Romance Prohibido romance Capítulo 47

Tuvo que hacer un gran esfuerzo por pasar la saliva, porque ella lograba joderse en su aparente estabilidad y en esa insistencia por querer parecer fuerte a sus encantos. Estaba completamente vencido en las manos de Elizabeth, y ella ni siquiera se había dado cuenta del poder que llevaba a su favor.

Se levantó de golpe del sofá, y la levantó con rapidez, mientras se despidió de Carter de la manera más corta posible.

—¿Qué?, ¡pero ni siquiera ha pasado una hora! —refutó su amigo mirando a ambos con miles de preguntas en su rostro.

—Nos bastó solo un rato. Nos hablamos luego —Hunter le dio una palmada en su hombro y Ellie le pasó una sonrisa a la pareja, para evitar que su rostro se sonrojara.

Ambos caminaron rápido a la salida sintiendo lo helado que estaba el clima. Y antes de que Ellie pudiera frotar sus brazos, Dereck se quitó la chaqueta y envolvió su cuerpo, mientras esperaban que su auto fuese traído hacia ellos.

La velocidad que llevaba Hunter no era normal. Tomaba las curvas y aceleraba pasando los semáforos en rojo, haciendo que el cuerpo de Elizabeth se fusionara entre los nervios, el miedo, y esas ganas incontrolables que tenía por estar con él, y para decir verdad, fueron los minutos más largos de toda su existencia.

Una vez que entraron al sótano del edificio y que Dereck apagó el motor, Elizabeth abrió la puerta del automóvil y comenzó a caminar rumbo al ascensor. Justo cuando estaba atravesando las puertas del mismo, ella sintió como su cuerpo fue pegado a la tableta de botones, y en como las manos del hombre tomaron sus piernas alzándola y subiendo su vestido. Ella no supo cómo, en qué momento, y de qué forma… Pero ahora mismo, Dereck estaba entrando en ella, acoplándose a su centro de una forma que la hizo evadir que estaban en un ascensor, a merced de quien pudiera llegar.

Después de sus pensamientos escuchó como las puertas se cerraron y el ascensor comenzó a subir, y aunque las embestidas y su cuerpo estaba siendo lleno con fuerza, ella consiguió la oportunidad de pronunciar su preocupación.

—¡Dereck, nos verán!

Los dedos de Hunter cerraron su boca mientras su lengua atrapó su mandíbula succionándola.

—Va a mi piso… a nuestro piso —Ellie lo abrazó con fuerza y solo pudo sentir como su espalda y sus caderas chocaban contra el tablero, mientras las manos del hombre la recorrían entera—. ¡Ellie! —Hunter detuvo el movimiento justo cuando ella estaba punto de convulsionar, así que se apretó a él moviéndose. La mano agarró su mejilla e hizo que lo mirara fijamente—. Eres mía, para siempre…

Y sin recurrir a ningún otro movimiento, todo el peso de la convulsión, golpeó su centro creando una ola que se esparció en todo el cuerpo de la chica. Ella atrapó la boca del hombre ahogando sus propios gemidos, y ese hecho hizo que Hunter terminara por abrazar su cuerpo, y entrar y salir profundamente en ella.

No supo cuánto tiempo estuvieron abrazados y acompasando su respirar, parecía que ninguno quería dejar de abrazarse y de tocarse, tampoco se dieron cuenta de que las puertas de ascensor estuvieron abiertas durante mucho.

Poco a poco, se despegaron, y luego Ellie presenció como la sonrisa perfecta de Dereck se asomaba cerca de su rostro mientras daba besos por todo su rostro.

—Es magnífico que este piso solo dé con mi apartamento…

—Tu mansión, querrás decir…—sus palabras hicieron que su risa se intensificara.

Acomodándose el vestido, Ellie bajó una a una sus piernas, y Dereck arregló su pantalón.

Tomados de la mano llegaron al apartamento y aunque ella pensó que irían rumbo a su habitación, Dereck la direccionó a la sala.

—Hay algo que debemos hablar… —lo escuchó decir mientras se sentó a su lado, y lo veía quitarse la camisa y visualizó su torso en perfectas condiciones.

—¿De qué quieres hablar? —preguntó delineando los cuadritos en su estómago.

—De Karen…

Ellie levantó la mirada totalmente impresionada, y el miedo volvió a invadir sus sentidos. Aunque anteriormente quiso, no deseaba escuchar algo sobre ella y él, ni de lo que estropeó el querer rehacer su vida con otra persona. Tratando de no parecer muy preocupada tomó sus manos y las apretó.

—No es necesario que compartas esto… tan tuyo… no tienes que explicar nada —ella lo miró como si estuviese pidiendo que no la hiriera, pero Hunter necesitaba con ansias decirle que eso a lo que llamaba “esto”, ya no significaba nada para él.

—Ellie… ya no es mío. Escucha… —el hombre se sentó acercando su rostro al de ella mientras la observó como ningún otro día—. Quiero compartirlo contigo porque, tengo la necesidad que sepas todo de mí… quiero pertenecer a ti también…

La garganta de Dereck se formó en un nudo al escuchar sus propias palabras. Ahora mismo sentía un estallido de emociones dentro de él; unas muy distorsionadas y otras referentes a Elizabeth, que definitivamente eran imposibles de ignorar.

Ahora mismo no podía recordar cuándo fue la última vez que pensó en Karen. Ni siquiera razonaba en qué momento esa rabia que lo consumió durante mucho tiempo, dejó de existir en él. Pero de lo que sí estaba seguro es que la presencia de Ellie había hecho muchas cosas en él, que no podía seguir pasando desapercibidas.

No quiso que hubiese una distancia entre ella y su cuerpo en este instante, y con sus dos brazos, la arrimó hasta que todo su cuerpo maravilloso quedara pegado al suyo.

—Karen fue mi amiga por muchos años. Y Carter la conoció primero que yo. Él era su mejor amigo, porque la hermana menor de Carter, Jane, estudió toda la universidad con ella.

Ellie asintió sabiendo que no se trataba de cualquier mujer. Y que Karen estaba vinculada a sus familias.

—Soy hijo único —prosiguió Dereck sin dejar de mirarla—. Carter y su familia, Jane incluso, son como mis hermanos de sangre. Así que te imaginarás que todos mis viajes, o planes, fueron ligados con ellos. Los padres de Carter son como padres para mí también. Agregando a que los míos son un poco atípicos.

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