Seducida por un extraño (COMPLETA) romance Capítulo 2

Luego de recorrer la distancia que había hasta Blue Oceans busque donde aparcar el coche, tenía al menos un par de horas para irme a desayunar y e inyectarme otra dosis de delicioso café, finalmente conseguí donde aparcar el coche, tome mis cosas y me baje, de inmediato una fresca brisa marina inundo mi olfato y traspaso mis sentidos, suspire y sonreí.

Realmente tenía que conseguir este empleo, adoraba este lugar y lo que se hacia allí dentro, me gire y contemple en la distancia un enorme edificio de color azul y gris, rodeado de un sin fin de caminos y jardines hermosos, al fondo el océano, suspire una vez más y decidí buscar una cafetería por los alrededores.

Sabía que había visto una el día que había pasado a conocer las instalaciones e investigar un poco sobre lo que allí se hacía y efectivamente en la esquinas alejada a la entrada principal del estacionamiento una cafetería con el mismo nombre de la empresa donde ansiaba tanto trabajar, colgué mi bolso en uno de mis hombros, y me dirigí hacia allí, ya con cierto alienígena rugiendo en mi estómago.

Cuando me encontraba a escasos metros de la cafetería sonó nuevamente mi móvil, esta vez era Dani, quien saludo muy felizmente

— Aquí Harley Quinn, ¿allá quién? —sonreí por su tono y lo que dijo y por supuesto respondí.

—Aquí Deadpool con ganas de insertar y rasgar varios culos con mis catanas — en el momento en que escucho mi respuesta exploto en carcajadas.

Sonreí y gire mi cara a un lado y al otro para cruzar la calle, mientras esperaba que la loca de Dani controlara su risa continué el recorrido hacia el café, en ese momento paso algo extraño, mire a un chico que se acercaba.

Alto, como de un 1.80 cabello negro corto, con 2 aros en la parte superior de su oreja izquierda, había una ligera barba en su cara, de esas que salen a los 3 días de no afeitarse, pero tenía forma y estaba cuidada, esta enmarcaba unos labios carnosos y rojos, vaya sus labios, la forma de corazón perfecto en su labio superior y el inferior, wow, no sé pero su boca en conjunto con la barba me descoloco por completo, demasiado provocativa.

Seguí recorriendo su rostro hasta sus ojos y cuando me topé con ellos sentí que todo a mí alrededor se detenía incluyéndolo a él, mi boca se secó, mi corazón se aceleró y por un instante me maree. Allí estaba yo, totalmente perpleja ante el color de sus ojos y su intensa, inexpresiva e intimidante mirada.

Sus ojos se encontraron con los míos por un momento, de inmediato sentí el calor subir a mis mejillas y por alguna extraña razón aparte mi mirada, cosa que me sorprendió aún más, el giro su rostro en otra dirección y siguió su camino, el maravilloso y extraño hechizo se rompió, paso por mi lado y quede sobre la acera con el móvil en la oreja y Dani gritando al otro lado de la línea como una loca.

—Nena, nena ¿estas allí? Asier, hey no me hagas esto, sabes que no me gusta cuando me asustas con estas cosas, Asier responde de una maldita vez —grito hecha una furia, cosa que me saco de mi trance y le conteste lenta y entrecortadamente.

—Eh, si Dani aquí estoy, lo... lo siento, es que... —volví a guardar silencio y me gire para ver hacia donde había ido el chico de ojos increíbles pero no estaba ya por ningún lado.

Suspire con frustración por cómo había reaccionado ante aquel chico. Dani grito nuevamente.

—¿Es que, qué Asier? —sonreí por su histeria.

—No es nada, olvídalo te cuento luego, ¿cómo va tu día, muchos locos que manejar, que se siente estar a cargo de la sala más concurrida de un manicomio? —respondí de forma más animada y rápida.

Del otro lado de la línea escuche un profundo suspiro de resignación y Dani comenzó hablar nuevamente

—Ay nena en serio a veces me preocupas, está bien luego me cuentas que paso en ese lapsus mental que tuviste y deja de decirles locos, se les dice pacientes psiquiátricos —hizo énfasis en las palabras y reí divertida, siempre la molestaba al respecto —y mi día por el momento va genial, llegue y estuve reunida con la directiva de la institución para aclarar los puntos de mi nuevo puesto y justo ahora estoy entrando a mi nueva y amplia oficina.

