Sí Señor (Porque Yo lo digo 2) romance Capítulo 105

— Te ves hermosa mi amor

— Gracias, pero tú sigues desnudo ¿por qué?

— Solo sigo tus órdenes, pediste que no usara nada en la habitación y es lo que hago

— Buen chico, pero de verdad ahora necesito que te vistas

— Necesito ayuda, ven conmigo

Ansioso Nicholas, extendió su mano a la espera que ella la tomara. Con una sonrisa Danielle, aceptó y lo acompañó al vestidor deleitándose con la vista de ese duro trasero pálido. La llevó hasta el cajón de sus corbatas donde soltó su mano para sacar una caja aterciopelada muy elegante.

— Esto es lo que necesitas para verte perfecta

— ¿Otro regalo? Nic, no era necesario

— Vamos, déjame consentirte

— Sé que no aceptaras una respuesta que no te agrade así que...

Se encogió de hombros y conteniendo la sonrisa tomó el atractivo rostro de su prometido oscurecido por la sombra de una creciente y sexy barba y lo besó en agradecimiento

— Date la vuelta —pidió suspirando sobre sus labios

Mordiéndose el labio contenido su emoción Danielle, se giró y le permitió ponerle el collar que aún no veía. Solo sintió su peso y que era grande. Le encantaba cuando acariciaba su cabello así que cuando se lo acomodó no pudo contener el suave gemido que se escapó de su boca

— Ya puedes girarte

Divertida Danielle, se giró para mirarlo a los ojos y agradecerle con un fogoso beso, hace tanto que no disfrutaba tanto un cumpleaños que todas las emociones y sorpresas las estaba guardando en un lugar especial en sus recuerdos.

— Vamos al espejo para que veas lo linda que te ves

— Sigues desnudo

— Alguien tiene que hacerse cargo —alza una ceja como insinuación

— Oh rayos, tú si eres rápido Allen — ríe embobada con su reciente erección

Empujándola por los hombros la llevó hasta el espejo de cuerpo completo para que viera su reflejo, entonces pudo ver su reluciente y hermoso collar

— Son... —susurró sin aliento

— Lo son —asiente con cautela

— Es...

— Me inspiré en tu tatuaje y fui bastante específico, incluso hicieron un par de aros a juego

— Estoy impresionada —suspira girándose para verlo a ese lindo rostro suyo—. No dejas de sorprenderme, es como si el antiguo Nicholas, fuera solo un borrón. Atento, comprensivo y protector..., todo lo que necesito

— Y yo te necesito a ti, justo ahora y justo así. Feliz

— Oh vaya, creí que hablabas de sexo —bromea espantando las lágrimas

— También te necesito caliente pero eso sé cómo remediarlo bebé —besa su mejilla con cariño

— Quítame el vestido, no vamos a arruinarlo porque me gusta mucho

— Música para mis oídos

Nicholas, volvió a besarla mientras a tientas buscaba el cierre del vestido en la parte trasera. Ambos rieron cuando él, soltó una maldición al no encontrarlo pero sin dejar de buscar. Ansiosa y con prisas fue ella quien se rindió y finalmente bajó el cierre oculto estratégicamente a un costado, lo dejó caer pero en seguida lo levantó y procuró dejarlo colgado. Y allí estaba ella solo con su conjunto de ropa interior negra de encaje observando al hombre que la observaba sin perderse absolutamente ningún centímetro de su cuerpo expuesto. Nadie detuvo al lobo feroz y pobre de quien lo intentara, se lanzó directo a esos dos pechos bien hechos mientras sus manos jugueteaban con la tanga, no se decidía a quitarla o simplemente hacerla a un lado. Finalmente la quitó para abrirse paso entre esos dulces y tiernos muslos que gritaban “pruébame” y su cuerpo completo temblaba de excitación. Era primera vez que lo hacían en el vestidor, fue divertido y rápido, sus invitados llegarían en cualquier momento, no había tiempo para más así que se concentraron en este increíble polvo de cumpleaños, una pequeña probada de lo que seguía por la noche.

Unos 45 minutos después Danielle, volvía a verse perfecta con el vestido, su hermoso collar de Jazmines, su maquillaje y una gran sonrisa en el rostro

— Nic, ya vístete de una vez

Pidió Danielle, mordiéndose el labio, su atractivo prometido continuaba tirado en la alfombra con su semi erección saludándola, lista para continuar con el juego.

— Podríamos quedarnos en la cama todo el día —suspiró con ojos de cachorro

— O toda la noche —propone—. Mueve tu culo, ahora cariño

— De acuerdo

— Buen chico, te espero abajo —le guiñó divertida

— ¿Mío? —insinuó torciendo su boca en una media sonrisa

— Ya para —ríe—. En la sala, te espero allí, voy a buscar a Muffin, así que no te tardes

— Bien, me pondré ropa para no asustar a nadie

El Nicholas, que bajó a la sala 15 minutos después era uno nuevo. Relajado, con un simple jeans azul oscuro, camiseta negra de polo con mangas largas y zapatos informales, para rematar su cabello estaba algo despeinado, acomodado solo con sus dedos y sin afeitar

— Cierra la boca Dan-Dan

— Shhh, Mika, déjame disfrutar de su caminata en cámara lenta es sexy y lo sabe

Le advirtió Danielle, a su amiga que al igual que ella pero un poco más disimulada se lo comió con la mirada. Este hombre y sus cambios conseguían sorprenderla

— Uy, creo que tuve una contracción con tu “toy boy” privado

— Mika —suspiró obligándose a apartar la mirada—. Ya queda poco, me ofrezco a cuidar a mini Leo, para que ustedes se pongan al día en la cama, parece que lo necesitas urgentemente

— ¡Hecho! Te voy a tomar la palabra, ya compré esas cosas para ordeñar mis pechos

— Nada de palabras feas, estás condenada —ríe—. ¿Cuándo es el gran día?

