Receta para robarle el corazón al Dr. Farel romance Capítulo 706

Berto se quedó pasmado por un segundo.

Luego, con sorpresa, le preguntó: —¿En serio?—

Blanca respondió con firmeza: —¿Parezco estar bromeando?—

Del otro lado, Berto parecía emocionado y también feliz, hasta su tono de voz involuntariamente se elevó.

—Es solo que... me parece increíble.—

Blanca siempre había sido fría con él, tanto en iniciativa como en temperamento, nunca se había mostrado cálida.

Esta era la primera vez que decía que quería verlo, que seriamente pensaba en ir hacia él.

La garganta de Berto se movió, preguntó con cuidado: —¿Vendrías a buscarme, no importa lo lejos que esté?—

—Sí,— dijo Blanca, —No importa la distancia.—

El corazón de Berto se aceleró por un instante, incluso su mano que sostenía el teléfono se tensó.

Su voz, ronca, cargaba una baja risa, junto con una especie de soledad indescriptible.

—Blanca, ¿me extrañaste?—

Con toda franqueza, Blanca dijo: —Sí, te extrañé. ¿Puedo ir a buscarte?—

Berto guardó silencio.

Pasó un buen rato sin hablar.

Hasta que Blanca pensó que él ya no estaba escuchando, su voz finalmente llegó lentamente.

—Lo siento, ahora no es un buen momento para verte, quizás... no pueda dejarte buscarme.—

—¿Entonces cuándo sería un buen momento?— preguntó Blanca.

Berto no pudo responder.

Ni siquiera él sabía la respuesta.

No quería que Blanca lo viera en su estado actual, débil y al borde del colapso, incluso ciego.

¿Tener a un prometido tan lamentable no la haría morir de frustración?

Berto respiró hondo y dijo: —Estoy en el hospital ahora, hay muchos virus aquí, no es bueno ni para ti ni para el bebé. Mejor quédate en casa, ¿está bien?—

Blanca apretó los labios, y al siguiente segundo preguntó: —¿Qué haces en el hospital?—

—Trabajando horas extra, esforzándome.—

La voz de Berto era ligera y subía de tono, también con su habitual resignación.

—Cuando termine con todo esto, trataré de esforzarme para volver a casa contigo, ¿está bien?—

Blanca apretó su mano, su corazón se hundía cada vez más, sintiéndolo todo más sospechoso.

Últimamente, él había sido demasiado serio.

Y ya no coqueteaba.

Tan formal que le resultaba extraño.

Cuanto más trataba de ocultar, más quería ella descubrir algo a través de estos pequeños detalles.

Con calma, Blanca dijo: —Está bien, te esperaré.—

Luego preguntó: —¿Y tu carro? El mío ha estado fallando últimamente, no anda bien, quiero usar el tuyo.—

Berto respondió: —Está en el estacionamiento de la empresa, le diré a Silvo que te lo lleve.—

Capítulo 706 1

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