Te llame para saber si ya estabas en la entrevista —

—Felicitaciones Dra. Thompson es usted toda una eminencia —volví y a reír al igual que ella.

No sin antes escuchar el clásico tonta, que solía usar cuando la alagaba y bromeaba a costa de su inteligencia y continué.

—Sí, ya estoy aquí, pero de camino me llamaron para reprogramar la entrevista, no es hasta dentro de, espera... —quite el celular de mi oreja y mire la hora.

Aún faltaba hora y media para la entrevista, aproveche el momento para abrir la puerta de la cafetería y ese delicioso aroma a pan y café inundo mis fosas nasales sonreí y continué hablando con Dani.

—Falta una hora y media para la entrevista, estoy entrando ahorita en la cafetería que está en la esquina para comer algo y beber un poco más de café —Dani suspiro.

—Genial tienes que esperar, por cierto terminaste poniéndote lo que escogí para ti, ¿verdad? —ni siquiera espero que respondiera y continuo hablándome— debes verte fabulosa, mira que te ves muy guapa con tacones —suspire y guarde unos segundos en silencio observando mi atuendo y pensando en que carajos responderle, antes que pudiera hacerlo, me grito.

—¡Asier Alejandra!, ¿no me digas que te pusiste los asquerosos converse para la entrevista? —ante eso aparte un poco el móvil de mi oreja y puse los ojos en blanco.

Genial ahora tendría que soportar a Dani riñéndome si algo salía mal en la entrevista por culpa de lo que llevaba puesto, suspire sonoramente y le conteste.

Seguro que mis bragas estaban en el suelo en ese momento, tenía una voz profunda, sexy y cargada con un poco de ira, al llegar al bote, quedo parado justo de espaldas frente a mí.

¡Dios mío, ayúdame que me muero y no habrá quien pueda venir a salvarme!

Su espalda estaba tan bien definida como su abdomen pero el tatuaje, Dios el tatuaje hacia resaltarla de una manera tan pero tan llamativa que seguro salía baba de mi boca en ese momento, el tatuaje era alusivo a cosas marinas de eso no me cabía la menor duda, mas no lograba definir qué cosas eran.

Tenía muchísima agua eso era seguro, luego de estar junto al bote lanzo el bolso a un costado se quitó las gafas y se puso la franela que llevaba en la mano, se volvió a colocar las gafas y le dijo al joven que había advertido de su presencia.

—Ajusta las coordenadas y has el chequeo por radio, Santi, Fernando, arreglen las carnadas, Mari, por favor sígueme, necesito que me prepares un café de esos de los que me relajan.

Su voz había sido autoritaria, disciplinada, estricta, pero de alguna forma ninguno de los que estaba abordo sintió al igual que yo, que ese hombre Andrew estaba por encima o era mejor que cualquiera de los que estaba allí simplemente, estaba haciendo su trabajo y por supuesto yo el mío, desde arriba.

No sé qué sucedió luego exactamente porque estaba tan embelesada admirándolo que no me di cuenta cuando uno de los muchachos creo que Santi le dijo.

—AR creo que tenemos público hoy, aunque creo que no somos nosotros o el Zafiro, creo que eres tu —se giró y miro hacia ambos lados del bote, luego miro hacia arriba donde estaba yo.

Nuestras miradas se encontraron nuevamente y mi corazón se saltó un par de latidos, se quitó las gafas una vez más y me miro con esos ojos verdes intensos, justo con la misma mirada que me había dedicado en nuestro encuentro anterior. Me intimido la forma en que estaba revisando mi rostro como si me conociera de algún lugar y sin previo aviso me hablo.

—Hola, ¿buscas a alguien? —en cuanto sus labios comenzaron a moverse mi cerebro desconecto y solo siguieron el sexy movimiento que hacían.

No entendí lo que dijo, estaba demasiado embelesada admirando su boca moverse, unas risas me despertaron de mi fascinación y lo único que alcance a responderle fue un escueto y simple.

—Eehhh no —mientras todos reían a su alrededor el me miro con un poco de curiosidad, volvió a ponerse las gafas se encogió de hombros.

—A trabajar chicos —se perdió dentro del bote, todos en la cubierta seguían riendo y yo como la misma idiota aun con la boca abierta mirando por donde había entrado.

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