Los días que siguieron a la desaparición de Maya estuvieron llenos de estrés preocupación y tensión, Andrew andaba de mal humor, Matt y Dom venían una vez al día al menos para chequear que todo estuviera en orden, mis padres llamaban hasta diez veces para lo mismo y Andrew no salía de casa para hacerme compañía, estaba prisionera junto a él y aunque me hubiese encantado poder estar con él días enteros estas circunstancias simplemente eran una mierda.
Después de casi un mes, no recibimos ninguna otra amenaza y no encontramos nada en ningún lugar sobre Maya, por lo que simplemente dimos por hecho que había muerto, Andrew lloro por ella solo una noche cuando sin darse cuenta sirvió agua y comida en su plato después que cenamos, ambos lo hicimos.
El dolor por la pérdida de Maya nos afectó a todos, incluso Jake parecía sentido con su muerte, en el trabajo me enviaban las cosas por correo y trabajaba desde casa en remoto, estaba volviéndome loca, ni al súper podía ir sin que a Andrew le diera algo así como una ataque de histeria en el que al final discutíamos y yo terminaba por molestarme, corría a la habitación y me encerraba frustrada, no podía creer que por culpa de una loca estaba viviendo un infierno junto a la persona que más amaba.
Los meses habían pasado desde el accidente Andrew ya estaba completamente recuperado, pero aun pasaba horas en el gimnasio, ahora lo acompañaba muy poco, estar encerrados a ambos nos estaba consumiendo, una noche le grite que, porque sencillamente no se largaba y me dejaba en paz, el comenzó a reír molesto y dijo que estaba en su casa que si la única que tenía que irse era yo.
Esa noche tome mis cosas y salí del apartamento, llegue a planta baja pero mi escape se vio frustrado por los agentes de seguridad que vigilaban el puto edificio las 24 horas del día los 7 días de la semana. Después de estar casi dos horas y medias en el vestíbulo del edificio regrese al piso frustrada y con ganas de asesinar a Andrew que para variar se había encerrado en el estudio y no fue hasta después de media noche que salió y me consiguió acostada en el sofá, envuelta en una manta, con la misma ropa con la que había intentado volver a casa.
Me había tomado entre sus brazos sin decir palabra alguna me llevo hasta la habitación me acostó a su lado e hicimos el amor de manera salvaje y brusca, de alguna manera en ese momento de intensidad drenamos toda la frustración acumulada desde hacía un par de meses, debo decir que fue una noche intensa y que al día siguiente literalmente me dolía hasta el último musculo del cuerpo. Esa mañana desperté tarde, junto a mi había una rosa roja, con una nota que ponía
“Perdóname por ser el más grande de todos los imbéciles… volveré en un par de horas… te amo!”
Sonreí como tonta cuando lo leí y continúe durmiendo, no sé si pasaron un par de horas o más cuando Andrew regreso, pero me despertó con un beso en los labios y me dijo que tenía una sorpresa para mí, me pidió que me diera una ducha y que me esperaba en la cocina, una vez estuve lista me encontré con el dónde me pidió, sobre la mesa había un sobre blanco.
Honestamente cuando lo vi todo mi cuerpo se tensó y me asuste, pero el enseguida lo noto y me tranquilizo asegurándome que no era nada malo, me dio el sobre y me pidió que lo abriera, dentro había dos billetes, de ida hasta Paris, estaba atónita y el solo sonría me dijo que era hora de salir de esas cuatro paredes y alejarnos de toda la mierda que estábamos viviendo, por supuesto acepte encantada.
Ese mismo día en la noche, abordábamos un vuelo que nos dejaría en el aeropuerto de Paris pasadas las 8:30, llevábamos poco equipaje ya que él dijo que lo que necesitáramos lo compraríamos conforme fueran apareciendo las necesidades, esa noche comimos en un restaurant romántico, sencillo pero muy romántico, fue una cena increíble y después de allí nos movimos hasta un apartamento que él había alquilado, no tenía idea de por cuanto tiempo estaríamos allí pero me encantaba la vista, desde allí podía ver la Torre Eiffel claramente.
Todo esto paso hace semana y media y aun no me acostumbro a despertar en esta cama, con la vista de la torre fuera de la venta y Andrew tumbado a mi lado solo en bóxer, sonrió al mirar su espalda y la acaricio suavemente dejo un beso sobre su hombro y salgo de la cama, esta semana y media ha sido de lo mejor, cada día hacemos algo diferente, un lugar turístico distinto cada día, terminamos el día teniendo una cena romántica y luego volvemos a casa a hacer el amor hasta quedarnos dormidos entrelazados en nuestros brazos.
Paso a la pequeña cocina y comienzo a preparar café, me siento en la pequeña mesa de vidrio que tiene solo espacio para dos personas, tomo mi móvil y reviso mis mensajes la noche anterior Andrew lo había apagado porque dijo que seriamos solo él y yo en la ciudad del amor y así fue.
