Romance Prohibido romance Capítulo 17

Luego de que tomó un fuerte suspiró inhaló todo el aire dentro de su cuerpo y lo expulsó.

El aire caliente en su cuello, sumado al cuerpo de Elizabeth, que encajaba perfectamente en el suyo, ya era demasiado de soportar. Y si Hunter decía que hasta sus neuronas estaban excitadas, era quedarse corto en comparación de cómo se sentía en este momento.

Dereck no podía respirar de una manera regular, le dolía el pecho por la tensión de quedarse tan quieto para que nada de su cuerpo pudiese hacer fricción con Ellie, él necesitaba ser la mente fría del asunto, porque de hecho Elizabeth no estaba en una posición para pensar en que la química que había alrededor de ellos, era real.

Ella debía tener en sus pensamientos muchos problemas por la que la hicieron llegar a este punto, y él no podía ser tan bruto de decirle que necesitaba despegarse de su cuerpo, porque iba a reventarse de deseo.

El solo pensamiento le hizo negar mientras una sonrisa apareció en sus labios ante la ironía de esta situación.

¿Cuánto tiempo había pasado sin que se sintiera tan interesado por alguien? Mucho, se dijo a sí mismo. Incluso en los últimos meses había perdido el interés de reunirse con sus antiguas amigas porque le fastidiaba el simple hecho de tener que fingir estar interesado en sus asuntos personales.

Esto no lo convertía en un buen hombre, y él lo sabía, tampoco su ego se inflaba cuando escuchaba comentar que ninguna mujer lo entusiasmaba tanto como para atraparlo en siquiera un noviazgo. Dereck no sentía ningún placer con que él fuera un adonis y las mujeres lo persiguieran, ni tampoco su eslogan era, entre más mujeres tuviera mejor se sintiera.

No era ese tipo de hombre, su orgullo no crecía por tener dinero, o porque se acostaba con una mujer cada semana, esto más bien lo hacía sentir solo y vacío, le hacía ver lo carente que estaba de todo, y del real sentido que alguna vez soñó para su vida.

No sabía cuánto tiempo había pasado sin que se sintiera tan atraído por alguien, porque de alguna manera no era solo el deseo que lo arrastraba hacia esta mujer, y por la cual en solo unos días había cometido tantas estupideces. Hunter creía que había algo en ella que despertó al hombre del pasado, incluso ella estaba tocando fibras que desconocía.

Esa era la explicación para lo que le ocurría, Elizabeth estaba avivando el interés que el apretujó en un pasado y escondió en lo más profundo de su ser.

Solo había una pequeña y significativa situación. ¡Ella era una mujer casada!

Sintió como el rostro de Ellie poco a poco fue despegándose de su cuello, y al sentir la ausencia de su calor allí, su cuerpo rugió dando una respuesta negativa ante el vacío.

Rápidamente bajó la mirada, mientras Ellie alzó los ojos húmedos. En silencio pasó sus pulgares, limpió el rastro de lágrimas y tomó las mejillas de la chica, como si ella le perteneciera durante toda su vida.

—Vamos al auto, y hablaremos…

Elizabeth parecía perdida en el tiempo, toda su cabeza le decía miles de No; no vayas, no está bien, no lo hagas, no, No, NO.

—Yo… Dereck —ella susurró suave haciendo que Hunter no lo soportara más.

—Elizabeth… —dijo colocando casi imperceptiblemente sus dedos en la boca de la chica—. Confía en mí. Vamos a hablar, tú sabes que lo necesitas.

Su mente persiguió: no, No ¡NO! ¡NO VAYAS, ELLIE!

—De acuerdo —respondió por fin, y en el momento sus cuerpos se separaron al instante.

Ellie parpadeó varias veces y giró hacia todas partes para comprobar que al final habían estado solos en este tiempo.

—Vamos —dijo Dereck esperando que ella saliera y en su estado de inestabilidad, comenzó a caminar rumbo a la salida.

El auto de Hunter fue estacionado en un lugar donde la gente caminaba y hacia deporte, cerca del lago principal, Lake of the Isles.

Ambos se quitaron el cinturón, Dereck apagó el motor y luego se giró un poco hacia la mujer.

—Es un auto blindado —dijo con una sonrisa en la boca—. Así que, si no entra una bala, menos una mirada.

Ellie negó varias veces, y puso su rostro de vergüenza para él

—Siento mucho todo esto… ¡Míranos!, en vez de estar en ese bodegón trabajando, estás desperdiciando tu tiempo aquí con mis problemas.

—¿Estás mejor entonces? —él trató de cambiarle el tema.

—Estoy mucho mejor ahora —respondió Ellie recostando la cabeza en el asiento y soltando el aire—. Creo que encontrarme con Kiara, más todo lo que hay en mi vida ahora, produjo un estallido… literalmente ese movimiento hizo que viera las cosas hoy de otro modo.

—Bueno, entonces no es un mal día —dijo Dereck tratando de llegar al punto que quería. Por alguna razón necesitaba saber más verdad sobre Elizabeth. Deseaba que ella se abriera un poco para él.

—Realmente me siento avergonzada, pero te agradezco por este tiempo…

—Elizabeth —Hunter apretó el volante y luego se acomodó en el asiento—. Quiero dejarte claro algo aquí. No estoy perdiendo mi tiempo, verás, si lo vemos en el ámbito de los negocios, estoy dedicándote un momento para que trates de relajarte, porque ¿crees que con todo eso que tienes en la cabeza, tus ideas funcionaran al 100%?

La chica giró con la cabeza pegada al asiento y una sonrisa salió de ella.

—Estás tratando de hacerme sentir mejor…

—Es eso lo que quiero… sé que no me conoces en lo más mínimo, pero podemos llevar una buena relación de trabajo ¿no es así? Si no quieres contarme ahora, lo puedo entender… pero sé que quieres hablar sobre alguna situación que está quebrándote por dentro, y no debes permitirlo.

Por un momento Ellie solo vio su boca mover, era extraño sentirse en paz en este auto y con un hombre que como bien él decía, no lo conocía. Pero ¿Qué era el tiempo?, tenía 4 años con una persona que jamás en su vida le había dado media hora para hablar sobre sus asuntos personales, al menos, más de 7 años con alguna de su círculo de amigas y jamás le habían preguntado si ella era feliz. Y lo peor aún, tenía todo lo que recordaba de conciencia con su padre, y jamás se había atrevido a decirle que ella necesitaba ayuda.

¿Era triste?, lo era, el solo pensar en eso, la hacía hundieres dentro de su propio cuerpo, porque a pesar de que siempre estaba rodeada de gente, ella estaba sola.

No era el momento de pensar, ni de ser razonable, Dereck tenía razón, si pasaba un día más, una hora más, un segundo más, ella se moriría. Ya no podía con esto.

—Bien Elizabeth… —Escuchó como Dereck se colocó derecho y metió la llave para encender el auto.

Es hora Ellie, es hora.

Su mano se alargó hasta el brazo de Dereck y luego lo apretó un poco para que él desistiera en encender el auto.

—No sé en qué momento me perdí —estas fueron sus primeras palabras, y la situación fue mucho más loca cuando la mano de Hunter apretó la suya.

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