— En 7 días

— Uyyy, sonó como la niñita diabólica de esa película del pozo —rió

— Satánica estoy yo porque este niño salga de mi cuerpo, ya no aguanto, pesa mucho y mi espalda llora todo el tiempo

— No queda nada Mik, resiste ¿estás emocionada?

— Sí, quiero verlo a la cara y descubrir que es igual a mí, que saque el cerebro de Leo, yo soy más bonita

La risa de ambas llamó la atención de Nic y Leo, quienes bebían una cerveza en el otro extremo del salón.

— Leo, Mika, dijo que eres feo —se burló Dani, de buen humor

— ¡Oye! La inteligencia no siempre viene en frascos lindos —gruñe Leo

— ¿Qué hay del amigo frente a ti? ¿Cuál es su excusa? —lo provoca Mika

La mueca de Leo, al escuchar a su esposa decirle “lindo” a otro hombre fue de caricatura, y la expresión de Nic, bueno fue arrogante. Sabía de su atractivo. Le encanta que lo miren. Siempre ha sido un vanidoso muy cuidadoso con su apariencia

— Dani, llegaron más invitados —anunció Patricia, con entusiasmo antes de tomar los abrigos de Wes y Lee, que cargaban grandes paquetes de regalos.

Eufórica Danielle, saltó del sofá y saludó a sus amigos con muchos abrazos. Estaba feliz, muy feliz, por primera vez en mucho tiempo

— ¡Hey, no me dejen atrás!

Theo, entraba justo tras ellos con su inmaculado estilo y un gran abrigo para protegerse del frío

— Dani..., gracias

— Nada de caritas largas

Sobrecogida por su emoción lo abrazó con fuerza mientras su papá la observaba con cariño. 

— Muy bien, lo prometo, no voy a alejarme 

— ¿Todo bien aquí? —preguntó Nicholas, acercándose a ellos

— Si, solo le recordaba a Galvin, que es parte de la familia y que no debe sentirse incómodo 

— Por supuesto, nuestro hijo va a necesitar muchos tíos y tu parte es importante —le aseguró tomando asiento junto a Dani, rodeando su cintura con el brazo

— Espera —se giró a mirar a Nic—. ¿Tú también crees que será niño?

— Claro, ya somos 3 con Dan y Wes

— Ya veremos —sonríe ocultando su ilusión a tener un mini Nic

— Solo tengo una..., podríamos decir “solicitud” —añadió Nic, con una misteriosa expresión 

— ¿Cuál es tu queja? Vamos, dilo —exigió divertida 

— De ninguna manera vamos a llamar a nuestro bebé “Hipo” o “Chimuelo”.

Soltando una sonora carcajada Danielle, abrazó a Nic, por el cuello, divertida con esa idea. Ni siquiera se le había pasado por la cabeza y estaba encantada que recordara lo mucho que esa película le gustaba.

— ¿Y furia nocturna? —bromeó Dani

— No estás hablando en serio, es importante tenemos que hablarlo seriamente

— Solo me burlo de todos ustedes por creerse adivinos, además no quiero saberlo aún 

— Además —añadió Nic, bajando la voz—. Yo soy la única “furia nocturna” que necesitas dulzura 

— ¡Nic!

Volvió a reír y luego lo besó en los labios con cautela, no estaban solos y ese tipo de comentarios suelen llevarlos a quitarse la ropa muy rápidamente.

— Papá, hay algo que me gustaría enseñarte ¿me acompañas?

— Claro hija

— Dani… —susurró Nic, preocupado

— Estoy segura, ven con nosotros

— De acuerdo

Nervioso por su chica Nicholas, se levantó para luego ayudarla, antes de dejar la sala se dirigió a Robbie, quien disfrutaba jugando con Muffin.

— Robbie, nos ausentaremos un momento, quedas a cargo

— Claro Nic —sonrió el niño con alegría

Tomados de la mano se dirigieron hasta su habitación donde Danielle, entró al vestidor a buscar su carta. Observó la cursiva letra de Jazmín, una vez más llevándose las hojas al pecho nerviosa de compartir sus palabras con alguien más. Tardó unos minutos en atreverse a salir pero cuando lo hizo Daniel, la miró con cautela, Nic, no le adelantó nada solo que era algo muy importante

— Papá, cuando Galvin, me pidió que me hiciera cargo de los salones yo…, yo fui a la oficina de Jaz, y encontré una carta —confesó con voz temblorosa—. Quiero que la leas y luego me cuentes toda la verdad, por favor tómala con cuidado

Extendió ambas manos sosteniendo la carta con cautela y cuidado de no dañarla. Daniel, supo lo que era incluso antes de tomarla, una sensación de escalofríos le recorrió todo el cuerpo, eso y la mirada de su hija que necesitaba la verdad. Debía dársela aunque eso significara su rechazo, lo merecía.

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