Si, acepto el contrato (COMPLETO) romance Capítulo 9

Narra Jackson

Tengo muchos nervios por regresar a París, quizás no sean nervios, más bien puedo decir que me encuentro ansioso, hace mucho no abrazo a mis padre ni hermanos, tampoco he vuelto a ver a mis amigos y en fin, son muchas las emociones que tengo encontradas.

- ¿Desea algo de tomas? – pregunta una auxiliar de vuelo

- Si, una copa de vino, por favor

Creo que me ayudará con la ansiedad que me come por dentro en este momento

- Tenemos estos vinos, por favor mire la carta y me dice cual desea

Miro atentamente y me detengo en uno de los mejores

- Me da una copa de vino Cheldont Brown tinto, si es muy amable

- Claro que si

La sonriente dama se retira y al paso de unos minutos llega con mi pedido

- Señor, lamento mi intromisión pero ¿es usted el hijo de Nicholas Brown? – pregunta entregándome la copa de vino

- Sí, soy yo – respondo y luego le doy un sorbo a mi copa de vino

Ella sonríe y al tiempo se sonroja, veo que se retira y desde la cabina le comenta a sus compañeras, lo puedo notar, no soy tonto.

Unas casi siete horas más tarde, el avión aterriza, agradezco haber llegado porque siento que se empezaba a lastimar mi cuello.

Al salir del aeropuerto un auto esperaba por mí, el conductor de la familia estaba afuera con un cartel de bienvenido a casa, lo que me pareció conmovedor, me llevó a casa en medio de múltiples preguntas sobre la ciudad y de como estaba, también recalcó lo diferente que me veía.

Cuando el auto se detiene afuera de la casa de mis padres y espera a que las rejas se abran para que nos dejen pasar, miro por la ventanilla y muchos recuerdos llegan a mi cabeza; subiendo hasta la entrada principal de la casa, veo a mi madre con una enorme sonrisa junto a mis hermanos, me bajo del auto y no camino más de dos pasos cuando mi madre se abalanza sobre mi rodeándome con sus brazos.

- Que bien me hace verte, no sabes lo feliz que me hace poder abrazarte – dice mi madre con voz entre cortada

- También estoy muy feliz de verte mamá – respondo a sus palabras emotivas

Mis hermanos solo me sonríen sin hacer nada

- ¿Los adoptados no me darán un abrazo? – pregunto haciendo que ellos sonrían y me abracen

Emilia es hermosa como mi madre, ha crecido mucho desde la última vez que la vi, es mi hermanita pequeña, que decir de Néstor, ya le están saliendo bigotes y todo.

- Ven hijo, entra para que comas algo, he pedido que hagan tu comida favorita – dice mi madre tomándome del brazo

Al entrar a casa más de uno de los empleados que son como de la familia me saludan, me abrazan y me dicen lo felices que están por verme, sé que ellos al igual que yo lamentan reencontrarnos en medio de malas noticias.

- Hijo, al terminar con tu comida iremos a la clínica con tu padre, estuve con él pero quería venir a recibirte

- Esta bien madre

- Si estas feliz, entonces no llores – le digo sentándome a un lado de su cama.

- Sé que tenías tus compromisos, pero de verdad, en este momento no puedo confiar en nadie más que tú. La compañía también te pertenece y tus hermanos con muy pequeños para comprender muchas cosas, se cuáles son tus capacidades y harás las cosas muy bien, por lo menos mejor que yo.

- Por mí no te preocupes, todo lo tengo bajo control, y si, aquí estoy para respaldarte en lo que sea que necesites, no tienes que preocuparte por nada, daré lo mejor de mí.

- Ya todo está listo en mi oficina para que puedas comenzar a revisar todo, el día que quieras y te sientas descansado para ir lo puedes hacer.

- Iré mañana mismo, seré muy puntual.

Luego de una larga charla, en la que nos reímos, recordamos cosas del pasado, le charlé sobre mi línea de hoteles y de todo lo que me ha ocurrido en estos años, decido volver a casa para que pueda descansar, mi madre se quedará con el así que no tengo más que irme.

Salgo de aquella habitación casi que renovado, me hacía mucha falta esa platica con mi padre en la que no se notaran resentimiento ni cosas negativas, me alegra poder estar para el ahora que más me necesita, entro al ascensor y presiono el botón para bajar, miro la pantalla que indica los pisos que he bajado y cuando estoy cerca me preparo para salir, lo que no esperaba es que al abrirse las puertas saldría sin percatarme que alguien más entraría, por lo que de manera accidental he chocado contra una mujer a la cual le he derramado encima su café.

- ¡Demonios! – Grita mirándome con molestia – fíjate antes de salir – responde separando un poco de su piel la tela de su camisa blanca

- Tu fíjate antes de entrar – refuto a su mala manera de responder

- Deberías disculparte, me has quemado el pecho y manchado mi blusa – contesta secando con sus manos la humedad

- No es tan costosa, no te preocupes – digo para seguir mi camino

- ¡¿Cómo te atreves?! – grita ella aún más enojada pero ignoro sus palabras

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