Hay tristeza, cansancio y pesar en ellos, luego continua sin apartar los ojos de mi
— no voy a ir otra vez, no tiene sentido que lo haga si nunca hablo con ese imbécil... así que no insistas ni los metas en esto... haré las cosas a mi manera...— pone los ojos en blancos gesto que lo hace ver tierno y sonrió, el me ve y lleva su mano libre a mi mejilla y responde
— me importa tres hectáreas de mierda que no funcione a mi manera, te llamo luego ¿si? Tengo a Asier usando mi ropa interior en mi cama no esperaras que siga hablando idioteces contigo, ¿verdad? — escucho la ruidosa risa de Dom al teléfono y luego Andrew finaliza la llamada, sin dejar de mirarnos él sonríe y le pregunto
— ¿todo en orden? — él suspira y cierra sus ojos y responde con pesar
— no, pero me aseguraré de que así sea, no te preocupes...— deja el móvil sobre la cama y en un rápido movimiento esta arrodillado frente a mí, sus ojos sin dejar de mirarme con tanta intensidad que me siento abrumada, me da un beso en los labios y me susurra
— maldición Asier te ves jodidamente sexy con mi ropa interior — sonrió con suficiencia y arrogancia.
— lo sé, soy irresistible en bóxer de caballero...— él sonríe y me responde
— no cualquier bóxer de caballero, solo el MIO... quedo claro...— el tono de su voz ha sido sensual, está incitándome, sus ojos se han oscurecido un par de tonos y su cercanía ya ha comenzado a causar ese efecto embriagador.
En ese momento llega a mí el recuerdo de lo que me hizo más temprano y veo el momento perfecto para vengarme, me acerco a él, pegando mi cuerpo al suyo, mis pechos desnudos chocan con su pecho musculoso y duro, él se estremece ligeramente con el contacto, deslizo mis manos por sus muslos hasta llegar a su entrepierna y tomo el bulto que se ha hecho considerablemente grande.
En cuanto lo tomo en mi mano un gemido sale de sus labios y sus ojos se cierran un instante, su miembro aumenta de tamaño con rapidez con mi ligera caricia. Comienzo a dejar besos en su cuello, su mentón, la línea de su mandíbula y luego termino en su boca donde lamo sus labios con erotismo y le susurro pegada a ella
— creo que alguien está muy feliz de verme...— él sonríe y me responde
— estará aún más feliz cuando este dentro de ti, haciéndote gemir de placer y gritando mi nombre...—
El tono imperativo, arrogante en su voz no me pasa desapercibido, pero escucharlo decir esas cosas hace que mi plan de venganza se tambalee, ya mi cerebro no está trabajando de la misma forma y con la misma rapidez. Siento sus manos sobre las mías y comienza a moverlas sobre su erección sin dejar de verme, mi labio inferior es atrapado inmediatamente por mis dientes y un gruñido se escapa de sus labios, dejando mis manos hacer el trabajo solas.
Las suyas se apoderan de mis mejillas y tira de mi con fuerza, cuando nuestros labios chocan no lo hacen de forma tierna y cálida, es beso desesperado, demandante y súper sexual, aquí sólo desborda deseo y lujuria. Su lengua irrumpe en mi boca buscando el contacto con la mí.
Sus manos habilidosas recorren mis pechos y los masajea sobre la franela, siento como mis pezones se endurecen bajo sus dedos, mi cabeza está abandonando por completo el plan, pero sacando fuerzas de no sé de donde, me separo de él agitada y con unas ganas locas de continuar, pero tengo que vengarme. Él me mira con aprensión y le digo con una sonrisa maliciosa
— mañana debo levantarme temprano, buenas noches...— me echo atrás con una sonrisa maliciosa en los labios y su cara es una mezcla de sorpresa e incredulidad, luego agacha la cabeza negando con ella y susurra
— la venganza es dulce ¿no? — mi sonrisa se hace más amplia y contesto
— y se come en un plato frío...— levanta su rostro hacia y mi y susurra
— ¿te he dicho que eres cruel? — sonrió un poco más y le comento divertida
— sí, un par de veces creo...— luego me acomodo del lado de la cama donde dormiré, me cubro con la sabana y le digo con un movimiento suave de mi mano para indicarle que puede bajarse de la cama.
Él sonríe negando con la cabeza, se echa atrás, baja de la cama y comienza a desabotonar su camisa sin apartar sus ojos de mí. Se humedece los labios con la punta de su lengua, mis ojos descienden a sus labios, que se han curvado en una sonrisa pícara, mis ojos continúan el recorrido hasta sus manos que han empezado la labor de quitar cada botón, dejando a la vista el pecho duro y trabajado de Andrew.
Es mi turno de humedecer mis labios, evito morder mi labio para no tentarlo más de la cuenta, si se lanza otra vez sobre mi olvidaré mi plan de venganza y querré que me haga suya una vez más.
