambos podía ni quería evitar.
Ambos se dejaron llevar por esa pasión, que sentían, luego decidieron darse un baño juntos, uno dónde rieron y volvieron hacer el amor, Luca sentía que iba a explotar de Amor por April nunca había sentido algo así, y claro está, nunca había experimentado cosas así, nadie había compartido esas pequeñas cosas con él y eso lo hacía sentir vivo.
De camino a la casa de sus padres estaba nervioso ¿cómo tomarían la noticia? Por momentos él dudaba de que estar juntos era lo correcto, pero quería intentarlo April, merecía la pena.
Por su lado April estaba pletórica de felicidad, él estaba con ella, y correspondía a ese sentimiento tan bello que crecía en ambos, cuando llegaron a la casa, April de inmediato subió a cambiarse, al entrar a su habitación su madre, ya la esperaba.
—Hola, ¿qué haces aquí? — preguntó sorprendida al ver ahí a su madre.
—Te vi llegar y me vine hablar contigo.
—¿Qué pasa? — April vio lo seria que estaba su madre.
—No te quiero cerca de él. — April por un momento la miró, sin entender, pero cuando lo hizo su actitud fue ponerse a la defensiva.
—¿Puedes ser más específica? Porque la verdad no creo que sea lo que estoy pensando.
—Es lo que estás pensando April.
—Pues la verdad yo no te entiendo, además lo siento pero tienes que recordar que él es mi jefe, no puedes decir que no me quieres cerca así sin más.
—La que tiene que recordarlo eres tú, April, hija, él no es para ti. — April no pudo evitar que la rabia inundara su ser, a pesar de que su madre trató de hablarle dulcemente.
—¿Tú también te vas a poner en esos planes tan estúpidos? Pensé que eras diferente, él es el hijo de tu mejor amiga, y lo desprecias sólo por el hecho de que en su rostro tiene marcas.
Marta la miró sorprendida, su hija estaba yendo muy rápido y tenía miedo de que sufriera.
—Mamá, si sufro o no es mi decisión, la vida se trata de esto, de vivir cada momento, cada experiencia así esas experiencias a veces sean malas, quiero estar con él y vivir esto que siento hoy el mañana no me importa.
—Está bien hija, no me pienso interponer más, tienes razón tienes que vivir tus propias experiencias, y para que Luca te haya pedido que sean novios es porque algo muy fuerte debe de sentir él también, ya que él nunca ha dejado que nadie se le acerque. — en eso la puerta se abrió y entró él, mirando a ambas y por su expresión o había escuchado todo o al menos parte de la conversación.
—Nunca había dejado que nadie se me acercara a mí, simple y sencillamente porque nadie lo hacía porque realmente le importaba, sino por puro interés. April es diferente, ella es sencilla, pura, cariñosa, única, tiene una paciencia increíble, tu hija es un ángel, y yo pienso cuidarla. —April se lanzó a los brazos de Luca y lo abrazó, este le correspondió y besó su cabeza. —Lo siento, mi intención no era escuchar su conversación y quería saber si juntos dábamos la noticia.
—Claro, vamos y descuida, no me molesta. —Luca miró y sonrió a April con amor, con ese sentimiento que solo ella había despertado en él, y eso Marta lo notó.
Antes de salir se giró hacia su ahora suegra y de manera segura y confiada como nunca antes le habló.
—Prometo que la haré feliz el tiempo que ella me deje hacerlo, voy a cuidarla y mimarla como se merece.
—Está bien Luca, voy a confiar en ti, en ustedes, de verdad deseo que sean aquello que ambos necesitan. — sin decir nada más salió de ahí, con alguna rara sensación en el pecho.
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