Dereck dejó el vaso en la mesa y fue directo para abrir. Su amigo estaba de pie con los brazos cruzados y sin decir una palabra, caminó metiéndose en su suite y fue a servirse un trago.
—¿Quieres algo de comer? —preguntó Hunter cuando vio que se llenó el vaso de licor.
Pero su amigo negó y luego se fue a recostar tomando un largo sorbo.
—Después de una mentada de madre, pude hablar civilizadamente con Connor…
Dereck sonrió y luego se sentó frente a su amigo.
—Sabes que la mereces…
—Kamil nunca dijo que estaba saliendo con Connor, ella fue la que jodió todo.
—Sabes que Connor no puede decir que sale con nadie, puede poner en peligro todo lo que esté junto a él.
Carter subió sus hombros.
—Pues no soy adivino. Además, le hice un favor, allí ella demostró que le encanta treparse en cualquier árbol.
Dereck se puso serio, y envió una mirada hacia Carter, mientras compartieron su secreto en silencio.
—Con esto no quiero… —intentó explicar Carter, pero Hunter lo frenó.
—¿Qué dijo Connor, además de mandarte a la mierda?
—Que esperes su llamada mañana por la noche, que estará en un lugar sin cobertura, y que se alegra de hablar contigo.
—Bien…
Hunter pasó los dedos en su boca y se perdió en sus pensamientos de nuevo, entonces Carter terminó su bebida y colocó los codos en sus rodillas.
—Ahora, necesito saber qué harás…
—Cuando investigué un poco de esa familia, los informes dieron resultados regulares —respondió Dereck sin mirarlo—. Lo que cualquier persona puede encontrar o hasta un policía… quiero investigar a fondo la vida de Michael Hansen… y eso, solo se puede hacer desde archivos muy confidenciales. Connor podrá ayudarme.
—¿Cuál es el objetivo?
—Varios… necesito hundirlo, aunque podría matarlo primero por agredir a Elizabeth.
—¿Qué? ¿El ejemplar, Michael Hansen?
—¡El hijo de las mil putas de Hansen!
Carter abrió los ojos.
—¿La golpeó? Pero…
—Lo hace desde hace mucho tiempo, y aunque no lo pensé en ese nivel, supe desde el principio de que Ellie estaba encerrada en un mal matrimonio. Ella tiene mil mierdas en la cabeza, un tabú que ha hecho que se aguante muchas pendejadas.
Carter resopló.
—¿Y por qué sigue con el hombre?
—No seguirá con él. Y yo la ayudaré a salir de su vida miserable. Sé que será un paso muy difícil para ella, comenzando porque su padre es un legalista de mierda —Dereck se levantó del mueble, era evidente su obstinación por el tema y Carter temía que el verse involucrado con semejante problema, lo perjudicara más de lo que debería.
—Cuando dices la ayudarás… ¿A qué te refieres exactamente?
La mirada de Hunter se posó en su amigo mientras el silencio gobernó en el lugar.
—¿La ayudarás como amiga? —siguió Carter ante el silencio—. ¿Como tu colega?, porque puedes pensar como hombre que puedes darle la mano… Si es así, te apoyo completamente Der, la chica no tiene a nadie, lo entiendo, no tiene apoyo de su familia y si es así…
—Quiero a Ellie… conmigo… —Hunter interrumpió—. La quiero cómo mujer…
Carter no despegó su mirada de Dereck y dentro de su pecho sintió un poco de miedo. Por supuesto que quería que Hunter estuviera feliz, era su hermano, haría cualquier cosa por él. Pero no estaba seguro de que estuviera en posición de tener una relación, ni tampoco estaba en la mejor situación.
Había un negocio de por medio, miles de dólares y un marido que ni siquiera conocían. Eso sumando a una familia que era muy diferente a la de ellos, culturas diferentes, pensamientos diferentes…
Podía asegurarse que Dereck aún no estaba listo para una relación de ese tipo, porque ni siquiera sabía si había podido superar lo que Karen había hecho. Y meterse en un matrimonio por muy dañado que estuviera, no era la mejor opción para sanar todo lo que Hunter necesitaba.
No solo él podría resultar dañado, la misma Elizabeth, que aún no conocía, podía salir muy lastimada de esta situación. Atando cabos de lo que Dereck le había contado, una relación con su amigo era lo menos que ella necesitaba.
Carter se levantó y de forma sumisa tomó el hombro de su amigo y lo apretó.
—Der… sé que soy el menos indicado en decirte cualquier cosa, soy un mujeriego empedernido… pero, sabes que eres un hermano para mí, y preferiría cortarme un brazo antes de hacerte un mal. No quiero verte involucrado en problemas.
—Lo sé, no voy a involucrarme… sentimentalmente. No la amo, ni la amaré. Yo, solo quiero estar junto a ella Carter, necesito hacerlo.
Su amigo asintió.
—Entonces cuenta conmigo. Te ayudaré en todo lo que necesites.
Hunter le tomó el brazo y se lo pasó por el hombro mientras le dio varias palmadas.
—Sé que sí, confío en ti.
***
Necesito entrar a la oficina de mi padre… pensó Ellie con la mirada perdida mientras todas sus amigas se acomodaban en una mesa.
Literalmente había quedado como una roca sin vida, cuando escuchó a su marido hablar de documentos que ella estaba validando para su padre, sin su consentimiento. Pero pensando cada segundo, y recordando no podía hallar uno en el que ella no haya leído con precisión.
“No es nada ilegal, a veces es mucho por leer y le informo con antelación de que se trata el asunto”, le había contestado Jarod a Michael con cierto enojo, y después de la risa cínica de su esposo, ella no tuvo voluntad en entrar. Y mejor que no lo hiciera.
