ROMANCE ALOCADO romance Capítulo 28

Jonatán no estaba tan emocionado, tenía una expresión tranquila en su rostro:

—Ya es tarde para decir esas cosas.

Estela casi se echó a llorar por la desobediencia de su hijo, había vivido muy tranquila en la mayor parte de su vida, no esperaba encontrar un obstáculo tan grande como este.

—Aún no es el fin, definitivamente no permitiré que se salga con la suya, haré que se divorcian...

Sacudió los ojos y preguntó:

—Viejo, ¿se puede divorciar nuestro hijo?

Jonatán la miró y preguntó solemnemente:

—¿Has oído hablar de que alguien de nuestro círculo se había divorciado?

Estela negó con la cabeza, nunca había escuchado de eso, lo que más se oían era tener amante afuera, o se vivían de forma separada.

Justo en este momento, se escuchó el sonido de un automóvil afuera, los padres supieron que Emanuel había llegado. Estela inmediatamente se sentó en una silla con cara de mal humor.

Era la primera vez que Catalina entró a la casa de su marido, era una mansión muy lujosa y tenía una excelente ubicación en un lugar tranquilo, ella sabía que las condiciones de Emanuel eran buenas, pero nunca imaginó que pertenecía a familia así.

—Cuando entres, solo saluda a mis padres y no digas nada más —recordó Emanuel a Catalina antes de entrar—, yo me encargo el resto.

Catalina se molestaba un poco al escuchar esto, pero al ver la cara seria de Emanuel, estuvo de acuerdo:

—Ok.

Era una casa con decoración solemne, pero los lugares pequeños, como los antepechos de las ventanas y las esquinas, estaban decorados con algunos adornos suaves que neutralizaban el carácter tieso de la casa, además, también resaltaban el ingenio de la dueña. Cabe mencionar que la casa estaba casi impecable, la espaciosa sala estaba bien iluminada, las ventanas estaban luminosas y limpias, los muebles y utensilios estaban colocados de manera ordenada.

En ese momento, la presión que sentía Catalina era cada vez más pesada, cómo le gustaría que Emanuel nacía en una familia normal, así estaría más cómoda.

—Papá, mamá, ya llegamos, —Emanuel tomó la mano de Catalina diciendo—, les presento, ella es Catalina, mi esposa.

Catalina sonrió y se inclinó cortésmente:

—Papá, mamá, ¿cómo están?

Estela no respondió, solo levantó la cabeza y entrecerró los ojos. Finalmente, vio claramente a su nuera de cerca, tenía una cara bonita, pero su cuerpo era demasiado delgado en comparación con las demás chicas de familias nobles.

Después preguntó a Emanuel:

—Manu, ¿Aún no piensas a cambiar tu decisión?

Catalina se quedó atónita, aunque ya estaba preparada de este momento, no se imaginaba que la realidad era mucho más cruel, con estas palabras, Catalina había perdido todas las esperanzas que tenía.

Emanuel parecía tranquilo, se saltó el tema de su madre y dijo directamente:

—Mamá, contrataremos una empresa profesional para preparar la ceremonia de nuestra boda, lo único que deben hacer es entrégame un listado de los invitados.

Nos mudaremos después de la boda y pronto tendrán su primer nieto.

Cuando Estela estaba a punto de regañar, Jonatán resopló con frialdad:

Catalina estaba realmente confundida.

Después de salir de la familia Gutiérrez, la expresión de Emanuel se volvió cada vez más seria, conducía el auto y miraba hacia adelante, sus ojos se veían profundos.

Tal como Emanuel dijo, Catalina realmente solo había saludado a sus padres y no tuvo ninguna oportunidad de abrir la boca, por otro lado, ella comprendía muy bien que era normal que los padres de Emanuel no querían que su hijo se casara con una chica que venía de una familia ordinaria, por tanto, no hizo ninguna reclamación al respecto.

El repentino timbre del celular rompió el silencio que había en el auto, Catalina sacó el celular y vio una serie de números muy familiarizados que jamás podría olvidar.

Era el número de Isaac.

—¿Por qué no contestes? ¿Quién te está llamando? —el teléfono seguía sonando y Emanuel empezó a preguntar.

—Nadie, es un número desconocido.

Después de dudar un rato, finalmente cogió el teléfono para que Emanuel no lo malinterpretara.

—Aló, ¿con quién hablo?

—Caty, soy yo.

La voz de Isaac sonaba extraordinariamente deprimida, y parecía que estaba borracho, Catalina puso el teléfono al oído de lado lejano de Emanuel, y lo sostuvo con fuerza:

—Bien, ¿qué quieres de mí? —preguntó con mucha calma.

—Caty, ya no puedo aguantar más, María es una persona floja e histérica. Después de que nos casamos, empezó a aflorar su verdadera personalidad, solo pensaba en sí misma y nunca se preocupaba en otro más.

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