Seducida por un extraño (COMPLETA) romance Capítulo 181

Al final del día, vamos camino al apartamento que está haciendo de nuestra casa temporal, cuando llegamos a ella, algo llama la atención, dentro parece haber luces encendidas, me pongo en alerta y le digo

- Andrew… creo que hay alguien dentro…- el mira por debajo de la puerta y sonríe con malicia, su expresión me desconcierta

Abre la puerta y se para junta ella, para dejarme ver el interior, y en cuanto lo hago mi mandíbula cae al suelo, pegadas a los bordes de las paredes hay un camino de velas, y sobre todo el suelo hay pétalos de rosas rojas, volteo a verlo mientras él me mira sonriendo, doy un par de pasos dentro y veo que la pequeña sala comedor estar igual que el recibidor.

Hay velas por todos lados y la mesa, dios la mesa está decorada para una cena romántica, hay más velas dos copas de champan, platos blancos con servilletas color vino tinto en forma de cisne, en el medio de la mesa hay un hermoso arreglo de flores, me giro para verlo y su sonrisa me deslumbra, es esa sonrisa que rara vez logro ver, esa sonrisa que observe en las fotografías de Leslie, en las que tiene con sus padres antes del accidente, solo que esta es muchísimo mejor por mucho, camina hasta a mí y me rodea con sus brazos

- ¿te gusta?...- pregunta aun sonriendo, yo honestamente no tengo palabras y no porque no esté pensando en un millón de cosas, es solo que entre la sorpresa de esto y verlo sonreír así es mucho para mi pobre cerebro.

- Andrew… no tengo palabras…- le digo sonriendo el asiente y después de besar mis labios con calidez susurra

- así me gusta…- toma mis manos y me acerca a la mesa.

Cuando echo un vistazo hacia a la habitación todo el camino hasta allí tiene velas y más pétalos de rosas rojos, desde aquí se puede ver la cama y sobre esta, hay un enorme corazón hecho con pétalos, el ve hacia donde miro y sonríe negando con la cabeza luego se gira y susurra

- ese corazón no fue idea mía…- dice en tono burlón, pero en realidad me encanta, así que se lo hago saber

- me fascina…- el ríe

- lo se… pero quería que supieras que no fue mi idea…- me guiña un ojo y separa la silla para que me siente.

Hago lo propio luego el da algunos pasos hasta la cocina donde saca del horno una enorme bandeja, toma los platos y comienza a servir nuestra cena, cuando tiene todo listo, regresa a la mesa coloca los platos que se ven increíbles y toma asiento, me mira un segundo y susurra

- espero que te guste…- sonrió ampliamente y comenzamos a comer, debo decir que es una de las mejores comidas que he probado en mi vida, esta exquisito, una delicia.

Después de comer, noto que Andrew se remueve nervioso en la silla, sonrió y le pregunto

- ¿qué pasa?...- él sonríe y susurra

- pues de pasar... pasan muchas cosas, pero algo sumamente importante está a punto de pasar…- dice poniéndose en pie, se acerca a mí y sonriendo se coloca sobre una de sus rodillas en el suelo y mi corazón se detiene.

Mi cuerpo comienza a temblar mientras mi cabeza comienza a moverse de un lado a otro negando, el comienza a reír y dice en tono divertido

- no me digas que no, aun ni he empezado a hablar…- ambos reímos y luego el continua, después de tomar aire…- Asier, sé que solo tenemos poco menos de un año de conocernos, sé que al principio fueron complicadas las cosas porque soy un imbécil y estoy seguro que no dejare de serlo nunca, pero estoy seguro de algo.