Tengo algunos mensajes de Sophi y Dani, queriendo saber cómo va todo aquí, uno de mi madre para decirme que debo disfrutar y aprovechar la distancia, Dom y Matt también escribieron para recordarme que debía seguir entrenando, pero la verdad no habíamos vuelto hacerlo, desde que llegamos aquí, Andrew sale a correr todas las mañanas, pero yo me quedo morseando en la cama.
Le respondo a cada uno mientras espero que el café esté listo, el rico olor invade mi nariz y me pongo en pie, saco una taza y comienzo a prepararlo como me gusta, con crema, chocolate y azúcar. Cuando siento que sus manos rodean mi cintura y pega su duro cuerpo al mío
- buenos días…- susurra en mi oído con voz ronca por el sueño
- buenos días amor…- respondo sonriendo, el comienza a besar mi cuello y susurra
- ¿dormiste bien?...- asiento mientras lleno mi taza con café
- ¿quieres café?...- el susurra algo pegado a mi cuello que no logro entender y rio por lo bajo…- no entendí amor…- le digo divertida mientras el continua besando mi cuello
- que beberé del tuyo…- dice separando un poco sus labios de mi cuello haciéndome reír
- no, si quieres te preparo uno igual…- él se separa ve mi taza y asiente.
Pero antes de dejarme hacer algún movimiento, me gira con cuidado y besa mis labios, con un rápido movimiento me levanta del suelo y me sienta sobre el pequeño mesón donde preparaba el café hace unos instantes, apara la taza con cuidado de no quemarse y se mete entre mis piernas.
Coloca sus manos sobre mis muslos y comienza a ascender por ellos hasta llegar a mi cintura y continuar por mi abdomen, hasta atrapar mis pechos, estrujarlos y apretarlos, todo esto sin apartar sus ojos de los míos, donde solo hay deseo reflejados en ellos, se acerca a mí y vuelve a besarme, esta vez el beso es lento, parsimonioso, nada que ver con lo que había en sus ojos reflejados este beso solo significa una cosa, te amo más que a nada en la vida, suspiro entre sus labios y él sonríe apartándose de mí.
- tomare del tuyo…- dice sonriendo, tomando la taza y llevándola a sus labios, se me detiene y toma una de mis manos la deja sobre mi mano y me guiña un ojo, tomo un sorbo y en cuanto separo los labios de la misma él se acerca a mí y vuelve a besarme
- dulce…- dice al separarse de mi boca, comienzo a reír y le susurro
- me gusta tu forma de beber café…-
- lo sé, soy el mejor…-
Vuelve a besarme y se separa de mí para mirarme a los ojos, sonríe
- podríamos quedarnos aquí o irnos a otra parte… solo tienes que pedírmelo…- lo veo algo confusa y le respondo
- ¿a qué te refieres?...- él se gira y me mira serio
- ¿quieres regresar a Barcelona?...- pregunta mirando directo a mis ojos
- Andrew en Barcelona está mi vida, esto es una especia de respiro… no podría huir de allí solo porque una loca obsesionada quiera molestarme…- el suspira y se acerca a mí, me rodea con uno de sus brazos, deja un beso sobre mi frente.
- sé que suena egoísta lo que voy a decir…- comienza tanteando el terreno antes de continuar…- pero la vida que construiste en Barcelona la puedes hacer donde quieras, además tu familia podría venir con nosotros… podría comprarles una casa cerca de donde estemos no se…- lo interrumpo antes de que pueda continuar y me separo de el para mirarlo, su expresión es seria
- Andrew no puedes estar hablando en serio, ¿verdad?...- él sonríe y asiente, niego con la cabeza y continuo…- mis padres jamás dejaran Bilbao, esa es su casa, la compraron con el sudor de su frente y después de muchos años de trabajo, no dejaran España amor y tampoco se los puedo pedir…- el suspira y susurra derrotado
- de acuerdo…- lo abrazo y beso sus labios.
- todo saldrá bien amor… ya verás…- él sonríe y asiente luego susurra
- te quedo delicioso el café…- se separa de mí y termina de bebérselo con mirándome divertido
- eres un pesado…- le digo empujándolo mientras el ríe.
Después de una ducha rápida y desayunar en la mesita del balcón, decidimos salir a dar un paseo, hoy hay planes para ir a Notredame, así que estoy entusiasmada, eso de visitar un lugar donde se desarrolla una película que vi una y otra vez de niña es algo que simplemente me encanta. Estamos caminando tomados de las manos en las calles parisinas cuando se detiene ante un quiosco donde venden crepes, pide un par con crema, fresas y chocolate que en cuanto veo mi boca se hace agua, él sonríe y me la entrega
- buen provecho…- dice divertido
- igual amor…- él sonríe y comenzamos a devorar las crepes.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Seducida por un extraño (COMPLETA)