Seduciendo a mi padrastro romance Capítulo 4

NARRA ISABELLA

Mientras el orgasmo me golpeaba no sentía remordimiento, este era mi padrastro y aunque pudiese parecer terriblemente raro, se sentía bien. Porque papi era mío, yo era suya.

Él me miraba con fascinación su pene crecía mostrándome que le gustaba lo que le hacía.

—Cariño, si seguimos así entraré en ti.

—Te deseo, necesito sentirte.

Tomo su grueso pene entre mis manos y lo guio a mi vagina, entra en mí y empezamos una especie de danza erótica, nos movemos solo disfrutando del roce.

—¿Tomas la píldora?

—Me inyecto cada seis meses.

—Perfecto, eventualmente tendremos hijos, pero durante algún tiempo seremos solo los dos.

—Más papi…más…

—Mi niña…esto es…Dios…cariño…me vengo…

—Te quiero papi..ah….ah…papi…

Mi madre no estaría por siempre de viaje, eso me preocupaba, así que unas horas después mientras viajábamos a su casa se lo dije.

—No pienses en eso, estarás en mi empresa un mes y le diremos que encontraste apartamento, ella querrá que estemos a solas.

En el patio había una inmensa cama con dosel. Miré aquello con extrañeza.

—Desde que te vi supe que serias mía, la hice especialmente para exteriores, vamos que necesito tu dulce culito.

Me puse de rodillas arqueando mi espalda, sus manos, callosas y ásperas acariciaban mis curvas y su lengua, esa estimulaba mi ano y fue increíble. Sus dedos entraban y salían de mi vagina mientras sentía como el orgasmo arrasaba.

Luego se desvistió, lo hice acostarse en la cama y en la posición de sesenta y nueve nos dimos placer oral. Con una de mis manos agarré la base de su polla, con la otra lo masturbaba y cada vez que la punta de su pene quedaba expuesta, pasaba mi lengua por la punta.

—No juegues, métela toda.

—Si papi

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