Seducida por un extraño (COMPLETA) romance Capítulo 30

Nos miramos fijamente, el comienza a subir las escaleras sin apartar los ojos de los míos, Matt tiene unos ojos increíbles, son hermosos, bellísimos y me miran tan tiernamente, tan cálidamente que justo en este momento estoy totalmente derretida en sus brazos y él lo nota, por lo que me sonríe y me da una suave caricia con su nariz en la mía, escucho abrirse una puerta y cuando separa mis ojos de los de él, estamos en su habitación.

Lo miro dudosa y el solo me sigue sonriendo pícaramente, luego comienza a quitarse los zapatos sin soltarme y sin apartar los ojos de mí, yo comienzo a reírme porque la tarea no es fácil, pero finalmente lo logra, se sienta en el borde de la cama y por lo que quedo sentada sobre él, sus manos van a mi rostros donde comienza a acariciarme lenta y tiernamente, mis ojos se cierran al contacto cálido de sus manos y suspiro sonoramente, luego de un momento dejo de sentir su roce y abro los ojos, él está mirándome con expresión divertida y me susurra.

—Voy a pensar que te gustan mucho mis caricias —me acerco a sus labios y dejo un tierno beso.

—No me gustan ni un poquito —Le respondo cínica, cosa que lo hace levantar una de sus cejas y me responde

—Lamento discrepar, pero nena eres una de las personas más expresivas que conozco y tu cara lo dice todo, es más, 50 euros a que te quejaste mentalmente cuando deje de acariciar tu rostro.

Me río por lo arrogante que veces se pone pero es tan divertido que niego con la cabeza riendo y le digo.

—Genial ahora le debo dinero a mi jefe, vaya manera de comenzar una relación laboral.

El suelta una carcajada y con un rápido movimiento, me tiende sobre la cama, el queda sobre mí y me responde en un susurro ronco, lleno de excitación

—Olvidemos los 50 euros, se me ocurre una manera muchísimo mejor para que saldes tu deuda y en el proceso reafirmes la relación con tu jefe, que estoy seguro no le molestara en lo más mínimo.

Levanto una de mis cejas expectantes y él se acerca lentamente a mis labios y me responde pegado a ellos.

—Que dices si me regalas esos deliciosos y maravillosos gemidos que haces cuando te toco.

Cuando dice eso, desplaza sus manos del colchón a mi cintura, donde comienza a subir dentro de mi blusa, yo me estremezco y dejo escapar un suspiro, luego deja un beso cálido sobre mis labios y se acerca a mi oído y susurra.

—Regálame esta noche, quédate conmigo.

Después de decirlo comienza besar mi cuello y el lóbulo, el espacio que hay entre él y mi mandíbula en seguida es cubierto de besos suaves, sugerentes, calientes que me hacen gemir por lo bajo, él sonríe pegado a mi cuello, y mis manos se deslizan hasta su espalda donde comienzo a hacer presión con mis uñas por sobre su ropa, el gruñe un poco en mi cuello y muerde en respuesta, cosa que me hace arquear mi espalda e inevitablemente a pegarme más a él, el aprovecha el momento para levantar mi blusa y masajear mis pechos con una de sus manos, dejando ricos besos en mi mandíbula, luego busca mis labios y los besa con pasión, pasión que le respondo, se separa un poco y susurra en mi boca

—¿Que dices?

Continua besándome y sus manos acariciándome, no sé si deba quedarme con él, creo que es demasiado pronto, pero seamos honesto, hacer más de lo que estamos haciendo no es tan demasiado ahora, no le respondo inmediatamente porque su beso me ha quitado la capacidad de pensar, solo dejo que mi cuerpo sienta.

Coloco mis manos sobre su pecho y hago una ligera presión para separarlo de mí, continuo empujándolo hasta hacerlo acostarse a mi lado, cosa que aprovecho y me subo sobre, él me sonríe y un brillo juguetón aparece en sus ojos.

—¿Que? —pregunto ladeando el rostro.

—Nada, solo que te vez hermosa sobre mí.

