Si es destino estar contigo romance Capítulo 48

Según la indicación del árbitro, Kenzo dejó de mirar a la ellos y se concentró en la carrera. La cuenta atrás comenzó en la pantalla grande y el árbitro estaba listo para hacer sonar el silbato y levantar la bandera.

Yolanda miraba con nerviosismo al coche blanco y negro, ya estaba tan nerviosa que no podía ni respirar. Era la primera vez que veía este tipo de juego tan apasionantes, y también fue porque la participación de Kenzo, se fijaba en él y se levantaba del asiento inconscientemente.

La carrera duró poco tiempo, pero mientras veía cómo los coches corrían con toda la velocidad, especialmente el de Kenzo, que varias veces estaba además a punto de ser derribado, los ojos de Yolanda se llenaban de preocupación.

Menos mal, no había pasado nada, además Kenzo llegó primero. Yolanda daba un profundo suspiro de alivio y justo cuando quería sentarse, alguien le daba un codazo por detrás.

Era Zita. ¿Cómo pasaba de la primera fila a la última?

—¿Qué estás haciendo aquí?

En los ojos de Zita, sólo se veía hostilidad, y ella miraba a Zenón que estaba a su lado y todavía deleitándose en su excitación, e inmediatamente se ponía mala cara.

—Kenzo dijo que hace unos días dio unas entradas a un amigo, pero creo que él nunca pensaba que el amigo del que hablaba, había traído a su ex novia, ¡qué ridículo!

Yolanda no tenía ganas de lidiarla y la ignoró directamente, dándose la vuelta y llamando a Zenón:

—Zenón, el partido ha terminado, ¿nos vamos?

Zenón se dio la vuelta, sólo entonces vio a Zita, a él tampoco la llevaba bien con esa mujer.

—¿Por qué estás aquí? Venga, vuelve a tu fila ya.

—Ya les he dicho a los padres de Kenzo que sales con Yolanda, ¡definitivamente no dejarán que su hijo se aleje de ti!

Zita miró hacia la primera fila, los padres de Kenzo estaban mirando hacia aquí también al mismo tiempo.

Yolanda se encontraba con sus miradas e inmediatamente se daba la vuelta por el susto. Se sentía como si tuviera algún tipo de dificultad de respiración, como un peso en el pecho.

—¿Qué tontería? ¿Cómo salgo con ella?

Zenón se ponía de mal humor, estaba a punto de discutir con esa mujer, al mismo tiempo Yolanda se fue hacia fuera, ella no tenía porqué soportar sus palabras, ni siquiera esperaba a Zenón, ella dio una vuelta y se fue. No sabía por cuál puerta salir, encontraba la más cercana y entró y se dio cuenta de que estaba perdida.

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