ROMANCE ALOCADO romance Capítulo 34

—Esta chica es tan buena para complacer a la gente —Florencia comentó mientras comía los pasteles—. Paula parece ser bastante astuta y se convirtió en la novia de Mateo en pocos días. Catalina, cuando vayas al ejército de Emanuel, también puedes llevar algo de comida a los soldados y seguro que ellos también serán amables contigo.

—Madre mía. Esto parece estúpido y no me interesa —pensando en la llamada de Paula, volvió a dudar—. Florencia, ¿cómo era su anterior círculo social de Sr. Hurtado?

—Mateo tenía novia antes, pero era un notorio mujeriego. No fue hasta hace tres años, cuando su novia rompió con él y se casó con un francés, que entró en razón. Pero era demasiado tarde, ya que su ex novia emigró a Francia con su marido poco después de la boda y ahora tiene un hijo muy mayor. Desde entonces, Mateo se convirtió en una persona diferente, hasta que apareció Paula —Florencia dijo con emoción—. Incluso tú y Emanuel pudieron casarse en un instante, ¿por qué él y Paula no pudieron enamorarse a primera vista? Tal vez haya encontrado realmente a su verdadero amor, pase lo que pase, todos esperamos que pueda vivir una vida feliz, ¿sí?

Catalina asintió,

—Sí.

Después de escuchar las palabras de Florencia, su corazón se volvió aún más conflictivo.

Tal vez la llamada telefónica fue solo un malentendido y si se apresurara a decírselo a Mateo, habría hecho un lío. Además, Mateo apenas había superado su relación amorosa, no podía interferir.

En la oficina del director general, cuando Mateo vio a Paula, no había sorpresa en su rostro, en su lugar había ira:

—¿Por qué estás aquí de repente?

Paula parpadeó y dijo inocentemente:

—Te he echado de menos. Les he traído a tus colegas un aperitivo, y este es especialmente para ti.

Mateo dejó el bolígrafo en su mano y dijo en serio:

—No me molestes cuando estoy trabajando. Esto es una oficina, no un bar de copas.

—¿Qué has dicho?

Paula se secó las lágrimas y miró directamente a Mateo, sonriendo:

—Cuando me hiciste el amor ayer... dijiste su nombre.

Mateo se sintió muy avergonzado...

—No te preocupes, no diré nada. Eres mi novio, tengo plena seguridad de que te enamorarás de mí.

Mateo no tenía nada que decir, no esperando que su secreto que había ocultado tan profundamente fuera descubierto por una chica.