Rio y me acerco a él con mis manos en su pecho para besarlo nuevamente con pasión, siento como sus manos pasan de estar posadas en mis muslos hasta alcanzar mis nalgas, las aprieta ligeramente y gruñe en mi boca cuando siente que me muevo sobre el para acomodarme mejor, en el proceso siento como su entrepierna dura, golpea mi sexo generando una oleada de calor que me hace desear que estemos desnudos ya.

Matt continua apretando mis nalgas, y haciendo ligera presión sobre mí para que lo presione a él, su miembro erecto esta debajo de mi haciendo presión y volviéndome loca, mueve sus manos hasta la base de mi espalda y mete las manos por debajo de mi blusa y acaricia mi espalda, luego la sostiene y tira de ella, para dejarme en sujetador, sus ojos brillan cuando me ve y continua besándome sin decir nada solo tocándome, rosándome, sin poder controlarse mucho suelta pegado a mis labios.

—¡Joder Asier! ¿qué es lo que me estás haciendo?

Continua besándome, profundizando aún más el beso, mis manos se deslizan por dentro de su camisa y lo acaricio, pongo mi mano sobre su pantalón sosteniendo su enorme erección y comienzo a mover mi manos, Matt jadea en mi boca y echa la cabeza atrás separando al fin nuestras bocas, su expresión de placer y satisfacción me ponen, por lo que tiro de él y le quito la camisa.

Luego me levanto un poco desabrocho mi pantalón y lo bajo de un tirón arrastrando junto con el mis bragas, mi ropa cae a un lado de la cama inocente de todo pecado, al notar lo que he hecho susurra.

—¡Joder! —atrae nuevamente mi boca a la suya donde literalmente la besa con desesperación.

Sus manos descienden por mi espalda, tomando una de mis nalgas, para luego descender más y rosar con sus dedos mi entrada que esta increíblemente mojada a estas aturas.

Matt sonríe en mi boca, me toma con ambas manos, me tumba sobre la cama, hace que me gire y me coloca a cuatro patas, coloca sus manos sobre mi respaldaba baja y comienza a subir hacia mis hombros, pegando su erección a mi culo desnudo, desliza sus manos por mi piel hasta llegar al broche del sujetador soltarlo.

Continua su recorriendo hasta los hombros donde los sostiene con ambas manos y da un pequeño tirón hacia él, pegándome sorpresivamente contra su pelvis, el movimiento repentino hace que se escape un grito ahogado de mis labios y Matt se ríe a mis espaldas está disfrutando esto el muy pasado, luego escucho como baja la cremallera de su pantalón por lo que sé que se estar desvistiendo, intento voltear a verlo pero sus manos se van directo a mi nuca y lo escucho hacer ese sonido de negación.

—Mantén tu cabeza enterrada en la cama, no mires.

Luego siento con suelta una nalgada fuerte, pero excitante en una de mis nalgas y eso hace que grite de placer, por lo que hundo mi cara en el colchón, lo escucho bajarse de la cama, escucho el abrir y cerrar de una gaveta por lo que supongo que está buscando un preservativo, siento como la cama se hunde bajo su peso y como sus dedos acarician mis pantorrillas haciéndome estremecer, luego me da un pequeño toque en una de mis piernas para que las separe y él se coloca entre ellas.

No puedo verlo pero lo siento cerca, lo siguiente que siento es como su lengua recorre todo mi sexo hasta la entrada de mi ano, por lo que suelto un fuerte grito, no solo de placer sino de sorpresa, el comienza lamer ambos orificios, con pasión, yo gimo sin control al sentir su lengua y sus manos hacerse con el poco control que tengo, después siento una brisa fría en mis partes por lo que supongo que se ha levantado.

—Sshh relájate —apoya una de sus manos en mi espalda baja y hace un poco de presión allí y susurra en mi oído— baja un poco esta parte.

Lo hago en seguida, y al instante lo siento entrar en mí, con decisión, de una sola vez, entre completamente en mí, llenándome lo escuche maldecir y apretar fuertemente mis nalgas, los músculos internos de mi vagina se aferran a su erección de tal manera que se siente como si estuvieran absorbiéndolo más y más, lo escucho respirar fuertemente, está tratando de controlarse, para no hacerlo más pasional, más carnal que es justamente como quiero que lo haga, por lo que despego mi cara del colcho y le grito con desesperación.

—Muévete vamos, fuerte —no he terminado la frase cuando Matt comienza a embestirme fuertemente.