“Debemos sacar el mayor provecho de ese tal Hunter, envía estos documentos a Ellie y dile que es solo algunos convenios que deberá firmar ese hombre; ella lo tendrá que hacer, es nuestra empresa, y ella debe estar de nuestro lado”
Ellie no sabía explicar muy bien la sensación que le dio escuchar todas esas palabras, estaba muy dolida, se sentía utilizada, ultrajada y envuelta en situaciones que ni ella entendía. A decir verdad, Elizabeth no estaba impactada tanto con Michael, de cualquier manera, él sacaba lo peor de su interior en cualquier situación, pero estaba tensa por el comportamiento de su padre.
Solo le quedaba una esperanza, y era que lo escuchó decir que él no hacía nada ilegal, sin embargo, necesitaba llegar a su el despacho de su casa, y debía comprobar por sí misma que su padre era inocente.
—Ahora sí, cuéntanos sobre ese jefe tuyo… —la voz de Alana llegó a sus oídos y luego pasó la mirada por todas sus amigas.
Todas estaban a la expectativa, cada una en silencio y con una expresión en el rostro que hizo dudar a Ellie. Y lo que más le impresionaba era la actitud de Kiara, ella parecía algo distante.
—Estoy trabajando en la empresa del señor Hunter ahora, mi padre hizo un convenio, hay un proyecto en marcha y estamos en eso… —confesó Ellie con cierta reticencia.
Las chicas se miraron un poco recelosas y luego desviaron los ojos hacia Kiara. Parecía que querían hacer una pregunta importante para ellas. Ante el silencio Ellie preguntó con el ceño fruncido.
—¿Pasa algo?
Tamara y Charis se miraron y luego todas de nuevo hacia Kiara, pero fue Lena la que por fin lo soltó.
Dereck se dio cuenta de su cambio, pero prefirió arrancar el motor y llegar de prisa a su destino. Irían a la casa que compraría. Pero lo que Ellie no sabía, es que había arreglado algo especial para este día.
Cuando llegaron al sitio y entraron en la casa, Ellie pudo ver una mesa nueva muy bien decorada, con varios platillos encima.
Su estómago gruñó anticipado, y los detalles expuestos de la decoración solo hicieron que sus ojos se nublaran. No podía seguir mirándolo a los ojos y permitir que lo perjudicaran como pretendía Michael y su padre. Entonces se detuvo de golpe haciendo que Hunter se girara extrañado.
—¿Estás bien? —preguntó acercándose a ella y tocando su mejilla.
Ellie negó varias veces y reprimió su aliento mientras cerraba la boca. Alzó la barbilla en dirección de sus ojos negros y las palabras salieron de su boca de una forma natural.
—No puedo hacer esto…
Dereck se estremeció al escuchar las palabras, y pensó lo peor del asunto. Rodeó a Ellie en sus brazos y la pegó con fuerza a su cuerpo.
—No Ellie, no retrocedas, no.
—No, escucha —ella intentó explicar—. No se trata de mí —dijo con la expresión atormentada colocando las manos en su rostro.
—¿No estás hablando de alejarte de mí? —preguntó Dereck soltando el aire.
Ella negó.
—Están… intentando estafarte… —la chica soltó las palabras y de inmediato sus mejillas se tiñeron de rojo. Ella sintió como Hunter tensó su cuerpo y su rostro reflejó confusión.
—¿Están? ¿Quiénes?
Aunque la pregunta era fría, ella estaba envuelta en sus brazos, Dereck no la soltaba en ningún momento y eso de cierta forma hizo que ella pudiera continuar.
—Michael… y, mi padre…
Los ojos de Dereck se abrieron ante tal confesión. La situación no era nada divertida, era muy seria, pero lo que más lo dejaba atónito es que ella estaba exponiendo a su propio padre. Y de alguna forma, eso hizo que su corazón se calentara.
No pudo evitarlo, Hunter tembló un poco, su estabilidad se había quebrado con el gesto de Elizabeth, así que no tuvo más remedio que despegarse un poco para tratar de encontrar el aire.
—Dereck, mi padre, estoy segura de que está siendo acorralado por Michael, lo conozco, él no haría algo como esto —ella se apresuró a tomar su brazo cuando vio que él puso distancia, pero no se daba cuenta de que era por un tema diferente—. Te aseguro que encontraré una explicación, estoy convencida de que Michael lo está presionando, por el hecho de que los socios de la empresa están inconformes con el último acuerdo. Sé que mi papá no haría tal fraude… debes creerme. Buscaré las pruebas, yo investigaré sobre el asunto y…
Hunter se acercó a ella y la calló con su mano.
—¿Por qué estás diciéndome todo esto? ¿Por qué no proteger a tu padre?
—Sé que mi padre no está involucrado, y yo no haría nada que pueda… perjudicarte.
Dereck asintió.
—¿Y cómo vas a hacer cuando te pidan hacer algo? —La probó.
—No lo sé, pero no lo haré a su manera, buscaremos la manera. Tú no vas a salir perjudicado de esto… lo prometo Dereck.
Hunter estaba tan impresionado que lo único que pudo hacer es no complicar las cosas más para ella.
—No tienes que hacerlo Ellie, buscaré la forma de investigar, no tienes que hacer este trabajo enredando aún más tu vida… escucha, gracias por prevenirme, pero no tienes que involucrarte, no debes quedarte en esta situación donde esta tu familia en medio…
—Dereck —Ellie le interrumpió a la vez que su mirada se clavaba en él—. Si dices que me quede, me quedaré, si dices que me vaya entonces me mantendré al margen… solo no quiero que te perjudiquen…
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