—Elizabeth… no quiero que lo tomes a mal, pero más que un compañero de trabajo, me gustaría que me vieras como un amigo también, quiero que te sientas cómoda, ¿de acuerdo?, sé que debes de tener tus propios amigos, pero…
—No los tengo… —los ojos de Dereck giraron bruscamente a sus labios. La respuesta rápida de cierta forma lo dejó frío, y aunque estaba recordando las palabras de Carter una y otra vez en su cabeza, no pudo detener lo que estaba quemándolo por dentro.
—Entonces… ya tienes uno —confesó hacia la chica con una sonrisa que tratara de aliviar toda la tensión que vio en sus hombros. Apretó su mano a continuación y detalló como ella se esforzó para que el momento pareciera una normalidad.
Pero, podía sentir la vibración de sus dedos, el hielo que estaba derritiéndose en su mano, incluso podía palpar la densidad que salía de sus propios cuerpos mientras sus miradas seguían conectadas.
De un momento vio como ella titubeó y luego apretó los labios, Elizabeth retiró su mano y se levantó como si ya no soportara su tacto. Un vacío golpeó el estómago de Hunter, y no le quedó de otra que levantarse también para soltar el aliento que los arropó por un determinado momento.
—Iré… dentro… —anunció Ellie muy nerviosa, pero antes de que continuara, Dereck tomó su brazo deteniéndola.
—¿Te das cuenta de que estoy siendo el primero para ti en muchas cosas? —Ellie solo podía reparar en como todo ese hombre se cernía sobre ella como si quisiera aplastarla. Sus palabras eran devastadoras, todo el tiempo.
Parpadeó varias veces tratando de entender a qué se estaba refiriendo, pero cuando vio que la sonrisa de Dereck se ensanchaba, recordó cómo ese gesto fue la explosión de aquel día en que ella le pidió un café.
Cuando conectó los puntos pudo soltar el aire que retuvo en su garganta, y también le envió una sonrisa para no parecer una completa idiota, que tomaba todo el sentido literal de sus palabras.
—Me doy cuenta.
Esas fueron sus palabras finales, luego se dio la vuelta para desaparecer de la terraza.
Dereck observó como la puerta se cerró y se giró para caminar hasta la baranda final de la terraza, y la apretó tan duró como pudo. Ya no podía soportar su cuerpo. ¿Cómo saldría ileso de todo esto, si él se jodía en sí mismo?
—¿Qué fue eso de que quiero ser su amigo? —se preguntó en voz alta mientras alzaba sus hombros totalmente desconcertados.
La mañana fue ocupada, mientras Elizabeth y Dereck finiquitaban los últimos detalles del borrador, para que la chica se pusiera manos a la obra y trabajara en su computadora. Ni una vez Ellie tuvo que ir a su asiento porque estuvo al lado de Dereck tachando hojas, colocando palabras claves y aportando en su mayoría para que el plan quedara de acuerdo a sus intereses.
En el transcurso del trabajo ellos fueron atendidos con café, y algunas cosas que hicieron que Ellie se sintiera como una estrella en ese edificio.
Dereck hizo algunas bromas para aliviar la tensión que en algunos momentos se instalaba, como también hicieron pausas contando alguna anécdota estresante de algún trabajo en el pasado.
Justo cuando Ellie estaba haciendo las últimas anotaciones y Dereck tecleaba en su computadora, los toques en el vidrio hicieron que ellos alzaran la mirada en la dirección.
Elizabeth vio como Carter se asomaba con una sonrisa, junto con un brazo alrededor de la cintura de una mujer rubia, que, a la percepción de Ellie, era muy hermosa.
Sus ojos se desviaron luego hacia Dereck, que por alguna extraña razón se sonrojó al ver a la pareja de pie, y eso hizo que Elizabeth se sintiera un poco incómoda.
Definitivamente el ambiente relajado, había concluido.
—Der… tanto tiempo —Anunció la mujer rubia, despegándose de los brazos de Carter y caminando de forma tan sensual, que con cada paso que daba, Ellie se aplastaba en piso mientras que Hunter se levantó acomodando su chaqueta.
—Stephanie —dijo Dereck con una sonrisa en la boca, entonces Ellie se colocó de pie para darle espacio a que él pudiera saludar sin un estorbo a su lado.
Pero cuando trató de alejarse, su brazo fue sujetado, dejando la mano del hombre allí plantada para que no se moviera de su puesto. La chica rubia pronuncio su ceño ante la situación y no le quedó de otra que extender su brazo para saludar a Dereck.
—Pensé que estabas en Washington, me sorprendió cuando Carter me dijo que estabas aquí, aunque me alegró también.
Ellie extendió su mano rápidamente para no avergonzar más a la mujer y le envió una sonrisa conciliadora que impactó mucho a Dereck.
—Me alegrará trabajar contigo —agregó mientras Stephanie asintió un poco avergonzada.
—Bien, iré a dar un recorrido por la empresa y a saludar a algunos compañeros, ¿te veré más tarde? —preguntó la rubia en dirección de Hunter.
—Posiblemente.
La chica asintió para darse la vuelta, pidiéndole a Carter que la acompañara, pero él le dio una señal para que le diera un minuto caminando rumbo hacia la mesa donde Dereck aún se encontraba de pie.
—¿Almorzaremos en un rato? —le propuso a su amigo, pero la negación de Dereck lo volvió a conmocionar.
—Comeré con Elizabeth, y luego de eso… estaré con ella fuera de la empresa, toda la tarde.
Tanto Ellie como Carter lo observaron con los ojos abiertos, pero Dereck solo se giró hacia ella para dar una explicación.
—Antes de maquetar, y llevar todo a la realidad, quiero ver varias líneas que se venden en varios lugares, tomaremos varias ideas, y pensaremos con mayor claridad.
La chica asintió lentamente mientras una montaña de preguntas, reprensiones y muchos señalamientos se formaron en su cabeza, pero una de ellas era la más resaltante.
¿Qué iba a pensar la gente cuando la viera por la ciudad con otro hombre que no fuese Michael?
Solo… respira Elizabeth, se dijo así misma mientras aun la mano de ese hombre permanecía en su espalda, quemándola…
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