Que este imbécil como muchas veces sueles llamarme, está seguro de querer pasarse la vida entera contigo, sé que sigo siendo un extraño para ti, sé que aún hay un sin de cosas que desconoces de mí, pero sé que con el tiempo las conocerás y puede que algunas de ellas no te gusten y puede que otras las ames, no me importa, ya no…-

Hace una pausa para tomar más aire y continúa penetrando mi ser con su intensa mirada…

- quiero pasar el resto de mi vida contigo porque desde que llegaste a ella, le has dado sentido, me diste el valor y las razones necesarias para querer despertar cada puto día de mi vida sintiéndome vivo y agradecido de que ese maldito día mis padres hicieron todo lo que estuvo a su alcance para salvarme…-

Hace una pausa y sus ojos se llenan de lágrimas, respira profundo sin apartar sus hermosos ojos verdes de mí y continúa…

- no soy un romántico empedernido, no soy el tipo más paciente ni el más tranquilo, pero sé que cuando estoy contigo no solo logras detener mi mundo, detienes mi respiración, mi corazón y quiero seguir siendo el imbécil que siente todo eso todos los días al despertar abrir los ojos y verte junto a mi dormir, porque nena, no hay nada más fascinante e increíble para mí que el despertar a tu lado y saber que te amo con toda mi vida… por eso quiero saber ¿si te gustaría casarte con el imbécil más grande la historia de tu vida?...-

Sonríe ampliamente al decir las últimas palabras, sacando una cajita de terciopelo vino tinto, al abrirla mis ojos se abren como platos, dentro hay una argolla de oro blanco en el medio hay una especie de ola, que rodea un diamante y alrededor de este hay muchísimos diamantes pequeñísimos que lucen como si se tratara de escarcha, mis ojos van de la argolla al verde profundo de sus ojos y de regreso, el nervioso aclara su garganta y yo comienzo a reír, asiento lentamente y busco la perdida voz en mi garganta

- s-si… quiero casarme contigo y eres un imbécil…- le digo riendo, al igual que él, toma la argolla y mi mano, la desliza en el dedo corazón y mientras lo hace, sus ojos están fijos en mí y susurra

- acabas de hacerme el imbécil más feliz sobre la faz de la tierra…- se levanta y me besa con pasión y devoción.

Lentamente nos ponemos en pie y tropezando con la mesa caminamos hasta la habitación donde poco a poco comenzamos a deshacernos de la ropa que traemos puesta, sus manos son delicadas, suaves, tiernas, dejan caricias sobre mi piel como si se tratara de algo sumamente frágil y no quiere dañar, sus labios me besan de la misma manera, cuando sus ojos se encuentran con los míos sonríe y susurra pegado a mi boca sin dejar de mirarme

- te amo más que a mi vida…- el aire no logra llegar a mis pulmones y mi corazón se salta unos cuantos latidos.

Mis manos tiemblan y siento un calor invadir todo mi cuerpo, un calor que no es más que calidez y un infinito y profundo amor por el capitán de hielo que poco a poco derritió su corazón y se abrió a mí, enamorándome de sus manías, de sus inseguridades, de sus miedos y sus demonios, mientras lo veo así y puedo reconocer en su mirada ese amor del que habla, estoy completamente segura.

No tengo dudas que lo amo del mismo modo en que él lo hace y no es una cuestión de ahorita, estoy segura que lo amo desde hace muchísimo tiempo, no quiero, ni me imagino una vida en la que no esté Andrew, con sus comentarios sarcásticos, con sus estadísticas en mi contra, con sus locuras, con sus arranques de ira, con sus momentos dulces, con sus momentos tiernos, con sus celos tontos, en realidad no me imagino ni un segundo más de mi vida sin él.

- Te amo con la mi vida Andrew…- le respondo y él sonríe y es esa enorme sonrisa que ahora no quiero dejar de ver, porque se ve increíble…- quiero que siempre sonrías de ese modo…- le digo mirándolo fijo

- créeme no veras otra sonrisa que no sea está a partir de ahora…- ambos reímos y nos fundimos en un beso lento, apasionado, lleno de todo el amor que sentimos el uno por el otro, sintiéndonos capaces de vencer cualquier obstáculo y sintiéndonos increíblemente fuertes, porque estamos juntos y nos amamos y eso puede contra cualquier cosa.

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