Cuando quita el último botón, abre la camisa para que su torso quede parcialmente descubierto, mis ojos lo recorren con devoción y anhelo, luego se quita lentamente las mangas dejando también al descubierto sus perfectos brazos, la deja caer al suelo y pasa a los botones de su jean, los va quitando uno a uno con una lentitud tortuosa.
Cuando los quita todos, puedo ver el enorme bulto dentro del bóxer negro, toma los bordes del jean y los echa abajo con un rápido movimiento de sus piernas llegan a sus tobillos, hace un movimiento con sus pies, supongo que está quitándose los zapatos, luego mueve nuevamente sus piernas y termina de sacar el jean.
Se acerca a la cama me da la espalda y se sienta, dejándome ver su magnífica y cincelada espalda, mis ojos lo recorren con avidez, aprovechando que esta de espaldas muerdo mis labios con fuerza y maldigo por lo bajo, porque rayos tiene que estar tan bueno y tengo que desearlo tanto, me detengo en el tatuaje y sonrió con tristeza.
Él se levanta nuevamente y camina hasta el baño, escucho abrir una gaveta y luego lo veo salir una vez más, rodea la cama y se sienta a mi lado estirando las piernas y luego cruzándolas, toma el mando de la tv y cambia de canal. Cuando consigue lo que busca lo deja, ha puesto un partido de fútbol por lo que puedo ver por el rabillo del ojo, porque no he sido capaz de despegar mis ojos de él.
Es un clásico, Madrid Vs Barcelona, cuando asciendo hasta su rostro tiene esa sonrisa arrogante y suficiente en los labios, se me escapa una sonrisa tonta al ver la perfección de su rostro y sin verme me dice en tono divertido
— disfrutando de lo que no puedes tener, ¿eh?...— su comentario me hace gracias porque si de tenerlo se trata, justo ahora podría saltarle encima y estoy segura que esta vez no habrá forma ni manera de que ninguno de los dos se detenga. Sé que es un reto implícito en sus palabras por lo que le respondo tan arrogante como el suele ser.
— date la vuelta...—
Acaricio mi nariz con la suya y lo obedezco, él se acomoda a mi espalda, aferrado a mi cintura y pegando mi culo a su entrepierna aún erecta. Al sentirlo, un escalofrío recorre mi cuerpo, y maldigo en mi mente, luego mete su cabeza en el espacio entre mi cuello y mi oreja y allí susurra
— así me gusta, obediente y calladita...—
deja caer sobre mi cuello una bocanada de aire caliente que hace erizar hasta el último de mis cabellos y un ligero gemido se escapa de mis labios, lo siento sonreír en mi piel cuando deja un beso en la línea de mi mandíbula y susurra
— te aseguro que si en este instante meto mis manos dentro de MI bóxer estas tan mojada que se escurriría por tus muslos...—pienso un poco antes de contestar, porque sé que estoy mojada pero no voy a reconocerlo.
Antes de poder decir cualquier cosa sus manos se están desplazando hasta el borde del bóxer y dentro de éste. Estoy a punto de protestar cuando uno de sus dedos toca mi pequeño bulto lleno de nervios y un gemido entrecortado se escapa de mis labios, pero no se detiene allí, sigue el camino hasta mi abertura, pero se asegura de no dejar de tocarlo en el proceso, por lo que continúo gimiendo por lo bajo.
Al llegar a ella siento como su sonrisa se ensancha, roza y moja sus dedos en mi humedad y la esparce por todo mi sexo antes de sacar sus manos con un rápido movimiento, llevarla hasta sus labios y chupar uno de sus dedos. Se acerca luego a mi oreja y susurra
— demostrado mi punto... buenas noches hermosa, te quiero... — deja un beso en mi mejilla y se acomoda sin dejar de abrazarme.
Mi cuerpo esta rígido, contraído por la anticipación y las ganas descontroladas que tengo de girarme y sentarme sobre él. La mano sobre mi vientre comienza a moverse haciendo círculos sobre mi piel, cosa que, aunque me parezca de lo más erótica, comienza a relajarme, lo escucho decir en mi nuca
— relájate Asier, me parece que estas demasiado tensa...— sin controlarlo le estampo una de mis manos sobre su brazo y el ríe y le respondo
— eres un imbécil Andrew...— comienza a reír a carcajadas y me contesta entre risas
— ¿sólo yo? —también río con él y me acurruco en su cuerpo dejando que su duro y sexy abdomen se pegue lo más posible a mi espalda desnuda.
Cierro mis ojos sintiendo la cercanía de su cuerpo, las caricias de su mano en mi vientre y su respiración en mi nuca. Poco a poco Morfeo hace su aparición y me lleva con él al mundo de los sueños.
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