Cada estocada hace que lo sienta muy profundo dentro de mí, el sostiene mis nalgas con fuerza separándolas un poco para tener mejor acceso a mí, luego deja caer una nalgada y una embestida que me hace gritar su nombre, ya no tengo control de mí, solo soy sensaciones, solo soy placer puro, lo escucho gruñir en mi espalda mientras besa mis hombros y deja pequeño mordidos que me hacen estremecer, luego con una de sus manos me levanta y pega mi espalda a su pecho cubierto de sudor, yo dejo mi cabeza descansar sobre su hombro por lo que su cara queda justo en mi cuello donde comienza a besarlo.

—Joder Asier, esto es lo más cercano al cielo que alguna vez he podido estar, es tan malditamente excitante tenerte pegada a mí, escucharte gemir y gritar mi nombre créeme no me cansare nunca de hacerte el amor, nunca me cansare de follarte y de hacerte gritar y pedirme más.

En cuanto termina la frase, sus manos están sobre mis pechos con los cuales el juguetea, los pellizca y luego muerde mi clavícula, y comienza a moverse nuevamente pero esta vez un poco más lento, más pausado, más rítmico, ¿yo?, yo no sé ni quien soy en este momento. Matt es apasionado, intenso, entregado y Dios míos como estoy sintiendo todas estas cosas justo ahora, levanto mis manos hasta su cuello, subo por su nuca hasta su cabello donde enredo mis dedos y doy un pequeño tirón, el gruñe en respuesta en mi oído y me continua,

—Tengo unas pocas ganas de follarte contra la pared y hacerte gritar mi nombre tantas veces y tan fuerte que mañana no tendrás voz —sus palabras me encienden aún más, por lo que finalmente soy capaz de responder algo y simplemente le digo en un gemido entrecortado.

—Ha-haz co-conmigo lo que quieras Matt, solo llévame a las putas estrellas y no me dejes caer nunca de allá —Matt se ríe en mi oreja.

—Nena no habrá rincón del universo que no te lleve a conocer.

Me toma de la cintura y se tumba sobre la cama, llevándome con él, sin salirse de mí, me acomodo nuevamente sobre él y comenzamos a movernos al unísono, con movimientos circulares que nos hacen sentir increíblemente, él toma mis pechos con su manos los masajea, yo inclino mi cabeza hacia atrás con los ojos cerrados, cabalgando sobre él, lo siento sostenerme de las caderas y hundir sus dedos en ella, lo escucho decir

—Venga nena, mirarme.

En un gruñido ronco, haciendo un esfuerzo increíble vuelvo mi cara hacia él y le obligo a mis parpados abrirse y enfocar mis ojos en él, por instante no logro ver a Matt debajo de mí, por un maldito instante veo a Andrew con esa sonrisa maquiavélica, incitarme a continuar moviéndome sobre él, me sobresalto por la sorpresa y Matt se detiene al instante y me ve con preocupación.

No sé exactamente que expresión tengo en el rostro, pero debe ser un poema porque deja de apoyar su espalda a la cama y se inclina hacia mí, toma mi rostro entre sus manos y me cuestiona en un susurro.

—¿Nena, que ocurre, estas bien?

Por alguna extraña razón mis ojos vuelven a llenarse de lágrimas como en el departamento de Andrew después que nos besamos, la frustración creciendo en mi pecho yo niego con la cabeza, él se acerca a mí y me abraza fuertemente, contra sí y por alguna maldita extraña razón comienzo a llorar en su hombro, son lágrimas de frustración, de rabia, de pesar, de confusión.

Sus manos se deslizan sobre mi cabello, descendiendo por mi espalda y comienza acariciarla lentamente, al cabo de un momento, ya he dejado de llorar por lo que me separa de si, y busca mis ojos con los suyos, cuando nuestras miradas se encuentran, veo confusión en ellos, acaricia mis mejillas con sus nudillos, me da un tierno beso en la nariz

—¿Que ocurre, por qué lloras, es mi culpa?

Pregunta preocupado, sin despegar su frente de la mía, yo suspiro y trato de explicarle lo que ocurrió, que ni yo misma entiendo que ha pasado y porque por un instante mi subconsciente me ha jugado una broma de mal gusto.

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