De la nada una nalgada cae sobre una de mis nalgas haciéndome gritar de sorpresa, luego sus manos se posan sobre ellas masajeándolas y abriéndolas un poco. Siento como sus dedos nuevamente viajan hasta mi abertura y se humedecen en ella para luego arrastrarlo hasta mi ano. Un gemido de placer se escapa de mis labios, luego su boca asalta mi abertura una vez más, mientras que su pulgar juguetea con mi ano, sensaciones inexplicables se apoderan de mi cuerpo.
Andrew trabaja con su lengua y con su dedo en ambas aberturas volviéndome loca, mis manos resbalan sobre la cama dejándome caer sobre mi pecho. Entierro mi cabeza en las sábanas mientras el continua el asedio contra mi sexo.
De pronto el frío golpea mi abertura, se ha separado de mi, pero en su lugar siento la extensión de su aterciopelado miembro caer entre mis nalgas, una de sus manos se afianza a mi cadera y con la otra hace una ligera presión sobre su miembro erecto y se mueve abajo, arriba, luego roza mi abertura con la punta humedeciéndola y repite el proceso anterior haciendo una ligera presión con la punta sobre mi ano, pero sin penetrarlo.
El sentir la presión me hace gemir de desesperación, mis labios sobre sus sabanas, intento decir algo pero no lo logro luego finalmente le pido
— Andrew... ppor favor...— Él a mis espalda me responde con voz ronca, seductora y en tono divertido
— lo siento Asier no te escucho...— pongo mis ojos en blanco y atrapo mi labio con fuerza, separo mi cara de la cama y le imploro
— por favor...— siento otra nalgada caer sobre mi culo y de mi boca se escapa otro grito de placer
— ¿por favor qué Asier?... ¿qué quieres que haga?... dímelo...— entre gemidos entrecortados le respondo
— te quiero... tte quiero a ti, muy dentro de mi...— una risa arrogante se escapa de sus labios y me responde
— lo siento, pero no me hundiré en ti hasta que me lo implores...—
Vuelve a jugar con la punta en mi abertura haciendo que mis piernas tiemblen en una deliciosa tortura que me esta volviendo loca. Todo mi cuerpo esta temblando de placer, deseo y anticipación, sin poder resistirlo más le imploro
— Andrew... ppor favor, tte lo suplico...—
No alcanzo a terminar la frase, una fuerte estocada por su parte y su miembro se adentra en mi llegando hasta lo más profundo. Mis ojos se abren como platos y un grito de sorpresa se escapa de mis labios, lo escucho maldecir tras de mi y aferrarse a mi cintura con más fuerza. Permanece unos instantes sin moverse, dándome unos instantes para que me acostumbre a su invasión, pero el instante se alarga y se convierte en un minuto, lo escucho decir a mis espaldas
— ¿qué es lo que quieres Asier?...— su pregunta me desespera y le espeto
— fuck puedes comenzar a moverte de un puta vez...— lo escucho reír y comienza a moverse, dentro, fuera, dentro, fuera, lentamente, los músculos internos de mi vagina aferrándose a cada centímetro de su miembro, lo escucho maldecir y me gruñe con su voz ronca y cargada de deseo
— no hagas eso, voy a venirme muy rápido si continuas haciendo eso...—
No le presto atención, esta deliciosa tortura debe ser mutua, por lo que gruñe y aprieta un poco más fuerte mis caderas. Sin previo aviso me embiste con rapidez y brusquedad, cada centímetro de mi cuerpo se estremece. Ya no soy consciente de mi alrededor, sólo somos Andrew y yo sintiéndonos. Sus movimientos se aceleran, incrementa un poco la fuerza de sus arremetidas, mis ojos se nublan de placer, un grito acompañado de un fuerte gruñido y nos corremos juntos. Andrew cae sobre mi espalda, su cuerpo cubierto de una ligera capa de sudor, su respiración entrecortada y su corazón latiendo muy fuerte en su pecho. Comienza a dejar tiernos y cálidos besos en mis hombros, luego se incorpora un poco besa el tatuaje en medio de mi espalda y susurra contra el
— es hermoso, al igual que tu...— continua llenándome mi espalda y hombros de besos, hasta que sale lentamente de mi y se tumba a mi lado.
Mi rostro esta enterrado aún en las sábanas, tratando de recuperar el aliento y los sentidos. Lo siento moverse a mi lado, bajarse de la cama y regresar, acomodarse nuevamente junto a mi y pasar uno de sus brazos sobre mi cintura, tirar un poco de mi para acercarme a él, pero mi cuerpo no responde ha sido demasiado intenso, ha sido demasiado abrumador por lo que continuo en la misma posición, él a mi lado comienza a reír y me susurra
Cuando entro esta sobre la cama moviendo sus brazos con desesperación su rostro está rojo y contraído en una expresión de dolor, de sus ojos fuertemente cerrados se escapan lágrimas, esta vez con cuidado rodeo la cama y me coloco sobre él abrazando sus brazos y susurrándole
— Andrew, ya no pasa nada sólo es un mal sueño, estoy aquí, abre los ojos, vida por favor ábrelos escucha mi voz, no pasa nada, respira estoy aquí...— poco a poco sus brazos se van relajando al igual que su cuerpo, de sus labios se escapan un par de la palabras
— no... no... por favor mama, no te sueltes... papa.. ¿dónde estás?... no, no... NOOO...—
Su voz cargada de tanta angustia que me angustia a mi, hay dolor y desesperación, una desesperación que atenaza mi pecho y hace que mi corazón se detenga. Se levanta de golpe con los ojos abiertos de par en par, gruesas lágrimas cayendo por sus mejillas, sus ojos desenfocados recorren la habitación hasta dar con mis ojos de los cuales caen lagrimas de tristeza y pesar por verlo así, sus manos salen debajo de mi abrazo y se aferra con fuerzas a mi, lágrimas silenciosas continúan cayendo por sus mejillas, me aferro a él y le susurro
— ya paso, ya... tranquilo... estoy aquí, Andrew mírame... —
Una determinación se ha instalado en mi pecho, no pienso dejarlo sólo nunca, no voy a dejarlo pasar por esta tortura solo, ha estado solo demasiado tiempo, por lo que cuando su mirada encuentra la mía y le susurro
— ¿no voy a dejarte solo entiendes? no me iré de tu lado, no importa lo dura y difíciles que se pongan las cosas no voy a dejarte solo, voy a estar para ti, ya no estas solo amor, ya no... ¿de acuerdo? — lágrimas continúan cayendo de sus ojos, cuando acerca sus labios a los míos y el sabor de nuestras lagrimas se entremezclan, susurra sobre mi boca
— de acuerdo... pero perdóname si en algún momento te hago daño ¿si? prométeme que en el momento en que te sientas herida me dejaras, no permitas que te haga daño Asier por favor te lo suplico...—
Su ruego me parte el corazón, me hace llorar con más intensidad, porque veo y siento la desesperación en su rostro, en su perfecto cuerpo, es un sus bellísimos ojos, en su voz, no puedo prometerle eso, ¿cómo lo voy a dejar solo sufriendo? que le digo que le respondo... no quiero prometer algo que no estoy segura de poder cumplir, por lo que simplemente comienzo a besar sus labios con ternura y amor...
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Seducida por un extraño (COMPLETA)